La reacción de Teo Gutiérrez en su celebración del gol que marcó para Rosario Central ante Boca provocó el enojo de los hinchas Xeneizes y algunas voces en contra de su provocación pero recordó, también, algunas otras actitudes que forman la colección de, con el tiempo, lo pintoresco del fútbol argentino.
Hace 12 años Carlos Tevez, ayer enojado con el colombiano, fue protagonista de una de las señas que desde entonces se replican hasta el cansancio, conocida por todos como La Gallinita. Entonces, Boca enfrentaba a River en la semifinal de la Copa Libertadores 2004 y el Apache anotó el gol que le permitió a los de Carlos Bianchi forzar la definición por penales que luego ganó.
En mayo de 2011 y también en el marco de un Superclásico, Boca le ganó 2-0 a River y lo dejó al borde de la Promoción que finalmente perdió para irse al descenso. Sobre el final del encuentro, Matías Almeyda, símbolo Millonario, vio la roja y ante el repudio de los hinchas Xeneize se besó la camiseta.
En el verano de 1999 Diego Latorre se convirtió en persona no grata para muchos hinchas de Boca por el inolvidable gesto que hizo, tapándose la nariz, en el festejo del gol con el que Racing derrotó a Boca, el club en el que trascendió como futbolista, durante un partido de verano.
Nadie podrá negar que Teófilo Gutiérrez es un jugador conflictivo y, por tanto, su accionar contra Boca no sorprende. Actitudes como esa tiene y de sobra, como cuando justamente ante el Xeneize provocó una catarata de insultos en una celebración de gol cuando jugaba para River.
Acciones provocadores no deberían ser celebradas pero cuando parten de símbolos de un club se entienden en el marco de la autoridad que ciertos futbolistas tienen para llevarlas a cabo y luego soportar las consecuencias. No es el caso de algunos futbolistas que suelen tener a mano el gesto de frío y no dudan en utilizarlos cuando poca historia (o ninguna) han escrito con la camiseta que llevan puesta.
A algunos, como es el caso de Daniel Cata Díaz y Daniel Osvaldo, les gana el contexto. Luego se apela a la adrenalina del momento y cierta muestra de arrepentimiento existe.
Y otros quedan grabados en la retina desde la inocencia, si es que cabe el término, de quien se ve perdido, como le sucedió a Ramón Díaz en la Bombonera en el momento en que, tras ser expulsado, la hinchada Xeneize le cantó "vos sos de la B" y él se encargó de marcar que él, justo él, no.