A medida que se aproxima el fin de año, miles de bogotanos buscan alternativas para celebrar la llegada del 2025 fuera de la capital.
Destinos cercanos a Bogotá ofrecen una combinación de naturaleza, cultura y tradición, convirtiéndose en opciones ideales para quienes desean despedir el año en un entorno diferente y regresar a la ciudad tras la festividad.
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La región andina, con su riqueza paisajística y su calendario de eventos, se prepara para recibir a visitantes con propuestas que van desde avistamientos de ovnis hasta festivales de luces y actividades al aire libre.
Entre los lugares más recomendados destaca Guatavita, un municipio con fuerte carga histórica y cultural, situado a 57 kilómetros de Bogotá y a una altitud de 2.680 metros sobre el nivel del mar.
Durante las festividades de fin de año, el pueblo se transforma en un espacio lleno de luces y unión, en el que los visitantes pueden disfrutar de un ambiente de paz y tradición.
La Laguna de Guatavita, considerada sagrada por los muiscas, es el epicentro de recorridos guiados y rituales ancestrales. Para quienes viajan en automóvil, el acceso puede realizarse por la Calera o la Autopista Norte.
El hospedaje, según la plataforma Booking, parte desde los $200.000 por dos personas durante dos noches, aunque el precio varía según las características del alojamiento.
En el último tramo del año, Villa de Leyva se consolida como uno de los destinos más populares de la región andina, especialmente por su “Festival de las Luces”, celebrado en diciembre en conmemoración del Día de la Inmaculada Concepción.
Según el portal Colombia Travel, los habitantes decoran balcones, aceras y terrazas con faroles y velas, generando un espectáculo visual único.
El municipio, ubicado a aproximadamente tres horas de Bogotá, ofrece arquitectura colonial, eventos culturales en la plaza principal y fuegos artificiales.
El trayecto en automóvil implica cuatro peajes: Los Andes, Roble y Albarracín y Sáchica. El hospedaje para dos adultos durante dos noches inicia en $280.000, con opciones que incluyen zonas de camping, apartamentos, hoteles y hostales.
Para quienes buscan una experiencia en contacto directo con la naturaleza, el Parque Nacional Natural Chingaza se presenta como una alternativa destacada. Ubicado a 50 kilómetros de la capital, este parque abarca áreas de Cundinamarca y Meta, y permite explorar senderos como Sua Sie y lagunas de origen glaciar, entre ellas las de Siecha y Chingaza.
El avistamiento de fauna, como venados de cola blanca al amanecer, es uno de sus principales atractivos. El acceso se realiza por las entradas rurales de La Calera, Guasca y Fómeque, y es obligatorio reservar con al menos tres días de anticipación. El parque exige llevar provisiones, ya que no hay venta de alimentos, y prohíbe el uso de plásticos de un solo uso.
En el departamento de Boyacá, Monguí se distingue como uno de los Pueblos Patrimonio de Colombia. Ubicado a poco más de 220 kilómetros de Bogotá, este destino ofrece arquitectura colonial, calles empedradas y acceso al Páramo de Ocetá, considerado por Colparques como el más hermoso del mundo.
Durante el fin de año, Monguí se llena de vida con ferias y eventos comunitarios.
Para quienes prefieren climas cálidos, Carmen de Apicalá en el Tolima se presenta como una excelente opción. A tres horas y media de Bogotá y con una temperatura promedio de 30 ℃ (86 ℉), este municipio es reconocido por su belleza arquitectónica y atractivos naturales.
El hospedaje para dos personas durante dos noches inicia en $200.000, y existen fincas para grupos grandes desde $2.000.000.
Sopó, a 35 kilómetros de Bogotá, es el epicentro del parapente en la región. El centro Paraíso ofrece vuelos tándem de veinte minutos por aproximadamente $230.000, permitiendo vistas al embalse de Tominé, la Laguna de Guatavita y la sabana de Bogotá. Esta actividad, ideal para quienes buscan aventura antes de las celebraciones nocturnas, puede combinarse con el regreso a la capital en el mismo día.
Otra alternativa cercana es Villeta, a dos horas de Bogotá, con una temperatura promedio de 26 ℃ (78,8 ℉). El acceso implica cuatro peajes: Siberia ($12.200) y Corzo ($10.000), dos de ida y dos de regreso. El hospedaje para dos personas durante dos noches parte desde $200.000, con opciones en medio de la naturaleza.
La Peña de Juaica, situada entre Tabio y Tenjo a 3.100 metros sobre el nivel del mar, es conocida como “el portal de Juaica” y famosa por relatos de avistamientos de ovnis y fenómenos paranormales. El trayecto desde Bogotá dura entre cuarenta y cinco y sesenta minutos, y aunque el acceso a la cima está restringido, los alrededores ofrecen vistas espectaculares y un ambiente cargado de misterio.
La Calera, a solo 18 kilómetros al nororiente de Bogotá, destaca por sus celebraciones navideñas en el parque principal, mercadillos y decoraciones luminosas. Su altitud, entre 2.600 y 3.000 metros, y su temperatura promedio de 14 ℃ (57,2 ℉) lo convierten en un destino accesible para una escapada rápida.
Fusagasugá, conocida como la Ciudad Jardín de Colombia, se encuentra a 69,4 kilómetros de la capital y ofrece un clima cálido, eventos culturales y espacios verdes. Las festividades incluyen actividades familiares y una arquitectura característica que resalta en diciembre.
Por último, Choachí, a 38 kilómetros de Bogotá y a 1.923 metros sobre el nivel del mar, combina naturaleza y tradición. Sus senderos ecológicos, baños termales y alumbrados navideños lo convierten en un sitio ideal para quienes buscan relajarse y conectar con el entorno natural durante las festividades.
Cada uno de estos destinos, ubicados en Cundinamarca, Boyacá y Tolima, ofrece experiencias únicas para despedir el año en un entorno lleno de tradición, cultura y naturaleza.
Desde el misticismo de Guatavita hasta los espectáculos luminosos de Villa de Leyva, los municipios cercanos a Bogotá se consolidan como opciones preferidas para quienes desean celebrar el Año Nuevo fuera de la ciudad.