El Gobierno de Gustavo Petro informó que tanto los sindicatos como los empresarios mostraron disposición para negociar el aumento del salario mínimo 2026, lo que abrió la posibilidad de ajustar las propuestas iniciales, que hasta ahora presentan una diferencia considerable. Tras la reunión de la mesa de concertación del 11 de diciembre de 2025, el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, destacó el ambiente de apertura al diálogo entre las partes, en teniendo en cuenta que la definición de la subida del sueldo impacta a millones de trabajadores y empresas en el país.
Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, el funcionario remarcó que el Gobierno asume una doble función: actuar como árbitro y, al mismo tiempo, representar la voz de la ciudadanía en la discusión salarial. “No hemos querido todavía presentar propuestas concretas, pero queremos informarle a la opinión pública, con mucha satisfacción y con mucho optimismo, que ambas partes han mostrado una disposición a aproximarse a un acuerdo”, afirmó el ministro.
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Según él, ni la propuesta del 7,21% presentada por los empresarios ni la del 16% de los sindicatos son inamovibles, lo que abre la puerta a eventuales ajustes antes de la próxima reunión clave, prevista para el 15 de diciembre. El titular de la cartera laboral también anunció la intención del Gobierno de convocar una audiencia pública en esa fecha, con el objetivo de escuchar otras voces y enriquecer el proceso de concertación antes del próximo encuentro de la mesa.
Por el lado sindical, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras centrales obreras reiteraron la existencia de una “distancia abismal” entre su propuesta de incremento del 16% y la de los empresarios. El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, expresó que “seguimos sintiéndonos pesimistas y aspiramos a que el Gobierno vea la conveniencia de que un incremento del salario mínimo más cercano a la propuesta de los trabajadores”.
El dirigente insistió en que la participación sindical en la negociación depende de que los empresarios eleven su oferta a un ajuste de al menos dos dígitos. “Si ellos no modifican su posición, nosotros tampoco lo haremos”, advirtió, y precisó que el punto de partida para cualquier conversación debe ser un aumento superior al 10%.
Dispuestos a revisar las cifras
Arias también dejó claro que la CUT está dispuesta a revisar la cifra si los empresarios mejoran la suya: “Estamos dispuestos a revisar nuestra cifra en la medida en que ellos suban. Dos dígitos es nuestra base, y si se alcanza ese nivel, nos sentamos a conversar”. De paso, calificó la brecha actual como “total” y cuestionó la falta de generosidad en la propuesta empresarial, lo que, según él, dificulta avanzar en la concertación.
La solicitud sindical del 16% se fundamenta en la necesidad de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores frente a la inflación y el encarecimiento de bienes y servicios esenciales. De aprobarse esta propuesta, el salario mínimo mensual pasaría de $1.423.500 a $1.651.260, lo que representa un incremento de $227.760. Al sumar el auxilio de transporte, el monto total alcanzaría $1.883.260, es decir, entre $227.760 y $259.760 más que el valor vigente.
Cómo sería el aumento del salario mínimo con la propuesta de las empresas
Por parte del sector empresarial, los gremios —incluyendo la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) y la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi)— propusieron un incremento del 7,21%. La cifra llevaría el salario mínimo a $1.526.191, con un aumento de $102.691, y el total con auxilio de transporte a $1.740.554, lo que supone un incremento cercano a los $117.000.
Los representantes empresariales justificaron la propuesta en criterios técnicos, teniendo como referencia la inflación observada del 5,3%, la productividad total de los factores (0,91%) y un componente adicional de ganancia real de 100 puntos básicos. En una comunicación dirigida al ministro Sanguino, los gremios manifestaron su preocupación por el deterioro del mercado laboral y el aumento de la informalidad.
La sorpresa de los empresarios
La presidenta de Acopi, María Elena Ospina, expresó que los empresarios quedaron “sorprendidos” ante la propuesta sindical y reconoció: “Estamos muy alejados para tener una propuesta conjunta”.
La líder gremial explicó que la posición empresarial se basa en el análisis de factores como la inflación reportada por el Dane, la productividad y el panorama del empleo en Colombia.
Detalló que, de los 23 millones de ocupados en el país, 11,3 millones ganan menos de un salario mínimo y 2,4 millones ganan un salario mínimo. “Determinamos una fórmula responsable con las empresas y con los empleados, con nuestros trabajadores”, afirmó, al explicar que la propuesta del 7,21% busca equilibrar las variables económicas y sociales.