La percepción del coche eléctrico como alternativa idónea para la movilidad urbana sigue perdiendo respaldo entre los españoles. El 8% elegiría un vehículo 100% eléctrico frente a una preferencia que se orienta de manera clara hacia las tecnologías híbridas.
Este descenso de cinco puntos en la tecnología eléctrica (con respecto a 2024) y la recuperación de terreno por parte de los coches de gasolina puede deberse a una serie de dificultades. Según el último Foro de Movilidad de Alphabet, las principales barreras para la adopción del coche eléctrico permanecen estables: precio (28%), autonomía limitada (26%) y escasez de puntos de recarga (23%).
El acceso a infraestructura de recarga también resulta un obstáculo. Solo el 27% de españoles disponen de punto de recarga en su garaje privado. A su vez, el 51% depende de infraestructuras públicas o de terceros (centros comerciales, gasolineras) y el 20% declara no tener acceso a ningún sistema de recarga.
Qué opinan los jóvenes y los mayores
Además, la concepción del vehículo eléctrico como solución ideal para la movilidad urbana decae: solo 36% de los ciudadanos lo considera así, siete puntos menos que en 2024. Entre los más jóvenes, esta cifra baja del 53% hasta el 45%, mientras que entre los mayores de 60 años alcanza apenas el 29%.
A nivel generacional, la adopción de este tipo de tecnología también se modera. Los jóvenes de 18 a 30 años, que lideraban la transición, reducen su uso en ocho puntos (del 27% en 2024 al 19% en 2025), mientras que entre los mayores de 60 años se mantiene estable (7%).
Cuál es la forma habitual
El desplazamiento a pie sigue dominando como forma más habitual de moverse (un 65%). Sin embargo, se observa un crecimiento de tres puntos con respecto al año pasado en la micromovilidad eléctrica, así como bicicletas, motos y patinetes. Esta opción resulta ser el transporte habitual de uno de cada cuatro ciudadanos (24%).
Estas nuevas vías de movilidad cada vez están más presentes, sobre todo en los jóvenes menores de 30 años. Entre ellos, el 30% usa patinete y el 20% bicicleta eléctrica, frente a apenas un 8% de los mayores de 60 años.
Por territorios, el uso es mayor en el sur y el arco mediterráneo: Palma (36%), Sevilla (33%) y Barcelona (32%) encabezan el ranking, seguidas de Zaragoza y Madrid (27%). En el extremo opuesto, ciudades como Oviedo, Logroño o Toledo se mantienen en torno al 15%
Y qué pasa con el metro y el bus
El transporte público mantiene su relevancia como complemento esencial. El 44% de los españoles utiliza el autobús y el 29% el metro de forma usual, cifras similares a las de 2024. Sin embargo, el transporte público compite de igual a igual con el coche entre jóvenes: el 56% de los menores de 30 años utiliza el autobús y el 40% el metro regularmente. Así, se consolida como opción preferente para esta población.
Por otro lado, entre los mayores de 60 años su uso se reduce considerablemente (27% autobús, 11% metro). De esta manera, la elección de caminar se impone como el modo más frecuente (74%).
Los datos reflejan que la transición hacia una movilidad plenamente eléctrica en las ciudades avanza con cautela y pierde impulso social. Mientras el coche eléctrico deja de percibirse como una solución clara para los desplazamientos urbanos, los españoles optan por alternativas intermedias o directamente por reducir el uso del coche en favor del transporte público, la micromovilidad y los trayectos a pie.