El balance de capitales que ingresaron a Colombia en 2025 dejó una fotografía con contrastes marcados. Mientras el dinero que llegó a los mercados financieros mostró un giro favorable y de gran magnitud, la inversión destinada a proyectos productivos volvió a retroceder, encendiendo alertas sobre la solidez del crecimiento económico en el mediano y largo plazo.
De acuerdo con la última información de la Balanza Cambiaria del Banco de la República, la inversión extranjera directa (IED) acumulada hasta noviembre alcanzó los USD8.368 millones. La cifra implica una caída de USD1.653 millones frente al mismo periodo del año anterior, cuando el país había recibido USD10.021 millones. En términos porcentuales, el descenso fue de 16,5%, una señal clara de enfriamiento en la llegada de capitales orientados a crear empresa, ampliar operaciones o adquirir activos productivos.
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El comportamiento de la IED no fue homogéneo a lo largo del año. Las cifras mensuales reflejan una trayectoria irregular, marcada por episodios de debilidad y algunos repuntes puntuales. Enero, que en 2024 había sido un mes sólido con ingresos por USD1.295 millones, arrancó en 2025 con USD882 millones, dando inicio a una tendencia descendente. El momento más crítico se registró en junio, cuando la inversión directa apenas llegó a USD584 millones, por debajo de los USD677 millones observados en el mismo mes del año previo.
Hacia el cierre del año, sin embargo, apareció una leve señal de recuperación. En noviembre, la IED sumó USD703 millones, superando los USD620 millones de noviembre de 2024. Aunque el repunte no compensa la caída acumulada, sí sugiere un cambio moderado en el ánimo de algunos inversionistas.
Por sectores, el golpe más fuerte volvió a concentrarse en el rubro minero-energético. Petróleo y minería, históricamente los principales receptores de inversión extranjera en Colombia, pasaron de captar USD7.155 millones en 2024 a USD6.384 millones en 2025. La reducción fue de USD771 millones, equivalente a una contracción del 10,77% dentro de este segmento. Aun así, este sector continúa concentrando la mayor parte de la IED, con el 76,2% del total acumulado.
Más preocupante resulta el desempeño de los sectores no extractivos. Al descontar petróleo y minería, la inversión dirigida a industria, comercio y servicios cayó de USD2.866 millones en 2024 a USD1.984 millones en 2025. El retroceso, superior al 30%, evidencia un deterioro en la diversificación de la inversión extranjera, justamente en los sectores que suelen generar mayor empleo estable y transferencia de conocimiento.
El panorama cambia de forma drástica cuando se observa la inversión de portafolio, es decir, los flujos asociados a la compra de acciones, bonos y otros títulos financieros. En este frente, Colombia pasó de un saldo negativo de USD3.420 millones en 2024 a un superávit de USD7.065 millones en 2025. El salto representa una inyección neta de USD10.485 millones al mercado de capitales, impulsada por un renovado apetito de los inversionistas extranjeros por la deuda pública y privada del país.
Este comportamiento estuvo influido por operaciones puntuales de manejo de deuda, especialmente entre agosto y septiembre. En septiembre, el ingreso neto de inversión de portafolio alcanzó USD7.853 millones, luego de haber registrado USD894 millones en agosto. Expertos del mercado explican este movimiento por emisiones de bonos a tasas atractivas y por ajustes en la percepción de riesgo de Colombia por parte de grandes fondos internacionales.
A pesar del resultado positivo en el acumulado anual, la inversión de portafolio mantuvo su característica volatilidad. En meses como abril y mayo se registraron salidas netas de USD447 millones y USD1.486 millones, respectivamente, reflejando la sensibilidad de estos flujos a los cambios en las tasas de interés globales y a las expectativas sobre la política económica.