La intimidad de los festejos de los Leones: el momento histórico de la nueva Generación Dorada

El seleccionado masculino de hockey se quedó con la medalla de oro por primera vez en su historia. Los detalles de lo que pasó después de la coronación

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La selfie del campeón. Los Leones se quedaron con la medalla de oro en Río (Nicolás Stulberg)

Cuando Agustín Mazzilli selló el 4 a 2 para los argentinos se concretó la hazaña. Los Leones se quedaron con la medalla de oro y la emoción reinó en Deodoro. La imagen de Juan Manuel Vivaldi desparramado por el césped sintético envuelto en un llanto desconsolado representó el sentimiento de los albicelestes.

Los rostros desencajados de los protagonistas fueron la muestra del esfuerzo colectivo que significó el título. "En La Haya habíamos soñado con salir campeones olímpicos. Me acuerdo que pusimos la bandera en el suelo y nos prometimos terminar de esta manera", le confesó a Infobae Carlos Retegui con el orgullo de haber quedado en la historia grande del deporte argentino. "Los chicos pelearon por la unión del grupo, la generosidad, la armonía y la solidaridad. Siempre fueron por más, nunca tuve una queja de ellos; porque siempre recibí su entrega. Jugamos el torneo a la perfección y lo concretamos con jerarquía", agregó el Chapa.

La emoción de Carlos Retegui luego de conseguir el título (Nicolás Stulberg)

El diálogo fue interrumpido brevemente por una fanática, que desde la tribuna no paraba de gritarle al entrenador por la bandera nacional. "¿Es tuya?, tomá te la devuelvo. Muchas gracias", le respondió el DT, dado que en el instante de la euforia le había arrebatado el emblema a la espectadora para festejar con sus dirigidos.

La joven simpatizante no se conformó con el gesto del ídolo. Con un timbre de voz alarmante, ella continuó con sus exigencias: "Una foto Chapa, vení y hagamos una selfie". La sonrisa de Retegui resumió la situación. "No tengo palabras para agradecer el apoyo a la gente. Antes del partido me llegaron 3.000 mensajes y yo les comenté a los chicos que iba a estar el país con nosotros. Se lo veía en sus ojos, tenían sangre blanca y celeste", describió.

Como en el último cuarto Argentina perdió la bocha y tuvo que sufrir más de lo esperado para concretar la coronación, el DT reconoció que fue en la última jugada cuando tomó conciencia de lo que estaba por concretar: "Cuando el Pájaro hizo el gol y puso el 4-2 a falta de 12 segundos me di cuenta que éramos campeones. Me di vuelta y dije qué lío hicimos, robándole la frase al Papa", deslizó el Chapa sin ocultar los detalles de la preparación para el choque decisivo: "Ayer traje a la Peque Pareto a la charla técnica para que nos contagie un poco del oro".

Los Leones en lo más alto del podio de Río de Janeiro (Nicolás Stulberg)

En un contexto enmarcado en el retiro de Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni de la Generación Dorada, Retegui evitó recibir el legado del seleccionado de básquet, ya que "hay que tener los pies sobre la tierra porque ellos son muy grandes y le dieron mucho a la Argentina".

A su derecha, las lágrimas continuaron bañando las instalaciones de gloria. Como las de Juan Manuel Saladino, quien logró mantener unos segundos de cordura y describió sus sentimientos con Infobae: "Es algo que no puedo describir, me corre una piel de gallina por el cuerpo que es algo impresionante. Mis compañeros son lo más grande que hay".

Esa mirada desconcertante acompañó a la carcajada que lanzó inmediatamente después de enfrentar los micrófonos. La locura se debe al objetivo cumplido. "Antes de empezar el torneo tuvimos una charla en la Villa Olímpica y estábamos convencidos de que esto podía pasar. La gente que no nos sigue mucho no sabe el esfuerzo que hicimos para llegar acá", selló el quilmeño.

El gol que derivó en la locura. Los Leones estaban a punto de ser campeones (Nicolás Stulberg)

Los festejos no podían terminar sin la palabra del máximo artillero de los Leones. "Lo que más me gusta es la medalla, los goles sirvieron para ayudar al equipo, nada más", dijo con su habitual humildad Gonzalo Peillat luego de rescatar el afecto de su abuela, uno de los personajes más pintorescos de Río de Janeiro: "La familia siempre me apoyó con el deporte. Cuando uno hace lo que le gusta sólo le queda disfrutar y pasarla bien, que es lo que me pide ella".

Como la euforia no mermaba, desde la organización decidieron apagar las luces del estadio en una clara señal hacia la prensa. El predio debía cerrar. Los jugadores, sin embargo, continuaron dispuestos a celebrar la gesta. "Rebecchi, Aymar, Merino…ellas también tienen mucho que ver con el título", disparó el Chapa Retegui antes de despedirse. El ex DT de las Leonas también tuvo tiempo de acordarse de las chicas.

"El equipo lo creyó desde el primer partido y no se salió de ese libreto. Ojalá que también sea reconocido como la Generación Dorada", cerró Peillat. La noche perfecta se terminó con el brillo de un campeón. Como retrataron las canciones de la hinchada, los pibes son de oro. Y tienen un corazón de León.