El Museo de Cataluña revisa la figura de Suzanne Valadon,clave en la bohemia de Montmartre

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Barcelona, 17 abr (EFE).- El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) revisa, en colaboración con el Centre Pompidou-Metz y el Musée d'Art de Nantes, la figura de la artista Suzanne Valadon (1865-1938), clave en la bohemia de Montmartre a principios del siglo XX, en una exposición que por primera vez muestra su obra en España.

Pintora, dibujante y grabadora, Suzanne Valadon practicó todos los géneros, desde el retrato y el desnudo hasta la naturaleza muerta y el paisaje, bien representados en esta exposición que estará abierta al público en Barcelona desde el viernes 19 de abril hasta el 1 de septiembre próximo.

La muestra reúne más de un centenar de obras, de las cuales 48 solo se podrán ver en Barcelona: óleos sobre tela y cartón, dibujos y grabados, esculturas en yeso y bronce, así como material documental que permitirá tener una visión retrospectiva y contextualizada de la trayectoria de una mujer artista que tuvo un papel relevante en el París de las vanguardias de 1910 a 1930.

Esta visión se complementa con obras de artistas contemporáneos, franceses y catalanes, que dan una buena idea de la riqueza del ambiente artístico de la época, al mismo tiempo que se explican las múltiples interacciones que se producían en los ambientes de vanguardia y la conquista social del estatus de artista por parte de una mujer.

Nacida en un entorno familiar de clase baja, Valadon constituyó un caso excepcional de emancipación artística, según ha explicado Eduard Vallès, comisario junto con Philip Dennis Cate: "Se convirtió en una modelo célebre, retratada por los mejores artistas de su tiempo, desde Renoir a Toulouse-Lautrec".

Como autodidacta, aprendió en paralelo de todos esos creadores hasta convertirse en artista con el nombre de Suzanne, que desplegó una carrera desde finales del siglo XIX hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial.

Según los comisarios, Valadon fue, con toda probabilidad, "la primera artista en representar un desnudo masculino, hito que muestra una personalidad muy definida", con su obra 'El verano o Adán y Eva' (1909).

El retrato y el desnudo, especialmente femenino, se convirtieron en el centro de gravedad de su obra, y también las creaciones que le proporcionaron prestigio, como ilustra en la exposición 'Las bañistas' (1923).

Instalada junto a su madre en Montmartre, Valadon coincidió con algunos de los artistas catalanes que se instalaron en el bohemio barrio parisino como Santiago Rusiñol, Ramon Casas y, sobre todo, Miquel Utrillo, con quien la pintora mantuvo una relación de medio año en 1893.

Luego, inició otra con el músico Erik Satie, que no acabó de funcionar por el carácter excesivamente celoso del compositor, inmortalizado por dos dibujos preparatorios de Casas del retrato que se conserva en la Northwestern University Library (EE.UU).

La relación con Utrillo se documenta a través de varias obras y de retratos que se hicieron mutuamente, entre ellos 'La guerra de los siete años', el tiempo que tardó en reconocer legalmente al hijo de Valadon, el futuro pintor Maurice Utrillo.

Su rostro y su cuerpo, de los más icónicos de la modernidad artística, fueron inmortalizados por creadores de varias generaciones: Puvis de Chavannes, Degas, Renoir, Toulouse-Lautrec, André Utter, Steinlen o los catalanes Rusiñol y Utrillo.

Le influyeron extraordinariamente los siete años que hizo de modelo para Puvis de Chavannes, pero fue Degas quien más se percató de su talento y le enseñó a grabar en su propio taller e, incluso, llegó a ser coleccionista de sus obras.

La mayoría de dibujos y grabados de los primeros años de Valadon, puesto que la pintura al óleo llegó más tarde, son escenas de 'toilettes' o de una cierta intimidad, que evocan claramente la obra de Degas, pero la muerte del artista francés en 1917 representó un duro golpe para Valadon.

La artista trabaja el autorretrato a partir del óleo, el pastel y el lápiz, y, en algunos casos, incluso, aparecen integrados en composiciones que representan grupos familiares, como se puede observar en la parte final del recorrido.

Convertido en temática estructural de madurez de Valadon, el desnudo femenino tiene uno de sus hitos en la 'Venus negra', de la que pintó un mínimo de cinco variantes, todas en 1919, pero también sus odaliscas o en una serie de pinturas de mujeres recostadas en sofás o divanes, como 'Desnudo en el sofá rojo' (1920), 'La habitación azul' (1923) o 'Mujer con medias blancas' (1924).

Se cierra la muestra con 'Autorretrato con los pechos desnudos' (1931), realizado cuando tenía 66 años, enfatizando los efectos de la vejez sobre su cuerpo. EFE

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