El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido destituir a Antonio Hernández, quien hasta ahora ocupaba el cargo de director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia y era el número dos de Francisco Salazar. Esta decisión se enmarca en los esfuerzos del Ejecutivo por abordar la crisis interna que ha surgido en el PSOE a raíz de las múltiples denuncias por acoso sexual que recaen sobre el exasesor de Moncloa, según ha adelantado esta tarde eldiario.es.
La salida de Hernández no solo afecta a su puesto en Moncloa, sino que también implica su abandono de la ejecutiva del PSOE de Andalucía, donde desempeñaba la Secretaría de Datos, Análisis y Prospectiva. La medida se ha producido después de que el caso Salazar, colaborador muy próximo a Sánchez desde 2017, haya generado una fuerte controversia en el seno del partido.
Por ello, el Consejo de Ministros cesará el próximo martes a Hernández por las acusaciones de acoso sexual de su superior, Paco Salazar. Según le han confirmado fuentes del Gobierno a la Agencia EFE, la salida de Hernández es inminente y, aunque ha negado las acusaciones de protección a Salazar, "entiende que debe apartarse por el bien del Ejecutivo", recoge la agencia de comunicación.
Del mismo modo, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha optado también por sacarle de la Ejecutiva del PSOE de Andalucía, donde era responsable de la Secretaría de Datos. El cese llega un día después que Sánchez reconociera “en primera persona” el error durante la gestión del caso Salazar, pero negara que este fuese encubierto por el partido.
El caso Salazar: denunciar por comportamientos “vomitivos”
El caso Salazar incrementa las complicaciones en el Partido Socialista español. En junio, se hicieron públicas varias denuncias de acoso presentadas por mujeres contra el político andaluz. Estas aludían a comportamientos “vomitivos” en los espacios de trabajo, como despapó eldiario.es. Las denuncias contienen entrecomillados que evocan comportamientos de Salazar en Moncloa, como subirse “la bragueta en tu cara y escenificaba felaciones”, lo cual ha intensificado la presión sobre la dirección socialista.
Pedro Sánchez rompió su silencio sobre este asunto el pasado sábado, reconociendo en un encuentro informal en el Congreso la responsabilidad directa del partido por no haber contactado con las víctimas durante seis meses, a pesar de que dos de ellas habían presentado sus denuncias a través del canal habilitado para ello. El ambiente de trabajo, según recogen las denuncias, era “irrespirable”, además de una sensación de desprotección. Había algunos rasgos que compartían las personas afectadas, ya que con los hombres era diferente: mujeres y jóvenes. “Enséñame el escote que llevas hoy”, le instó a una de las denunciantes. Las alusiones al físico eran la norma, explican.
El presidente ha explicado que, aunque se ha solicitado desde sectores del partido, como Adriana Lastra, que el PSOE lleve el caso a la Fiscalía, esto no es posible legalmente al tratarse de denuncias anónimas. Según ha señalado, deben ser las propias víctimas quienes den ese paso, aunque el partido se ha comprometido a acelerar el expediente y a prestarles apoyo si deciden acudir a la justicia.