Estos son los chats que implicarían al Ministerio de Hacienda en el escándalo de la Ungrd: varios funcionarios habrían recibido presiones y chantajes

Un extenso intercambio de mensajes privados muestra cómo dos colaboradoras del Ministerio de Hacienda discutieron sobre presuntos chantajes, disputas políticas y el impacto de las investigaciones judiciales en la estabilidad institucional de Colombia

Chats inéditos entre funcionarias del Ministerio de Hacienda revelan presiones y tensiones en el escándalo Ungrd - crédito Ungrd/Colprensa

Más de 1.100 páginas de chats inéditos entre dos funcionarias del Ministerio de Hacienda han revelado detalles sobre el escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), según información obtenida por El Espectador.

Las conversaciones, que se desarrollaron entre mayo de 2023 y enero de 2025, expondrían presiones, chantajes y tensiones internas que involucran a exministros, congresistas y altos funcionarios, en medio de la creciente inquietud ante las investigaciones judiciales que afectan la gobernabilidad y la confianza en las instituciones de Colombia.

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Las protagonistas de estos intercambios son Alba Nury Martínez, secretaria privada del entonces ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, y Andrea Ramírez, enlace con el Congreso y actualmente investigada por la Fiscalía. Ambas mantuvieron un diálogo constante sobre los movimientos políticos y las presiones que enfrentaban en el Ministerio.

La aconsejo todo el tiempo”, afirmaba Ramírez sobre María Alejandra Benavides, exasesora y testigo clave en el proceso judicial. Los chats, recogidos por El Espectador, mostrarían cómo las funcionarias compartían críticas y preocupaciones sobre el entorno político y las decisiones del presidente Gustavo Petro.

Las funcionarias vinculadas al MinHacienda expresaron temor por investigaciones judiciales y amenazas contra testigos clave como Benavides - crédito Luis Jaime Acosta/Reuters

De hecho, en febrero de 2024, Ramírez comentaba: “Qué pelea la del presidente”, a lo que Martínez respondía: “Pues qué ganas de poder… Me asusta la necesidad de ‘controlar’ que tiene ese señor”.

El tono de los chats se intensificó en abril de 2024, cuando el presidente Petro declaró un día cívico de manera sorpresiva. Ramírez escribió: “¿Viste esto? Qué locura. ¿De un día a otro? O sea está loco. Quién lo asesora, haha”. Martínez replicó: “Sí, reloco”, y añadió: “Lo peor es que el presidente no lo hace por el ahorro del agua sino porque es el cumpleaños del señor y el aniversario del M-19”.

Ese mismo mes, el malestar con los congresistas de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público (Cicp) se hizo evidente. Ramírez se quejaba: “Me indigna. Primero hizo que todos los de la junta tengan tremendo problema y tiene el proyecto de ley de cupo de endeudamiento desde el 19 de marzo que lo radiqué y no ha firmado para mandarlo a la Comisión Tercera. Lo tiene hace un mes guardado”. Y sentenciaba: “Qué pereza la extorsión de la gente”.

Martínez, por su parte, señalaba: “Ese tipo es muy mañoso. El ministro le negocia la (reforma) pensional, pero debía estar promoviendo el proyecto de ley de cupo (de endeudamiento)”, se lee en los chats obtenidos por el diario nacional.

Las funcionarias también expresaron su preocupación por la falta de avances en la aprobación de créditos internacionales. “Oye, ¿y de la CICP tampoco tenemos luces?”, preguntó Martínez. “No”, respondió Ramírez. Martínez advirtió: “Es que del Banco Mundial nos dicen que, si no aprobamos eso pronto, nos van a quitar esa plata”.

La Fiscalía imputó cargos a Bonilla y Velasco, mientras la Corte investiga a parlamentarios de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público - crédito Mariano Vimos - Lina Gasca/Colprensa

El malestar con el director de Crédito Público, José Roberto Acosta, también quedó registrado: “Es que como a JR el ministro no le cree”, escribió Martínez, quien en tono irónico agregó: “Y el miércoles a marchar, compañera, haha”. Ramírez respondió: “Hahaha, los funcionarios públicos podemos marchar?”. “Sí, porque defendemos los derechos sindicales, jaja”, concluyó Martínez.

El impacto del escándalo Ungrd se sintió con fuerza en mayo de 2024. Martínez compartió la noticia de que Bonilla había avalado transferencias presupuestales a la Ungrd. Ramírez reaccionó: “Dios santo. Está difícil eso”. Martínez replicó: “Qué enredo”.

Ramírez intentó restar importancia a la cobertura mediática: “Lo que hay que dejar claro es que nosotros nos hicimos a un lado. Eso fue una decisión del Congreso. Caímos por bobos. Es que los congresistas sí sabían a lo que iban”.

La preocupación aumentó cuando el entonces director de la Dian Luis Carlos Reyes denunció en una reunión en Hato Grande que Bonilla “estaba comprando votos” en el Congreso. Ramírez exclamó: “Mk. Ese man qué le pasa con el ministro. Es pasado. Le va a volar la piedra al ministro. Nosotros ahí sí que no tenemos nada que ver, menos mal”.

La relación con los medios de comunicación fue otro foco de tensión. “En serio estos medios tienen hambre”, expresó Martínez. En julio de 2024, tras la publicación del testimonio de Olmedo López en Noticias Caracol, Martínez se mostró alarmada: “Mira lo del 27 (de noviembre de 2023). El ministro sí estuvo en Presidencia ese día. Quiero llorar”. Ramírez respondió: “Sí. Pero todo mal. Ese señor (Olmedo López) mezcla peras con manzanas. O sea, quiere joderlo”. Ambas lamentaron la exposición mediática de Benavides: “Qué tal, con foto y todo la sacaron”, dijo Ramírez. “Malditos medios de comunicación”, añadió.

