El Kingdom Arena de Riyadh rugía con la fuerza que conlleva presenciar un partido entre las dos mejores raquetas del circuito y la ilusión de las primeras veces, pues hasta la fecha era territorio inhóspito para el tenis y parece que ha llegado para quedarse. Arabia Saudí, obcecada en invadir cualquier modalidad del deporte con repercusión a lo grande, decidió reunir, con la temporada cerrada y cerca de reanudar la siguiente, a los mejores tenistas del universo, los que acaparan semana tras semana más atención de la afición.
Un cara a cara entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz, números uno y dos del mundo, siempre es garantía de éxito, de espectáculo, aunque no haya nada más en juego que ganar para minar la moral del rival. Alcaraz se impuso 4-6, 6-4 y 6-4 augurando batalla para el año que viene. “Cuando los jóvenes empiecen a patearme el culo significará que es el momento de reflexionar, pero por ahora no está sucediendo. Mi motivación adicional está en esos jóvenes que tienen hambre de éxito y están inspirados para jugar lo mejor que puedan contra mí. En cierto modo, ellos despertaron la bestia que hay en mí”, reflexionaba Djokovic tras vencer a Alcaraz en las ATP Finals de Turín.
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Victoria en dos actos
Poco más de un mes después, el murciano saltó al Kingdom Arena de Riyadh decidido a cumplir la primera parte de la declaración del serbio. No obstante, Djokovic dejó claro desde el primer punto que vendería cara su piel. Su ace inicial fue una declaración de intenciones. Cedió el primer servicio, pero luego jugó con una intensidad de la que logró liberarse Carlos ya en la segunda manga. En ella se adelantó de nuevo con 2-0 pero, esta vez, mejor al saque, ya no cedió su ventaja.
Ambos tenistas mezclaron el show de una exhibición con la sentida rivalidad que mantienen. El primer intangible dejó un punto ganado por Alcaraz de esos que no se olvidan. Djokovic buscaba poner el 4-2, pero el murciano reaccionó en dos actos. Su servicio llevó al serbio a la esquina obligando a un resto forzado del balcánico y Carlitos subió a la red para golpear sin necesidad de bote alguno. Novak esbozaba una sonrisa irónica y le señalaba mientras corría, en vano, en dirección a la pelota.
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Aviso para 2024
La grada rompía en aplausos y Alcaraz sonreía. Perdió el primer set, pero se rehizo en el segundo para forzar la tercera y definitiva manga disputada en una superficie rápida que favorecía el juego de Carlos. Quedó reflejado en el último set, cuando Novak esquinó a un Alcaraz que exhibió su capacidad para llegar a bolas imposibles. No sólo le dio tiempo a golpear, sino a devolverle la prueba de exigencia con un paralelo a la línea. Djokovic dejó caer su raqueta en señal de reconocimiento.
Nadie regaló nada en Riad y el duelo tuvo de todo. Puntos extraordinarios y batalla. Pero también buen humor. La sonrisa prevaleció sobre la contrariedad. Sin protestas, sin malos gestos, sin desafíos, pero el amor propio por bandera. Para Novak este ha sido el último acto previo a la temporada, pues de aquí partirá directo a la United Cup. Carlos jugará el mismo jueves 28 de diciembre en Murcia frente a Roberto Bautista antes de poner rumbo a Australia. Carlitos se llevó un triunfo, poco relevante en términos ATP, pero ante el número uno del mundo, su principal escollo entre él y el éxito.