Aida Merlano, hija de la excongresista que lleva el mismo nombre recordada por fugarse de la cárcel desde un consultorio odontológico en motocicleta, ha dado de qué hablar. Si bien la joven es una reconocida influenciadora con más de seis millones de seguidores en Instagram, también se ha convertido en tema de conversación por la presunta complicidad en la huida de su progenitora.
De hecho, por ese acontecimiento ha sido juzgada, pero no solamente por la sociedad, sino por el mismo sistema. Así las cosas, afronta hoy por hoy una condena a por lo menos 13 años de prisión. “Aquí el punto está en que me quieren meter 13 años presa porque yo instrumentalicé a un menor [su hermano], el menor es hijo de mi mamá [...] En su teoría del caso hay demasiadas objeciones posibles y, aun así, él (el juez) dice que más allá de toda duda yo sí soy culpable”, dijo la creadora de contenido al respecto.
Sin embargo, a pesar de tener tales pendientes con la ley, ha seguido con sus actividades cotidiana las cuales ha desarrollado no solamente en el territorio nacional, sino en suelo extranjero. Hace algunos días volvió a Colombia después de haber tenido varias semanas de vacaciones en Europa.
Cuando se le criticó por irse a otro lugar, a kilómetros de distancia, algunos internautas creyeron que se trataba únicamente de un intento de evadir a la justicia. Con todo, explicó que “no tengo orden de captura en mi contra, y tampoco tengo ninguna restricción para salir del país. No voy a poner mi vida en pausa por una situación en la que la única certeza que tengo es que se me escapa de mis manos”.
No obstante, no todo ha sido color de rosa últimamente para la barranquillera, debido a que por todas las diligencias legales que se adelantan ha tenido que pagar grandes sumas de dinero. Así las cosas, se vio obligada a vender algunos de sus bienes más preciados.
“Mi vida después de la condena, evidentemente, no volvió a ser la misma. Puse en venta dos carros que un día fueron un sueño y eran el recordatorio constante de que valía la pena seguir luchando por las cosas que yo quería”, mencionó en sus redes sociales.
También comentó que no podrá comprarse en este momento la casa que quería, puesto que atraviesa por un momento complicado.
“Yo estaba viviendo en una casa increíble y siempre me puse como meta que en diciembre iba a comprarla. Al final me tocó desistir de la opción del contrato de arriendo con opción de compra y al final esa casa se convirtió en el sueño de alguien más que terminó comprándola”, expresó.
De la misma manera, respondió a todos los que la han criticado, especialmente aquellos que creyeron que se “volaría”.
“Pasa algo con los miedos y es que cuando uno decide no verlos, se empiezan a ser mucho más grandes de lo que son, y tarde o temprano toca parqueárselos ahí y enfrentarlos. (...) cuando yo salí del país sé que mucha gente esperaba que me quedara por fuera, pero al final volví porque no es eso lo que les quiero enseñar de la vida, los problemas no se evaden, se enfrentan y se trascienden y al final uno puede encontrar belleza en medio de cualquier tempestad”, acotó en su Instagram.
Finalmente, concluyó diciendo que cree que ni siquiera las rejas pudieron haberla frenado en su emprendimiento digital. “Pensé en mi peor escenario posible y dije ‘busco la forma legal de hacer un podcast desde la cárcel, porque a donde sea que vaya mi vida tiene que tener algún sentido’; seguiré haciendo ejercicio como lo hago a día de hoy y, sobre todo, no dejaría de ser yo”, concluyó.