Secretaria de Ambiente alertó sobre el futuro del agua en Bogotá: “Hay que pensar en escenarios alternativos”

Las circunstancias de los cuerpos hídricos que abastecen de agua a la capital podrían ser más nefastas en las próximas décadas, de acuerdo con el diagnóstico de la funcionaria

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Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, expuso un análisis sobre lo que sucede en los embalses que abastecen a Bogotá - crédito @AsotoAdriana/X
Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, expuso un análisis sobre lo que sucede en los embalses que abastecen a Bogotá - crédito @AsotoAdriana/X

Bogotá y su región enfrentan desafíos hídricos. Ya la Secretaría de Ambiente, encabezada por Adriana Soto, se encuentra alertando sobre los cambios que se podrían generar en los cuerpos hídricos que proveen del líquido preciado a la capital.

De acuerdo con una entrevista que le realizó el diario El Tiempo a la secretaria, en menos de dos décadas, la capital colombiana y sus alrededores encontrarían un fuerte reto en cuanto al abastecimiento de agua.

Debido a la prevista disminución de lluvias en áreas estratégicas como la cuenca del río Guatiquía, vital para el sistema Chingaza -páramo que suministra el 70% del agua consumida en Bogotá y 12 municipios circundantes- la provisión del líquido podría disminuir.

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“Según los escenarios de cambio climático de aquí al 2040, como el río Guatiquía, van a tener una disminución de su regulación hídrica en aproximadamente el 40 por ciento. Entonces, hay que pensar en escenarios alternativos”, dijo en el diálogo.

Reporte de la Alcaldía de Bogotá sobre consumo de agua el 16 de abril - crédito @CarlosFGalan/X
Reporte de la Alcaldía de Bogotá sobre consumo de agua el 16 de abril - crédito @CarlosFGalan/X

Según la Secretaría Distrital de Ambiente, los pronósticos climáticos sugieren que los esfuerzos deben ir más allá del proyecto “Chingaza II”, extendiéndose a las cuencas alta y media del río Bogotá y de Sumapaz.

Es crucial tener en cuenta no solo el cambio en el patrón de precipitaciones, sino también el incremento en la temperatura, y cómo estos factores afectarán la disponibilidad de agua”, aseveró la funcionaria. De tal manera, la secretaria llamó a un “consumo racional” y al aprovechamiento del agua de lluvia como medidas esenciales ante estos desafíos.

Los cambios que se vienen para los próximos 20 años

Dijo Soto que, en primer término, “la deforestación en la Amazonía y el cambio climático podrían reducir el suministro de agua de Bogotá, proveniente de Chingaza. Actualmente, más del 70% del agua de la ciudad proviene de este páramo. Se estima que para 2040, la disminución de lluvias podría reducir la disponibilidad de agua en un 40% en los principales ríos que alimentan los embalses de Chuza y San Rafael”.

Pero esta compleja perspectiva tiene que ver con la tendencia del aumento de las temperaturas. “Los páramos están en estrés, por supuesto, porque el cambio climático, con el incremento de temperaturas, hace que estos páramos estén en unas condiciones menos buenas de lo que estaban hace 3 o 4 décadas. Lo que dicen los escenarios de cambio climático es que (de aquí al 2040) la temperatura en Bogotá Región, eso incluye a los páramos, va a estar entre 1 y 2 grados centígrados más, eso es un montón”.

Páramo de Sumapaz - foto publicada por @AsotoAdriana/X
Páramo de Sumapaz - foto publicada por @AsotoAdriana/X

Esta posición viene del entendimiento de la teoría de los ‘ríos voladores’, que también ha sido explicada por el presidente Gustavo Petro. El agua que reposa sobre las copas de los árboles de la Amazonía, viaja impulsada por corrientes de aire a través de las cordilleras colombianas y se reposa, en especial, en los filtros de los páramos que se encuentran en el oriente y en el sur de la capital.

Los páramos son una de las principales fuentes hídricas del país - crédito Alcaldía de Sumapaz
Los páramos son una de las principales fuentes hídricas del país - crédito Alcaldía de Sumapaz

Aquí quiero recordar que Bogotá depende directamente de lo que ocurra en la Amazonía y en la Orinoquía. Hay un cordón umbilical que nos conecta con estas dos regiones. Si las deforestamos, si las incendiamos, eso inmediatamente genera un impacto importantísimo en la calidad del aire de los bogotanos y, particularmente, de las zonas de Bogotá que tienen mayores niveles de pobreza como el suroccidente”, afirmó para el medio.

Por eso, también mencionó a este los páramos que están en el occidente de la ciudad, en vista de las afecciones que Sumapaz y Chingaza puedan sufrir en el futuro. “No todo son malas noticias. Se prevé un aumento del 40% en las lluvias en los páramos del occidente de Bogotá, lo que podría incremental el caudal del río Bogotá entre un 20 y 40% y que nos lleva a verlo como una alternativa importante”.

Un proyecto de conservación

De tal manera, aseguró que la Administración del alcalde Carlos Galán ha buscado iniciar un proyecto de gran calado para conservar el agua que se produzca en estos ecosistemas. “Hemos pensado en un proyecto muy ambicioso con Conservación Internacional para que a mediano y largo plazo estas cuencas, estos páramos, estén en condiciones de resistir la embestida del cambio climático y puedan garantizar la regulación hídrica de Bogotá”, dijo.

Y añadió que: “lo que va a hacer esta administración es justamente tomar en cuenta no solamente las tendencias de precipitación y de aumento en temperatura de varias décadas, sino proyectarlas para saber cómo se van a comportar las lluvias y, por supuesto, la temperatura en estas zonas y la regulación hídrica. Conservar y restaurar las cuencas que abastecen de agua a Bogotá va a ser y va a estar en el corazón del proyecto que vamos a desarrollar desde la Secretaría, como se publicó en el portal informativo.

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