El heroísmo de un migrante que nunca logró cruzar la frontera con Estados Unidos pero su historia sí

Manuel Jesús Cordova cambió su sueño americano por salvar la vida de un niño de 9 años que sufrió un grave accidente automovilístico junto con su madre en el desierto de Arizona hace 16 años

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Manuel Jesus Cordova decidIó ayudar al niño Chris Buchleitner, pese al peligro de ser detenido por inmigración en 2007. (Familia Buchleitner & Jeffry Scott/Arizona Daily Star/AP)
Manuel Jesus Cordova decidIó ayudar al niño Chris Buchleitner, pese al peligro de ser detenido por inmigración en 2007. (Familia Buchleitner & Jeffry Scott/Arizona Daily Star/AP)

En 2007, en una carretera cerca de la frontera entre Arizona y México, Manuel Jesus Cordova Soberanes, un inmigrante ilegal que buscaba llegar a Tucson o Phoenix para trabajar y sustentar a su familia, tomó una decisión que cambiaría para siempre su vida y la de Chris Buchleitner, para ese entonces, un niño de 9 años.

Contó Manuel para la CNN, que aquel día de Acción de Gracias, mientras millones de estadounidenses se preparaban para celebrar en familia, encontró al menor en el desierto, después de que éste sobreviviera a un accidente automovilístico en el que su madre quedó atrapada en el vehículo quedando gravemente herida. El siniestro ocurrió cerca de Magdalena de Kino, México y el Área de Servicio Forestal 39 en Arizona, recordó Córdova.

“¿Qué hago?” era la pregunta que se hacía Cordova ante el inminente riesgo de ser capturado por la Patrulla Fronteriza que había estado evadiendo durante días, si permanecía allí. A medida que la noche caía, el hombre tomó la que hoy en día considera que fue la decisión correcta: no abandonar a Chris ni a su madre.

El accidente

Tras realizar una excursión de montañismo, la furgoneta en la que viajaban Chris y su madre Dawn Tomko, una profesora de biología, ex guardabosques y amante de la naturaleza, rodó por un terraplén, dejando a la mujer gravemente herida. Chris, que logró salir ileso, cuenta que todo ocurrió “como en cámara lenta” aunque tantos años después, sigue sin entender cómo ocurrió el accidente.

El accidente de Chris y su madre Dawn Tomko ocurrió durante una excursión en el desierto. (KVOA News)
El accidente de Chris y su madre Dawn Tomko ocurrió durante una excursión en el desierto. (KVOA News)

Se agarró muy fuerte del asiento trasero, en donde iba con sus dos perros, Tanner y Jade, contó a CNN. Su madre jadeaba de dolor, aunque estaba inconsciente y con un brazo gravemente herido, Chris improvisó un torniquete con una manta alrededor del brazo de su madre y le dijo que iría por ayuda.

Chris, mostrando determinación y valentía, ascendió la pendiente en busca de auxilio. Una vez en la carretera, y ante la ausencia de su otro perro Jade, quien desapareció tras el accidente, se encontró con su perro Tanner y juntos encararon la búsqueda de ayuda. Fue poco después que el niño encontró a Manuel —quien se presentó como Manny—, como un ángel en medio del desierto.

El inmigrante no hablaba Inglés y Chris sólo conocía unas pocas palabras en español, las suficientes para con la ayuda de señas con sus manos, hacerle entender a Manuel que necesitaba ser socorrido de manera urgente. y es que todo jugaba en su contra: caía la noche, el frío se apoderaba del lugar y el niño que vestía una bermuda y camiseta, corría el riesgo de sufrir hipotermia.

La patrulla fronteriza

La desesperación se apoderaba de Manuel Jesus Cordova, tanto, que cambió su estrategia de evadir a las autoridades por la de atraer su atención para salvar dos vidas en peligro. La mañana de ese 24 de noviembre del 2007, Manuel, junto con unos 30 habitantes de Magdalena de Kino, emprendió una travesía hacia el norte con la esperanza de encontrar trabajo y oportunidades mejores que las que tenían en su localidad.

