En Colombia, diciembre es una época llena de tradiciones arraigadas en la cultura popular, y una de las más esperadas es la celebración navideña. A medida que se acercan las festividades, las familias colombianas se preparan para compartir momentos especiales en torno a la música y entre los géneros más recurrentes en estas celebraciones, los villancicos ocupan un lugar destacado.
Estos cantos, cargados de historia y tradición, se convierten en la banda sonora de las novenas —devocional durante nueve días consecutivos antes del 25 de diciembre—, las reuniones familiares y las verbenas, llenando de alegría y fervor religioso a los hogares colombianos.
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Cabe destacar que el villancico, como género musical, tiene un origen que se remonta a la Edad Media y el Renacimiento; aunque inicialmente no estaban relacionados con la Navidad, estos cantos eran populares en las villas, donde se componían con letras sencillas y melodías pegajosas. Con el tiempo, la iglesia católica adoptó los villancicos, reconociendo su influencia en la transmisión de mensajes religiosos.
En Colombia, estas composiciones fueron asimiladas con gran entusiasmo, y con el paso de los años, adquirieron un tono local que resuena en las celebraciones navideñas del país. Hoy en día, los villancicos son interpretados no solo en iglesias, sino también en hogares, donde se cantan durante las novenas de aguinaldos y en los encuentros familiares que caracterizan las festividades.
Los villancicos colombianos más populares para cantar en familia
Si bien en Colombia se pueden escuchar villancicos de diferentes géneros y estilos, algunos de los más tradicionales y queridos son los que han sido parte de la historia musical del país. A continuación, se presentan algunos de los villancicos más populares y su letra, que siguen siendo cantados con gran fervor durante las festividades navideñas:
- Mi burrito sabanero: este villancico, originario de Venezuela, pero adoptado con mucho cariño por los colombianos, narra el viaje de un niño con su burro hacia Belén para adorar al Niño Jesús. Su ritmo alegre y pegajoso es ideal para cantar en familia.
La letra, lleno de versos alegres como “el lucerito mañanero ilumina mi sendero”, invita a todos a unirse en la celebración del nacimiento de Jesús y se añade: “Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén, si me ven, si me ven, voy camino de Belén (...)”.
- Tutaina: tiene un toque más tradicional y festivo, propio de las regiones costeras de Colombia. Con su característico estribillo “Tutaina, tuturumá”, es uno de los villancicos más cantados en las novenas de aguinaldos.
La letra relata la llegada de los pastores y los tres Reyes Magos a Belén, que celebran el nacimiento de Jesús: “Tutaina, tuturumá, tutaina, tuturumaina, los pastores de Belén vienen a adorar al niño. La Virgen y San José los reciben con cariño (...)”.
- A la nanita nana: este villancico tiene un tono más melódico y tranquilo, perfecto para los momentos más íntimos de la celebración. Con una letra que invita al Niño Jesús a descansar, es comúnmente cantado por los más pequeños de la familia, que se sienten atraídos por su ritmo suave y sus palabras llenas de ternura.
“A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea (...)”, dice parte del estribillo.
- Los peces en el río: este villancico es uno de los más representativos de la tradición navideña colombiana, especialmente en las regiones del interior del país. Con un ritmo alegre y repetitivo, es común verlo en las novenas y en las reuniones familiares.
La letra describe cómo los peces del río celebran el nacimiento de Jesús, mientras que la Virgen María realiza labores cotidianas: “La virgen se está peinando, entre cortina y cortina. Sus cabellos son de oro y el peine de plata fina, pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber (...)”.
- Antón: tiene una melodía pegajosa y alegre que invita a cantar y a mover los pies. Es un canto popular en muchas regiones de Colombia, especialmente en la zona andina.
Su letra, con la frase “Antón tiru riru riu”, es repetitiva y fácil de aprender, lo que lo convierte en un villancico perfecto para que los niños participen: “Jesús al pesebre, vamos a adorar. Jesús al pesebre, vamos a adorar. Ya dormido en el regazo, de María, el salvador, va soñando dulcemente, música y cantos de amor (...)”.