La nueva guerra fría actual "obliga" a reeditar 'Cuando el viento sopla' de Raymond Briggs

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Sergio Andreu

Barcelona, 25 feb (EFE).- En 1982, la amenaza de autodestrucción nuclear por la Guerra Fría marcaba la agenda, momento en el que el dibujante Raymond Briggs publica 'Cuando el viento sopla', un terror apocalíptico casi olvidado al que la tozudez humana ha dado nuevos bríos y que convierte en lectura obligada este cómic antibelicista reeditado por Blackie Books.

La historia íntima de un matrimonio de jubilados que se prepara como puede para recibir al hongo atómico en la campiña inglesa, en medio de la escalada de tensión con la Unión Soviética, es 40 años después de su aparición un prodigio de delicadeza y sutilidad, sin estridencias, ni alharacas pero de contundencia demoledora.

El londinense Briggs (1934-2022), un autor conocido entonces por sus trabajos en ilustración infantil, sorprendió a todos al acercarse a James y Hilda, una sencilla pareja que intenta protegerse de la radiación siguiendo los consejos domésticos (de nula utilidad) que ofrece la administración, incapaces ambos de asimilar que el fin del mundo, del plácido mundo lleno de rutinas cotidianas, ha llegado a su fin.

La idea de 'Cuando el viento sopla', que tuvo una versión animada en 1986 (Jimmy Murakami) con música de David Bowie y Rogers Waters -de la que Briggs no quedó muy satisfecho- le surgió al dibujante tras ver un documental en televisión sobre cómo afectaría a la población una guerra nuclear entre la ya entonces decadente URSS y unos Estados Unidos dirigidos por el actor secundario Ronald Reagan.

El documental 'Si cae la bomba' incluía una serie de cortos 'top secret' preparados por el Gobierno británico que, junto a folletos y emisiones de radio, formaban parte de una campaña sobre qué hacer en caso de ataque atómico, un material estremecedor ante el cual el dibujante se dijo: "Aquí está mi próximo libro".

Frente a los paisajes apocalípticos de otras visiones del fin del mundo, Briggs se mantuvo fiel a un estilo de dibujo naif, colorido y simpático, un tono ideal, repleto de diminutas viñetitas, para hablar de una vida bucólica que literalmente se desvanecía ante los ojos de los protagonistas.

"Muy poca gente, por no decir nadie, sabe desplegar una historia como la de 'Cuando el viento sopla' de un modo tan conmovedor, e incluso divertido, mientras te transmite que la humanidad es muy capaz de destruirse a sí misma. Es, en suma, la clase de libro que uno está deseando compartir con los demás", explica a EFE el escritor y encargado de la reedición, Daniel López Valle.

Blackie ya había publicado 'Ethel y Ernest', libro autobiográfico donde Briggs cuenta la vida de sus padres, y 'Cuando el viento sopla' está "recorrido de arriba abajo por la misma ternura y emoción, pese a que trata de algo tan horripilante y enloquecedor como la posibilidad de un ataque nuclear", añade el editor.

En España, la primera edición la publicó Debate en 1983, y más tarde lo hizo Círculo de Lectores, un libro que llegaba rodeado de una gran repercusión desde su gestación.

"Tuvo una importancia enorme. En Reino Unido, fue reimprimida antes incluso de ser publicada. Además, fue objeto de debate y alabanza en el parlamento. En España, que en aquel momento acababa de entrar a formar parte de la OTAN, fue una historia muy influyente en una tesitura de grandes movimientos antimilitaristas y de mucha tensión discursiva previa al referéndum", recuerda López Valle.

Pero, ¿qué hace tan especial esta 'novelita' gráfica que trata a sus personajes con el cariño que no le conceden los dirigentes testosterónicos con tendencia a apretar el botón de destrucción total?

"Es una obra única que mezcla costumbrismo, humor y dulzura con una trama que bordea el terror y lo fantástico. Un libro de protagonistas pequeños y comunes (que, en realidad, podríamos ser cualquiera) enfrentados a la incertidumbre de una hecatombe que parece irreal. Y lo único que tienen para pasar este trance es la fe en que las autoridades trabajan por su salvación. Es un libro estremecedor y, a la vez, hermoso. No hay muchos así", resume el editor.

La reedición, con traducción de Rosa Montero, y prólogo del dibujante español Paco Roca, incluye una entrevista que Paul Gravett hizo a Briggs en febrero de 2003 (The Comic Journal) donde este desvelaba que frente al estilo realista para abordar la guerra nuclear -como el utilizado por Keijji Nakazawa en la impactante 'Pies descalzos' sobre la bomba de Hiroshima- él se decantó por el horror simbólico: "La sugestión es mucho más poderosa", explicaba entonces.

Por desgracia, y a juicio del responsable de esta oportuna reedición, "el mundo nunca deja de ofrecer oportunidades para la preocupación", aunque obras como 'Cuando el viento sopla' ayudan a avanzar "en algo parecido al progreso moral" y evitar que el ser humano se lance a repetir experiencias del pasado.

"En el momento en que se hizo este libro, la Guerra Fría estaba cerca de calentarse y, por primera vez en la historia, el ser humano tenía el poder de reducir a cenizas el planeta, pero poca gente parecía querer asumirlo. Necesitamos a personas que, como Briggs, sepan señalarnos las enormidades que los demás no vemos", sentencia López Valle. EFE

saf/hm/ros

(foto)

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