La atención pública se volcó hacia el empresario Ricardo Leyva Páez tras una denuncia reciente de la ciudadana Karen Santos, revelada por Cambio, que lo acusa de graves episodios de violencia física y psicológica.
La figura de Leyva, ampliamente reconocida en la industria del entretenimiento en Colombia, quedó bajo escrutinio no solo por su trayectoria profesional, sino por sus vínculos políticos y las investigaciones judiciales en curso.
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Con más de cuarenta años en el sector, Leyva se ha consolidado como uno de los empresarios más influyentes en la organización de conciertos y eventos masivos en Colombia.
Nacido en Bogotá, estudió odontología, aunque nunca ejerció esa profesión. Su incursión en el mundo del espectáculo comenzó tras una estadía en Venezuela, donde trabajó en una disquera y se familiarizó con el modelo de listados musicales en prensa, experiencia que decidió replicar en su país natal.
Durante los años ochenta, lideró la columna “Los Triunfadores” en el periódico El Tiempo, un ranking semanal que recopilaba las emisoras y artistas más escuchados en Colombia.
Este espacio le permitió establecer relaciones con disqueras, artistas y productores, conexiones que más adelante facilitaron su transición al negocio de los conciertos.
El primer gran evento que organizó fue una fiesta en Melgar, a partir de la cual empezó a traer al país a artistas de renombre como Celia Cruz, El Gran Combo de Puerto Rico, Grupo Niche, Guayacán, Las Chicas del Can y Wilfrido Vargas.
Con el paso del tiempo, Leyva amplió su alcance y comenzó a producir festivales de gran formato y eventos multitudinarios. Gracias a sus gestiones, Colombia recibió a figuras internacionales como Andrea Bocelli, Charly García, Elton John, Paul McCartney, Luis Miguel, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Rocío Dúrcal y Aerosmith. Actualmente, sus operaciones se canalizan principalmente a través de Ricardo Leyva Producciones y Ave Fénix Entretenimiento S.A.S.
La carrera empresarial de Leyva también ha estado marcada por relaciones cercanas con figuras políticas, en particular con el ministro del Interior, Armando Benedetti.
El nombre de Leyva apareció en una investigación de la Corte Suprema de Justicia después de que la magistrada Cristina Lombana ordenara un allanamiento en una de sus residencias en Lagos de Caujaral, el mismo conjunto residencial donde vive la familia de Benedetti.
Este procedimiento se desarrolla en una indagación sobre contratos estatales y movimientos financieros asociados al empresario.
Además, a mediados de noviembre de 2025, la Fiscalía abrió una indagación preliminar contra Benedetti y Leyva para investigar un posible “trueque” de bienes, lo que ha generado sospechas sobre un eventual ocultamiento de patrimonio.
En octubre de 2025, Ave Fénix Entretenimiento S.A.S., una de las empresas de Leyva, obtuvo un contrato con Rtvc por cerca de 7.968 millones de pesos para la producción de un evento cultural durante la cumbre de la Celac 2025. Según Cambio, algunos sostienen que la adjudicación se realizó sin licitación pública, lo que suscitó denuncias de favoritismo e intensificó las dudas sobre la naturaleza de los vínculos entre Leyva y Benedetti.
El domingo 30 de noviembre, Cambio publicó una entrevista en la que Karen Santos relató los presuntos abusos sufridos durante los cinco años de relación con Leyva.
Según su testimonio, el empresario la golpeaba de manera brutal y ejercía un control psicológico que la aisló de su familia, la dejó sin recursos económicos y la mantuvo en una situación de riesgo extremo. Santos explicó que conoció a Leyva hace varios años, cuando ambos trabajaban en la industria musical.
Tras una temporada en Australia, regresó a Colombia y se reencontró con él en un restaurante en Cartagena. Ambos atravesaban procesos de divorcio y, poco después, iniciaron una relación.
Santos se mudó a Colombia para vivir con Leyva y, según declaró, allí comenzó el ciclo de violencia que ahora denuncia públicamente.
La mujer presentó fotografías, videos y otros registros que documentan episodios de violencia física, psicológica y económica. “Grabé por si algún día me encontraban muerta”, afirmó Santos durante la denuncia.