Aunque los automóviles japoneses suelen asociarse con fiabilidad y buen desempeño, existen modelos que han dejado una huella menos favorable en la industria. A pesar de que vehículos como el Toyota RAV4 ocuparon posiciones destacadas en ventas en Estados Unidos durante 2024, según Car and Driver, no todos los coches provenientes de Japón han logrado mantener ese prestigio. Algunos ejemplares, lejos de consolidarse como opciones duraderas y valiosas, han sido señalados por problemas mecánicos, falta de aceptación o incluso riesgos de seguridad.
El Mazda RX-8 de primera generación, comercializado entre 2004 y 2008, es uno de los casos más notorios. Aunque equipado con un motor de cuatro cilindros y 212 caballos de fuerza, este modelo no destacó por su rendimiento. Más preocupante aún, ocupa el puesto 11 de 19 en el ranking de fiabilidad de Mazda elaborado por MazdaProblems.com. Las quejas más frecuentes incluyen fallos de motor, problemas con la dirección asistida, consumo excesivo de aceite y una larga lista de llamados a revisión. Estos antecedentes han mermado la confianza de los consumidores en este modelo, a pesar de la reputación general de la marca.
Por su parte, el Mitsubishi Eclipse ha sido reconocido por su eficiencia en el consumo de combustible y su manejo aceptable. Sin embargo, las unidades fabricadas entre 1999 y 2003, así como las de 2007, presentan una serie de inconvenientes, según MitsubishiEclipseMA.com. El desgaste prematuro de llantas y ruedas, junto con la tendencia a que estos componentes se dañen con facilidad, afecta la apariencia y funcionalidad del vehículo. Además, el interior, construido con materiales de baja calidad, suele deteriorarse rápidamente. L
os conductores han reportado dificultades con la transmisión automática, el tren motriz y la dirección, especialmente en el modelo de 1999. De acuerdo con Kelley Blue Book, una empresa estadounidense de investigación y valoración de vehículos, es posible adquirir uno de estos autos antiguos por unos 2.500 euros, pero los problemas mencionados pueden convertir la compra en una experiencia poco satisfactoria.
Filtraciones en el techo, ruido...
En el caso de Honda, aunque modelos como el Civic y el CR-V figuran entre los más vendidos de 2024 según Car and Driver, no todos sus lanzamientos han sido exitosos. El Honda CRX Del Sol, presentado en 1992 como reemplazo del popular CR-X, fue calificado como “terriblemente decepcionante” por HotCars.com. Entre los defectos más señalados se encuentran filtraciones en el techo, un habitáculo ruidoso y la tendencia de los discos de freno delanteros a deformarse. Estas deficiencias alejaron al Del Sol de la imagen deportiva de su predecesor y contribuyeron a su pronta desaparición del mercado. Actualmente, Honda no ofrece un modelo equivalente, aunque la versión de dos puertas del Civic Si se mantiene como la opción más deportiva de la marca, con unidades usadas recientes valoradas en torno a 17.000 euros.
El Toyota Paseo es otro ejemplo de un modelo japonés que no logró consolidarse. Fabricado entre 1991 y 1997 sobre la plataforma del Corolla, este subcompacto nunca alcanzó la popularidad de otros vehículos de la marca, como el Camry, Tacoma, RAV4 o el Prius. Aunque estuvo disponible en versiones coupé y convertible, el Paseo no presentó problemas mecánicos graves, pero su escasa aceptación llevó a Toyota a discontinuarlo rápidamente. Actualmente, encontrar repuestos puede resultar complicado debido a la baja cantidad de unidades en circulación en Estados Unidos, lo que representa un desafío para quienes deseen restaurar uno de estos autos.
La década de los 90 también fue difícil para Suzuki. El Suzuki Samurai, un SUV de líneas cuadradas inspirado en el Jeep Wrangler, recibió una calificación de seguridad de “no aceptable” por parte de Consumer Reports, según información de SlashGear.com. El principal motivo fue su propensión a volcarse durante maniobras bruscas. El modelo sucesor, el Suzuki X-90, heredó este problema de estabilidad, pero además sumó un diseño poco convencional que generó confusión sobre su identidad: ¿era un coupé, un deportivo o la mitad delantera de una camioneta? Con apenas 90 caballos de fuerza, el X-90 terminó desapareciendo del mercado junto al Samurai, consolidándose como uno de los peores autos japoneses de la historia.
Estos ejemplos demuestran que, aunque la industria automotriz japonesa ha producido vehículos emblemáticos y confiables, existen modelos cuya trayectoria ha estado marcada por fallos técnicos, falta de aceptación o problemas de seguridad, factores que los han relegado a un lugar poco favorable en la memoria de los consumidores.