Desde la pandemia originada por el Coronavirus, muchas empresas han establecido de manera permanente el teletrabajo, lo que es visto con buenos ojos por muchos empleados que consiguen ahorrar dinero y tiempo de desplazamiento desde sus hogares hasta la oficina. El problema surge cuando, personas que trabajan de manera presencial, toman la decisión de vetar el alquiler de habitaciones en sus viviendas a personas que realicen home office alegando, entre otras razones, que son estilos de vida incompatibles para la convivencia.
La búsqueda de piso ya se presenta complicada en España, con una creciente demanda y una reducida oferta -lo mismo ocurre con las habitaciones en pisos compartidos- y estas prohibiciones le ponen un escollo más a las personas que teletrabajan para encontrar una habitación en la que vivir. Según un análisis realizado por The Guardian, en SpareRoom, una web destinada a la búsqueda de compañeros de piso, las condiciones de los anunciantes son variadas, desde personas que piden que sus compañeros no usen más de unos minutos la cocina, a gente que no quiere fiestas ni visitas sorpresas u otros que sus futuros compañeros salgan de casa a diario para trabajar y no lo hagan desde el hogar.
“De los 30 anuncios de pisos compartidos que reviso al día, más de la mitad dicen que un compañero de piso adecuado es alguien que idealmente trabaja a tiempo completo fuera de casa”, explica la autora de la investigación. Además, añade que, tras analizar los distintos tipos de restricciones, las limitaciones al teletrabajo son las más restrictivas. Así también se refleja en distintas redes sociales españolas, donde algunos usuarios han contado sus experiencias.
Las razones de los que limitan el teletrabajo en los anuncios de alquiler
Entre las razones por las que los anunciantes defienden la prohibición al teletrabajo, destaca el argumento de que esta norma solo busca mantener el hogar como un espacio de descanso, recreación y hogar sin contaminarlo con charlas de oficina y reuniones de fondo, o sin tener que estar en silencio en la casa porque alguien está en horas de trabajo.
Otra de las razones más señaladas en el estudio es la cuestión económica. Las personas que trabajan desde casa gastan más en luz, electricidad y calefacción, ya que pasan más horas en el hogar, conectados, cocinando siempre en casa y, en muchas ocasiones, sentados, por lo que utilizan más tiempo la calefacción en invierno. El argumento se basa en que los precios del alquiler son cada vez más caros y, si una persona pasa más tiempo en casa, probablemente aumenten los gastos en servicios.
España también registra anuncios con estas limitaciones
Al igual que ocurre en Reino Unido, las publicaciones de anuncios de alquiler también ponen límites al teletrabajo a la hora de buscar nuevos compañeros de piso. Así, una mujer que llevaba cuatro años compartiendo vivienda con otras dos mujeres recibió la noticia por parte de sus compañeras de que no renovarían el contrato de alquiler con ella porque “no les gusta que teletrabaje” porque “los gastos suben mucho” y prefieren a alguien “con su estilo de vida”, ya que trabajan fuera de casa de 8:00 a 18:00 horas.
Otras personas justifican este tipo de decisiones alegando que no quieren sentir “que andan con pies de plomo” por culpa de los ruidos. También se justifican con los cambios que se producen en los gastos y que “condiciona la vida en la casa” al convertir parte de la vivienda en una oficina.