Philip Lane da la razón a De Guindos y afirma que bajarán los tipos de interés en junio, pero las restricciones se mantendrán

El economista jefe del eurobanco incide en que la inflación obliga al supervisor a seguir con su política monetaria restrictiva este año y será el próximo cuando estudiará su normalización

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El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane. REUTERS/Yiannis Kourtoglou
El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane. REUTERS/Yiannis Kourtoglou

La semana pasada fue el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, el que adelantó que el eurobanco bajará en junio los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta situar el precio del dinero en el 4,25%. Ahora es Philip Lane, el economista jefe del BCE, el que ha anunciado que, salvo sorpresas, la institución rebajará los tipos de interés en su reunión de la semana que viene. No obstante, ha señalado que la entidad seguirá manteniendo su política monetaria restrictiva durante este año y será en 2025 cuando se empiece a discutir su normalización.

Según manifiesta Lane en una entrevista concedida a ‘Financial Times’, “salvo grandes sorpresas, en este momento hay suficiente en lo que vemos para eliminar el nivel máximo de restricción”. Añadió que el flujo de datos de los próximos meses ayudará al Consejo de Gobierno del BCE a decidir la velocidad con la que eliminará más restricciones.

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Advirtió que el supervisor se tomará su tiempo antes de realizar nuevos movimientos, ya que todavía habrá que ser restrictivos “durante todo el año”, aunque dentro de esa zona restrictiva se puede bajar “un poco”, mientras que será en 2025, cuando las previsiones apuntan a la desaceleración de los salarios, cuando habrá un debate sobre la normalización.

“A menos que llegue una sorpresa, el debate de este año consiste en seguir siendo restrictivo. Pero el nivel exacto de restricción necesario dependerá de los datos”, explica.

Inflación, en el punto de mira

Philip Lane cree que la magnitud de la inflación que todavía se observa en los servicios supone la necesidad de ser restrictivos este año, para asegurarse de que la presión de costes no impulse demasiado los precios.

Hay que tener en cuenta que, tras tres meses consecutivos de caídas de precios en la eurozona, la inflación se mantuvo en abril en el 2,4%, mientras que la inflación subyacente, que excluye la energía, los alimentos y el tabaco por ser más volátiles, continuó con su senda a la baja y cayó dos décimas, hasta el 2,7%.

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En términos de la tasa real, el economista jefe del BCE, reconoce que, con la inflación bajando en comparación con la registrada en otoño del año pasado, se puede tener la misma cantidad de restricción real con una tasa nominal más baja.

Lane cree que una razón clave por la que la inflación ha caído más rápido en la eurozona que en Estados Unidos es porque la región europea se vio más afectada por el ‘shock’ energético desencadenado tras la invasión rusa de Ucrania.

“Hacer frente a la guerra y al problema energético ha sido costoso para Europa (...), pero en términos de ese primer paso (comenzar a recortar los tipos) es una señal de que la política monetaria ha cumplido en garantizar que la inflación baje oportunamente. En ese sentido, creo que hemos tenido éxito”, afirmó.

En cuanto a los sueldos, datos del BCE apuntan a que la subida de los salarios negociados en la zona euro alcanzó el 4,69% interanual en el primer trimestre de 2024, lo que supone una aceleración respecto del alza del 4,45% en el último trimestre del año pasado. Esta subida durante el primer trimestre de 2024 volvió a rozar el incremento interanual récord del 4,70% registrado en el tercer trimestre de 2023.

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La normalización de los sueldos se retrasa a 2026

Ante esta escalada, Lane considera que, si se analiza en detalle, el sentido general de los salarios todavía apunta a una desaceleración, aunque puntualiza que esto no significa necesariamente un retorno inmediato al estado estacionario, ya que en 2024 “el ajuste es claramente bastante gradual”.

No obstante, cree, que si bien las proyecciones apuntan a una desaceleración mayor el próximo año, las expectativas sugieren que “los salarios no se normalizarán hasta 2026″. Indicó que “en términos más generales, dijimos que la inflación se recuperará este año y que los salarios también se recuperarán hasta cierto punto. Pero hay una tendencia a la baja, aunque básicamente habrá fluctuaciones en torno a esa tendencia”.

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