Ricardo Bonilla envió duro mensaje a la Fiscalía General de la Nación por escándalo de la Ungrd - crédito Colprensa/Ungrd

La angustia se agudizó con la publicación de nuevos chats y la llegada de citaciones judiciales. “Siguen sacando cosas, dios (...) De nuevo primera noticia. Yo creo que ya pasó lo peor. Toca que el min no se deje asustar de esos medios. Malditos. Él no hizo nada malo cómo lo dicen ahí. Toca respirar y la otra semana pensar en otras cosas”, escribió Ramírez. Martínez opinó: “Lo que quiere Olmedo es armar polvero”.

En agosto, Martínez confesó: “Me da miedo esa señora que llama de la Corte, haha”. En octubre, Ramírez relató: “Llegó de nuevo la Corte a donde Diego (Guevara, viceministro). Qué pereza. Vinieron a tomar fotos de los lugares de trabajo”.

Las amenazas de muerte contra Benavides también generaron inquietud. Martínez comentó: “Esta vaina no es justa. La ponen como si ella fuera parte de la organización que montó Olmedo. No sé si me da más rabia que tristeza”. Ramírez respondió: “Ay no, horrible (...) No sé ni qué decir. Me siento mal por todo. Como culpable de dejarla a ella encargada. No sé, haha”.

En noviembre de 2024, la Corte abrió investigación formal contra los parlamentarios de la Cicp. Ramírez expresó: “Qué pereza eso, haha, pensé que ya no sonaba más”. La presión sobre Bonilla se intensificó: “Yo ayer lo vi muy angustiado diciéndome que mucha gente le estaba diciendo que renunciara”, relató Ramírez. Martínez replicó: “No, lo necesitamos como ministro”.

La renuncia de Bonilla se concretó el 4 de diciembre de 2024. Martínez lo resumió: “No aguantó el jefe”. Ramírez consideró: “Mejor. Está más tranquilo”. Martínez añadió: “Sí. Yo lo veía muy atormentado. Casi avergonzado. Ya no quería ver a nadie”.

Las entonces funcionarias se refirieron a la participación de Alejandra Benavides en el proceso contra el exministro de Hacienda Ricardo Bonilla- crédito Colprensa/Captura de pantalla @FiscaliaCol/X

Una semana después, las confesiones de Benavides ante la Fiscalía salpicaron a Bonilla, al exministro Luis Fernando Velasco y a la propia Ramírez. “Nunca me había pasado algo así, de sentirme tan mal”, confesó Ramírez. Martínez le transmitió el mensaje de Bonilla: “Lo que me dijo el jefe es que hay que buscar desbaratarle sus mentiras”. Ramírez coincidió: “Totalmente”. Martínez agregó: “Él estaba muy preocupado. Me preguntó cómo estabas. Me dijo que no te llamaba ni te escribía porque seguro tiene el teléfono intervenido”. Al día siguiente, Ramírez compartió su malestar: “Estoy ya emputada de las mentiras. Yo no sé qué le habrán encontrado a ella (a Benavides) para que tenga que inventar semejantes historias para salvar su pellejo”.

El desarrollo del escándalo Ungrd ha estado plagado por confesiones, investigaciones y la caída de figuras clave. Las funcionarias, en sus chats, describieron la difícil relación con el Congreso y la percepción de chantajes y extorsiones por parte de algunos políticos.

Bonilla y Velasco rechazaron los cargos cuando la Fiscalía los imputó el 1 de diciembre. Mientras tanto, el presidente Petro, que defendió a Bonilla tras su renuncia, enfrenta ahora otras investigaciones, como la presunta infiltración de disidencias en la inteligencia del Estado. Martínez, por su parte, ocupa actualmente el cargo de representante de Colombia en el Banco Centroamericano de Integración Económica en Honduras, aunque su permanencia estuvo en duda por gestiones del ministro del Interior, Armando Benedetti, según los chats revisados por El Espectador.

Las conversaciones también dejaron espacio para comentarios sobre otros parlamentarios y funcionarios. Ramírez calificó de “grosero” al congresista Heráclito Landínez, mientras que Martínez describió a José Roberto Acosta como “patán” y maltratador: “Con José toca tener paciencia y resistencia para no querer ahorcarlo”.

Sobre el senador Julio Estrada, Ramírez opinó: “Ese señor no me gusta. Es un indígena del ph (Pacto Histórico). Imagínate que no me firmaba la ponencia hasta que no le diera esta cita (con el ministro)”. Martínez respondió: “Es que en el Pacto hay mucha gente como fatal. Parecen oposición”. Ambas se burlaron de la impuntualidad del entonces director de Planeación Nacional, Alexánder López, y del propio presidente Petro.

En septiembre de 2024, tras un discurso de Petro sobre un supuesto golpe de Estado, Ramírez sentenció: “Ahora sí se chifló”. También criticaron a la representante María Fernanda Carrascal: “No me soporto a Carrascal”, dijo Ramírez, cuestionando sus posturas y su idoneidad como congresista.

En su declaración ante la Corte Suprema, Martínez explicó que su labor consistía en coordinar la agenda del ministro y gestionar reuniones con parlamentarios y mandatarios locales para la asignación de recursos. Negó haber escuchado el término “cupos indicativos” y defendió la honorabilidad de Bonilla, en contraste con las afirmaciones de Benavides sobre la supuesta compra de congresistas. Martínez no enfrenta investigaciones, a diferencia de Ramírez, quien sostiene su inocencia.

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