En contra de la creencia de muchas personas, que opinan que los gatos son mascotas despegadas y ariscas que no muestran afecto muy a menudo a sus dueños, tener a estos felinos en casa aporta compañía y hace que no te sientas solo. Pero, además, también impacta positivamente en la salud y el bienestar de quienes comparten hogar con ellos. Diversos estudios respaldan múltiples beneficios y destacan el papel que los gatos desempeñan en la vida cotidiana de los humanos.
Acariciar a un gato, por ejemplo, estimula la liberación de hormonas como la oxitocina y las endorfinas, conocidas por su capacidad para generar sensaciones de bienestar y apego. Al mismo tiempo, esta interacción reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a un mejor estado emocional. Además, el ronroneo de los gatos, con una frecuencia de vibración que oscila entre los 20 y los 140 Hz, tiene efectos terapéuticos que van desde la relajación muscular hasta la regeneración de tejidos, tal y como ha detallado el medio francés Ca m’intéresse.
El ronroneo, una terapia natural para el estrés y la ansiedad
El ronroneo de los gatos es mucho más que un sonido característico; es una herramienta natural que favorece la relajación y el bienestar. Este sonido tiene un efecto similar al de la terapia de sonido, ayudando a reducir tensiones físicas y mentales. Además, observar a un gato mientras juega o duerme puede ser una experiencia reconfortante que permite a las personas centrarse en el presente, disminuyendo el impacto de pensamientos negativos.
Un estudio publicado en la revista Anthrozoös respalda estas afirmaciones, y señala que los dueños de gatos experimentan una disminución significativa del estrés diario gracias a la interacción con sus mascotas. Este efecto es especialmente beneficioso para quienes padecen trastornos de ansiedad o depresión, ya que la presencia de un gato puede actuar como un ancla emocional en momentos de dificultad.
Impacto positivo en la salud cardiovascular
Los beneficios de tener un gato no se limitan al ámbito emocional. Según un estudio de la Universidad de Minnesota, las personas que conviven con gatos tienen un 30% menos de probabilidades de morir por un ataque al corazón en comparación con quienes no tienen estas mascotas. Este efecto protector se debe, en parte, a la capacidad de los gatos para reducir el estrés, lo que a su vez disminuye la presión arterial y el ritmo cardíaco.
La presencia de un gato puede fomentar hábitos más saludables en sus dueños, como establecer rutinas regulares y dedicar tiempo a la relajación. Estos factores contribuyen a mantener un corazón sano y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Incluso la mejora en la calidad del sueño, atribuida a la sensación de seguridad y confort que proporcionan los gatos, juega un papel importante en la salud del sistema cardiovascular.
El papel de los gatos en el desarrollo infantil
La interacción con gatos también tiene un impacto significativo en el desarrollo emocional y social de los niños. Cuando los más pequeños de la casa crecen con un gato, desarrollan habilidades como la empatía y la inteligencia emocional, al aprender a interpretar las necesidades y emociones del animal. Estas experiencias les ayudan a comprender y expresar mejor sus propios sentimientos.
Además, cuidar de un gato implica responsabilidades diarias, como alimentarlo, mantener limpia su arena y dedicarle tiempo de juego. Estas tareas fomentan la independencia y el sentido de responsabilidad en los niños. Por otro lado, un estudio del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciones de Estados Unidos reveló que la exposición temprana a gatos podría reducir el riesgo de desarrollar alergias y asma, desafiando la creencia popular de que estos animales son perjudiciales para la salud respiratoria de los más pequeños.
Un apoyo emocional para combatir la soledad
Para las personas que viven solas, los gatos pueden ser una fuente ilimitada de apoyo emocional. Estos animales ofrecen una combinación única de independencia y afecto, lo que los convierte en compañeros ideales para quienes buscan una conexión emocional sin la necesidad de un cuidado constante. Su presencia puede aliviar los efectos negativos del aislamiento social, proporcionando una sensación de compañía y seguridad.
Además, los gatos pueden facilitar la interacción social. Compartir experiencias relacionadas con estas mascotas, ya sea en redes sociales o en conversaciones con otros amantes de los felinos, puede ayudar a establecer vínculos con personas que comparten intereses similares. Esta capacidad de los gatos para conectar a las personas refuerza su papel como aliados en la lucha contra la soledad.