El euro cerró la jornada del miércoles 30 de julio con un precio promedio de $4.798,28 en Colombia, lo que representó un aumento de $10,92 frente al día anterior, equivalente a una variación positiva del 0,23%. Durante el día, la moneda europea registró un mínimo de $4.747,16 y alcanzó un máximo de $4.808,91, en una sesión marcada por la volatilidad del mercado internacional y el fortalecimiento del euro frente a varias monedas emergentes, entre ellas el peso colombiano.
Esta es la segunda jornada consecutiva en la que el euro presenta cifras en verde, reflejando la creciente demanda por activos europeos en medio de un contexto internacional de incertidumbre por las políticas comerciales de Estados Unidos y las decisiones que prepara el Banco Central Europeo.
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Con relación a la última semana, el euro marca una subida 1,07%, de manera que en términos interanuales aún mantiene una subida del 7,38%.
En cuanto a los cambios de este día respecto de jornadas anteriores, invirtió el valor de la jornada anterior, en el que obtuvo un incremento del 2,99%, mostrando en fechas recientes una ausencia de continuidad en los resultados. La volatilidad de los últimos siete días fue de 31,44%, que es una cifra notoriamente superior al dato de volatilidad anual (15,13%), lo que manifiesta que está presentando un comportamiento más inestable.
Comportamiento de las divisas
La cotización del euro frente al peso colombiano sigue mostrando una evolución marcada por la fricción entre dos polos económicos, una eurozona que desacelera con síntomas de fatiga estructural, y unos Estados Unidos que, pese a los desequilibrios internos y las presiones políticas, mantienen al dólar en una posición de fuerza relativa. En este entorno, la moneda europea empezó a perder impulso tras meses de apreciación sostenida, y su cruce frente al peso colombiano (EUR/COP) se mueve con una sensibilidad creciente ante decisiones de política monetaria, cifras de inflación y shocks arancelarios que reconfiguran las dinámicas del comercio global.
A pesar de acumular una ganancia del 11,9% en lo que va del año frente al dólar, el euro enfrenta un entorno técnico y fundamental adverso en este cierre de julio. La caída por debajo de 1,1550 EUR/USD refleja una pérdida de impulso que obedece a varios factores simultáneos:
- La fortaleza relativa del dólar —impulsada por un rebote del PIB en EE. UU. (2,4% en el segundo trimestre) y el mantenimiento de las tasas por parte de la Reserva Federal— aumenta la presión sobre las monedas rivales.
- El acuerdo arancelario entre EE. UU. y la UE, que impone un 15% a ciertos bienes europeos, ha sido percibido por los mercados como asimétrico y perjudicial para las exportaciones clave del bloque, golpeando el sentimiento hacia el euro.
- La incertidumbre en torno al Banco Central Europeo, que aplazó su esperado recorte de tasas, genera confusión y desanclaje en las expectativas. Aunque el IES (Índice de Sentimiento Económico) subió a 95,8 en julio, el crecimiento del PIB fue apenas del 0,1% en el segundo trimestre, con Alemania e Italia en contracción.
El euro está atrapado entre una recuperación incompleta y un banco central que todavía no actúa, lo que lo vuelve vulnerable frente a una narrativa global dominada por la resiliencia de EE. UU. y las políticas agresivas de Donald Trump.
Esto sugiere que, aunque el euro acumula una ganancia importante en lo que va del año, comienza a perder fuerza frente al peso colombiano. La moneda única se está viendo afectada por una combinación de factores, la falta de datos positivos que renueven el optimismo en la eurozona, la persistente debilidad económica en potencias como Alemania e Italia, y el renovado protagonismo del dólar como refugio en un mundo de tensiones comerciales y desaceleración global. A eso se suma el panorama relativamente estable que presenta Colombia, tanto en el frente fiscal como en su política monetaria, lo que refuerza el apetito por activos denominados en pesos.
De continuar esta dinámica, el cruce EUR/COP podría mantenerse oscilando entre los $4.750 y $4.800 en el corto plazo, con riesgo de una ruptura bajista si los datos europeos siguen decepcionando y el Banco Central Europeo persiste en su inmovilismo. A mediano plazo, sin embargo, una recuperación más clara en Europa, o un giro en la política monetaria estadounidense, podría devolverle algo de impulso al euro y llevarlo nuevamente hacia niveles superiores a los $4.850. Pero para que eso ocurra, hará falta algo más que una mejora técnica, el mercado necesita un cambio claro de narrativa.
En cuanto a las perspectivas, el equilibrio sigue siendo delicado. Cualquier señal de un recorte agresivo de tasas por parte de la Fed, o de estímulos relevantes en Europa, podría revertir la presión bajista. Lo mismo ocurriría si se logra revisar el reciente acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE, percibido como desequilibrado. Por el contrario, nuevas tensiones arancelarias, una recesión prolongada en Alemania o datos macro que refuercen el liderazgo económico de EE. UU. podrían seguir debilitando al euro y ampliando la ventaja del dólar y, por extensión, del peso colombiano en este cruce.