Chris tenía 9 años cuando perdió a su madre en el fatídico accidente del 24 de noviembre de 2007. Su padre había muerto dos meses antes. (Cortesía de la familia Buchleitner para CNN)
Chris tenía 9 años cuando perdió a su madre en el fatídico accidente del 24 de noviembre de 2007. Su padre había muerto dos meses antes. (Cortesía de la familia Buchleitner para CNN)

El mexicano de 26 años llevaba días escondiéndose de las autoridades estadounidenses mientras se dirigía hacia Arizona. Anteriormente había trabajado en una fábrica de ropa médica con un salario semanal de aproximadamente USD 100. Este intento de cruzar la frontera, que dista unos 97 kilómetros de Magdalena de Kino, no era el primero para él, pero estaba decidido a que sería el definitivo.

La madre de Chris estaba atrapada en su camioneta volcada y balanceándose en la pendiente de un barranco; Manuel, incapaz de abrirla, intentó estabilizar el vehículo con ramas y piedras. Para señalizar su ubicación y mantener al niño a salvo, encendió una gran hoguera, con el objetivo de llamar la atención de las autoridades estadounidenses, ahora Manuel rogaba ser encontrado.

Cuenta que pasó la noche haciendo viajes entre la carretera y el vehículo para vigilar a la mujer atrapada en él, hasta que, cerca de la medianoche, dejó de escuchar su respiración. Una tragedia más para el pequeño Chris, que aún no se reponía de la muerte de su padre dos meses antes.

La mañana siguiente Manuel continuó con su búsqueda desesperada de ayuda. Volvió a la carretera donde se topó con dos cazadores de codorniz que pasaban por allí y les pidió que llamaran al 911 con su teléfono satelital. Después de una larga noche solos en el desierto, la ayuda llegó en forma de una ambulancia y varios equipos de rescate que también descubrieron al perro de Chris, Jade, en un cañón cercano. A pesar de la compleja situación de Manuel, optó por quedarse en el lugar hasta que llegaran los servicios de emergencia y tomó la decisión de esperar a la ambulancia para asegurarse de que Chris estuviera a salvo.

Chris Buchleitner continúa su vida honrando la memoria de su madre y el heroísmo de Manuel. (Austin Steele/CNN)
Chris Buchleitner continúa su vida honrando la memoria de su madre y el heroísmo de Manuel. (Austin Steele/CNN)

Tras el arribo de las autoridades locales y federales, Manuel fue esposado y después liberado, mientras cumplían con sus protocolos. El hombre aún guardaba la esperanza de que la madre de Chris fuera hallada con vida cuando los equipos de rescate recuperaron el automóvil pero lamentablemente estaba muerta. Las lágrimas empezaron a correr por el rostro de Manuel, pensando en su abuela que también había fallecido de manera reciente, su padre que había sufrido un derrame cerebral y la señora Tomko a quien a pesar de todos los esfuerzos, no pudo salvar.

Más allá de la frontera

Como era de esperarse, Manuel fue deportado a Magdalena y aunque juró no hablar de lo que sucedió en el desierto, su valentía tuvo un eco que resonó muy fuerte. Inesperadamente, y solo unos días después de su regreso a México, personas desde Estados Unidos empezaron a buscarlo. Su historia sí había cruzado fronteras.

Menos de dos semanas después de haber sido expulsado, Manuel fue invitado de regreso a Estados Unidos como invitado de honor, cruzando el Puerto de Entrada de Nogales, un conjunto de puertos de entrada que conectan la ciudad de Nogales, Arizona, en Estados Unidos, con la ciudad de Nogales, Sonora, en México.

