Puigdemont hace peligrar el calendario de Sánchez para su investidura al quedar flecos sueltos en la ley de amnistía

Tanto el PSOE como Junts enfrían las opciones de que alcancen un acuerdo a lo largo del fin de semana, pero los socialistas siguen trabajando con la previsión de celebrar la investidura los próximos 8 y 9 de noviembre

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El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (Yves Herman/Reuters)
El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (Yves Herman/Reuters)

El acuerdo del PSOE con Junts para la investidura de Pedro Sánchez sigue sin cerrarse. Aunque la opción de un pacto parecía casi imposible hace más de tres meses, a estas alturas, ambas partes no están lejos de un acuerdo, pero los planes han cambiado en las últimas 48 horas y quién sabe si se trastocarán las previsiones de las siguientes jornadas. El PSOE manejaba el escenario de cerrar este jueves los acuerdos más complicados para la investidura de Sánchez –los que atañen a Junts y ERC– y así poder fijar la fecha este viernes.

Pero ni lo uno ni lo otro. Los socialistas solo consiguieron sellar el jueves el pacto con los republicanos, que incluye la ley de amnistía, el traspaso de Rodalies a la Generalitat y la condonación de parte de la deuda de Cataluña. Si bien, la jornada dejó un mal sabor de boca a los socialistas en lo referente a las negociaciones con Junts y sus aspiraciones de registrar junto a estas y otras fuerzas la ley de amnistía.

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Los escollos en el último tramo de la negociación a cuenta de la ley de amnistía forzaron la cancelación de la rueda de prensa de Carles Puigdemont prevista en Bruselas tras la reunión con la cúpula del partido. Horas después de este cónclave celebrado en un hotel de la capital belga, el expresidente de la Generalitat advirtió en un tuit: “Siempre hemos dicho que para tratar con el sistema político español todas las precauciones son pocas. Nos mantenemos y nos reafirmamos”. “No cambiaremos la prudencia y las precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que tengan algunos”, apostilló.

Otro intento se abría paso este viernes, aunque sin éxito al terminar la jornada. Según fuentes socialistas de la negociación, hubo conversaciones e “intercambio de papeles”, pero, lejos de lo que se llegó a publicar, no se llegó a producir ninguna reunión entre el número 3 del PSOE, el secretario de Organización, Santos Cerdán, con el líder de Junts, Carles Puigdemont. Al menos por la mañana.

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“No me consta que se hayan visto en persona”, apostillaron estas fuentes, que en cualquier caso dejaron en el aire esta posibilidad dependiendo de los avances en la negociación. Cerdán, que se reunió con el expresident el pasado lunes en la capital comunitaria, se volvió a desplazar a Bruselas tras su asistencia a la jura de la Constitución de la princesa Leonor para tratar de atar todos los cabos sueltos de la negociación con el partido independentista después de que este jueves, el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, hiciera lo propio con el líder de ERC, Oriol Junqueras.

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en la reunión con el expresidente Carles Puigdemont. (PSOE)
El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en la reunión con el expresidente Carles Puigdemont. (PSOE)

Estas fuentes coinciden en señalar los flecos sueltos existentes en torno a la medida de gracia, que espera en el banquillo para ser registrada en el Congreso, ya que una de las condiciones de los partidos independentistas es que la iniciativa se presente y sea calificada por la Mesa de la Cámara Baja, con mayoría progresista, antes de la investidura de Sánchez.

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Los socialistas perfilan matices “muy complejos”, que “necesitan de juristas que los revisen” ante el riesgo de que la norma sea paralizada más adelante por el Tribunal Constitucional. Y es que ese es un asunto mollar en el PSOE una vez Sánchez se abrió a esta medida. Todas las cautelas son pocas para garantizar el cumplimiento de la Constitución, el “marco” en el que han basado las negociaciones sobre la medida.

El PSOE insiste en fijar la investidura para la próxima semana

Aunque la voluntad para sellar un pacto sigue firme por ambas partes, tanto el PSOE como Junts enfrían las opciones de que alcancen un acuerdo a lo largo del fin de semana. Este cambio de planes está detrás del retraso de la fijación del debate de investidura, una potestad que corresponde a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, en comunicación con el candidato para poner la fecha.

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Fuentes socialistas de la Mesa del Congreso dejan claro que el día no se fijará hasta que la incógnita sobre el eventual apoyo de Junts quede despejada. Si bien, desde el grupo socialista insisten en que el partido trabaja para fijar el pleno de investidura los próximos 8 y 9 de noviembre. En todo caso, no quieren que esta previsión suponga una cuenta atrás: “Hasta el 27 de noviembre hay tiempo”, señalan voces del PSOE involucradas en la negociación.

Por si acaso, la Mesa del Congreso, con mayoría de progresista, aprobó en su reunión de este viernes habilitar todos los festivos hasta el 27 de noviembre, incluido el que se celebra en Madrid el próximo 9 de noviembre, el Día de la Almudena, para que se pueda celebrar un pleno de investidura en cualquier momento. Asimismo, aunque el reglamento señala que la convocatoria de un pleno ha de anunciarse con 48 horas de antelación, el texto que regula la actividad en el Congreso contempla la posibilidad de que la Mesa avale la fijación de un debate con 24 horas de antelación. La mayoría de PSOE y Sumar podría permitir esta opción.

Para que se active esta fase, los socialistas quieren cerrar al menos el acuerdo con Junts. El BNG, cuyo diputado no es imprescindible para esta votación pero forma parte del bloque plurinacional, también dio un paso relevante este viernes al avalar la Ejecutiva Nacional el principio de acuerdo con los socialistas, que incluye “medidas compensatorias” para condonar parte de la deuda pública de Galicia adquirida mediante financiación privada.

Cabe señalar que todavía queda pendiente de cerrarse el apoyo del PNV, pero el PSOE no teme que la negociación descarrile con su “socio preferente” ni los jeltzales han amagado con impedir la investidura de Pedro Sánchez.

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