El poto, conocido científicamente como Epipremnum aureum, se ha consolidado como una de las plantas de interior más apreciadas por su resistencia y capacidad de adaptación a distintos espacios del hogar. Sin embargo, aunque se trata de una especie que requiere pocos cuidados, la elección del lugar donde se coloca puede influir de manera decisiva en su desarrollo y en la apariencia de sus hojas. Según recoge el blog Clarín, la ubicación adecuada no solo favorece un crecimiento más vigoroso, sino que también permite disfrutar de un follaje más denso y saludable.
Un punto fuerte de esta planta es su versatilidad, que le permite crecer tanto en macetas colgantes como en estanterías o muebles altos, donde sus tallos pueden expandirse y caer de forma natural. No obstante, los especialistas insisten en que la luz es un factor determinante: el poto necesita abundante luz, pero siempre indirecta. Una ventana orientada al norte o al este suele ser la mejor opción, ya que proporciona iluminación constante sin exponer la planta a los rayos intensos del mediodía.
Cuando la luz llega filtrada, por ejemplo a través de una cortina o un vidrio mate, las hojas tienden a ser más grandes y mantienen el característico tono verde intenso de la especie. Por el contrario, la exposición directa al sol puede provocar quemaduras, manchas marrones y que las hojas se enrosquen, mientras que la falta de luz ralentiza el crecimiento y provoca la pérdida de color.
Lugares recomendados y condiciones ambientales: espacios amplios y con luz natural
En espacios amplios como el salón o el comedor, el poto puede aprovechar la luz natural que entra durante el día. Colocarlo cerca de la ventana principal, siempre evitando el sol directo, favorece un crecimiento uniforme y permite que la planta aporte frescura y volumen al ambiente. Además, situarla en una maceta colgante o en una estantería alta facilita que los tallos se expandan y caigan de manera decorativa.
El blog Clarín ha recogido también las recomendaciones de un artículo de El Mueble y de diversas guías de jardinería, que coinciden en la importancia de la ubicación para lograr una planta vigorosa y con hojas grandes. Asimismo, un artículo de El Universo de Ecuador destaca que la humedad ambiental resulta beneficiosa para esta planta, siempre que exista entrada de luz. Por este motivo, un baño con ventana puede ser un lugar idóneo: la combinación de humedad y luz filtrada contribuye a que las hojas se mantengan brillantes y de buen tamaño. Sin embargo, en baños sin ventilación natural, la falta de luz desaconseja esta ubicación, ya que ralentiza el crecimiento y debilita la planta.
Por otro lado, los expertos desaconsejan colocar el poto cerca de fuentes de calor como hornallas, hornos o calefactores. Según El Mueble, tanto el calor seco como las corrientes frías pueden provocar estrés en las hojas y frenar el desarrollo de la planta. La temperatura óptima para el poto se sitúa entre 18 °C y 25 °C, un rango que favorece su estabilidad y crecimiento.
Además de elegir el lugar adecuado, la ubicación debe ir acompañada de ciertos cuidados para mantener la vitalidad del poto. Una recomendación práctica consiste en colocar un plato con agua y piedras cerca de la planta para aumentar la humedad ambiental sin encharcar el sustrato. Las hojas del poto actúan como un indicador claro de su bienestar: cambios en el color, tamaño o textura pueden señalar la necesidad de ajustar la ubicación o las condiciones ambientales.