Fue recibido por oficiales de la policía estadounidense, bomberos y diplomáticos, así como por reporteros de los más importantes medios de comunicación, interesados en su heroica hazaña. Manuel fue homenajeado con placas y reconocimientos por su coraje y altruismo, y la diplomática de México en la ciudad fronteriza de Arizona destacó la prioridad que Manuel dio a las necesidades de los demás sobre las suyas.

El gobierno de Estados Unidos y la diplomacia mexicana, reconoció el acto de valentía de Manuel Jesus Cordova tras salvar a Chris y socorrer a su madre. (Jeffry Scott/Arizona Daily Star)
El gobierno de Estados Unidos y la diplomacia mexicana, reconoció el acto de valentía de Manuel Jesus Cordova tras salvar a Chris y socorrer a su madre. (Jeffry Scott/Arizona Daily Star)

Manuel, emocionado y abrumado por la atención repentina, se limitó a agradecer con un sincero “Gracias”. A pesar del reconocimiento, sus pensamientos estaban con aquellos que no podían estar allí, en especial con la madre de Chris y con su propio futuro incierto.

¿Y Chis?

Chris Buchleitner, que en la actualidad tiene 25 años, encontró consuelo y propósito en la educación y el trabajo. Graduado en biología, en honor a su madre y enfermería por la Universidad de Duquesne en 2020, ahora trabaja turnos de 12 horas atendiendo a pacientes con problemas cardíacos en el hospital UPMC Shadyside de Pittsburgh y se dedica a explorar la naturaleza en su tiempo libre, manteniendo viva la memoria de sus padres a través de sus aventuras y el cuidado empático hacia sus pacientes.

Fue criado por su tía Mary Butera y su esposo Vinny, después de una promesa hecha a sus padres de nunca dejarlo solo. Aunque Buchleitner no suele hablar acerca de los eventos ocurrido el día de Acción de Gracias de 2007, sigue pensando en Manuel, la misteriosa figura que lo protegió durante la noche más desafiante de su vida, a él le tiene gran agradecimiento y considera que le salvó la vida.

En cuanto a Manuel, nunca buscó fama por su heroísmo, tampoco intentó volver a cruzar ilegalmente la frontera, pues considera que ya ganó la mejor experiencia de su vida. Sigue siendo recordado en su natal Magdalena, México, pese a que han transcurrido 16 años desde el día en que ayudó a Chris y su madre en el desierto de Arizona.

Manuel, en la actualidad vive en Mexicali, tiene siete hijos y cuatro nietos. (Manuel Cordova)
Manuel, en la actualidad vive en Mexicali, tiene siete hijos y cuatro nietos. (Manuel Cordova)

Lo que vivió lo marcó tanto, que tras su regreso a México, su vida cambió drásticamente: de luchar con una adicción a las drogas y evitar el contacto con los clientes, ahora se enfrenta a ellos diariamente con confianza y cordialidad. “Antes, debido a mi adicción a las drogas, no podía hablar con los clientes”, dijo a CNN. “Si entraba un cliente, corría hacia atrás. No podía enfrentarme a la gente”.

Encontró una nueva vida en la ciudad fronteriza de Mexicali, donde trabaja en un bazar. Manuel atribuye esa fatídica noche como un punto de inflexión que le permitió ver el mundo y su lugar en él con mayor claridad y como la razón de un profundo cambio personal y familiar. Es padre de siete hijos y tiene nietos a sus 42 años. “Yo era un desastre. Era joven. Realmente cambió mi forma de pensar porque antes sólo pensaba en mí. Lo que hice fue lo importante” resalta.

Una propuesta de ley, que nunca fue aprobada, de un congresista de Arizona podría haberle permitido vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos, una oportunidad que anteriormente se le había otorgado a un inmigrante indocumentado en Francia por acciones heroicas similares pero Manuel no contó con la misma suerte.

Aunque el interés de los medios de comunicación ha disminuido 16 años después, aún hay quienes le preguntan por qué se detuvo esa noche y si volvería a hacer la misma elección, a lo que Manuel responde decidido: “Una y mil veces más, sin pensarlo ni dudarlo”.