El último asesinato entre bandas en Madrid: dos facciones de Trinitarios y tres fugados

Guardar

Nuevo

Lluís Lozano

Madrid, 22 may (EFE).- Lo que empezó como una división en el seno de un grupo de los Trinitarios por desavenencias entre sus miembros acabó con el asesinato de Álex, el último homicidio rubricado por las bandas juveniles en Madrid y el primer enfrentamiento entre antiguos compañeros con final trágico.

Lo que ocurrió la madrugada del pasado 12 de marzo de 2023 en la calle Bravo Murillo, en el distrito madrileño de Tetuán, tuvo su germen un año antes, en 2022, cuando el "coro" de Cuatro Caminos se dividió en dos: los "4K" por un lado y "La Ventilla" por otro.

Así las cosas, aquella noche se encontraron ambos grupos en el interior de una discoteca de la zona y pelearon, pero la cosa no llegó a más.

Pasado un rato, ya en la calle, seis jóvenes de los "4K" -encapuchados y armados con machetes y adoquines- buscaron a Álex, quien ostentaba un liderazgo intermedio en el segundo grupo, para rendir cuentas.

Según fuentes de la investigación, fueron a por él de forma premeditada y coordinada. Tras darle alcance, uno de ellos le clavó un machete -que todavía no ha sido hallado- y le atravesó el corazón.

Todo quedó registrado por una cámara de seguridad, grabación a la que tuvieron acceso los agentes del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid y que les ayudó en su investigación.

En el vídeo se observa cómo Álex cae al suelo tras recibir varios golpes y en ese momento recibe la puñalada. Logró levantarse, corrió unos cincuenta metros, pero entró en parada cardiorrespiratoria y se desvaneció.

Rápidamente llegaron los servicios de emergencias, quienes pese a practicarle maniobras de reanimación tan solo pudieron confirmar su fallecimiento. La víctima estaba acompañada por otros dos jóvenes de su facción en el momento del ataque y uno de ellos acabó con una brecha en la cabeza.

Se convirtió en el primer y único homicidio protagonizado por las bandas juveniles en 2023 -frente a los seis de 2022- y es el último que se ha registrado en Madrid.

También, de acuerdo con las citadas fuentes, es el primero fruto de un enfrentamiento entre dos facciones de una misma banda. Antes se habían producido reyertas y agresiones, pero nunca habían llegado hasta el punto de matar.

En un primer momento, los investigadores centraron sus pesquisas en lo que parecía más probable: que un grupo de los Dominican Don't Play (DDP), otra de las bandas más activas de Madrid, hubiese sido el responsable del ataque.

La zona de Cuatro Caminos estaba controlada por los Trinitarios y es habitual -más por aquel entonces- que los grupos rivales se adentrasen en los territorios enemigos para llevar a cabo ataques.

No obstante, rápidamente viraron hacia la posibilidad del enfrentamiento interno entre trinitarios. Por aquel entonces, sin embargo, tres de los sospechosos ya habían huido de España y se ocultaron en diversos países en los que contaban con contactos, tanto de la propia banda como familiares.

Dos de los fugados, sin embargo, regresaron a Madrid dos meses después y el 26 de octubre, después de registrar cuatro domicilios, la Policía Nacional les detuvo junto a los que habían permanecido en la capital.

Pero no ha sido hasta un año y dos meses después cuando el Grupo VI de Homicidios ha podido dar por zanjada la operación, una vez arrestado el sexto y último integrante del grupo de agresores, que se escondía en una localidad cercana a Londres.

Fue a través de una orden de búsqueda y captura emitida por el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid, a cargo de unas pesquisas que se han mantenido secretas hasta ahora, como los agentes de Interpol pudieron detenerle y traerle de vuelta a España el pasado 9 de mayo.

El juez ha ordenado el ingreso en prisión provisional de cinco de ellos y en un centro de menores en régimen cerrado para el único que en el momento de los hechos no había superado, por poco, la mayoría de edad.

Todos tienen entre 17 y 23 años y son de origen dominicano, colombiano, venezolano, boliviano y guineano (estos dos últimos con nacionalidad española). Se les imputa delitos de homicidio y pertenencia a organización criminal.

A todos les constaban numerosos antecedentes policiales, al igual que la víctima, quien estaba fichado por robos con violencia, allanamiento de morada y tenencia ilícita de armas, además de estar siendo investigado por una agresión sexual. EFE

llo-arv/oli

1012147

Guardar

Nuevo