Voto femenino en Colombia, uno de los logros en la participación política

En el marco del Día Internacional de la Mujer, Infobae Colombia presenta algunos apuntes sobre la trayectoria de la participación politica femenina en el país

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Biblioteca Luis ángel Arango
Biblioteca Luis ángel Arango

El 8 de marzo es una fecha pensada para la reivindicación de los derechos de las mujeres, promover la toma de decisiones sociales que contribuyan a cerrar las brechas de género y reconocer su aporte en la sociedad.

Sin embargo, también es un momento de conmemoración de las reivindicaciones sociales pasadas, los logros adquiridos y remembranza de las que mujeres que contribuyeron a este propósito. Uno de estos campos es la participación política de las mujeres en Colombia, la cual ha sido transversal a la historia misma de la sociedad, aunque se trata de una realidad que aún debe ser investigada.

Gran parte de la atención en la participación política está centrada en el voto femenino, esto se puede comprender porque, convencionalmente, el movimiento feminista se periodiza en tres grandes etapas, conocidas como “Olas del feminismo”, cada una de ellas centrada en conquistas sociales específicas.

La Primera Ola, desde el siglo XIX hasta 1950, está direccionada en la reivindicación de las mujeres como sujetos políticos capaces de obtener y ejercer derechos civiles, como el sufragio, la propiedad y patria potestad sobre sus hijos.

Sin embargo, las convenciones históricas no son cajones inamovibles que expliquen el pasado, sino que se trata de herramientas para ordenar el tiempo, con el fin de facilitar la comprensión de los hechos del pasado.

Por eso no resulta del todo claro que la realidad histórica colombiana se ajuste formalmente a estas categorías, sin que ello no implique que exista correlación con los procesos sociales paralelos en distintas partes del mundo.

Ejemplo de esto se halla en 1853, cuando la constitución de la Provincia de Vélez expidió la primera Carta Política que consagró el Voto femenino en Hispanoamérica. Así, este territorio colombiano se volvía uno de los primeros lugares del planeta en aprobar el sufragio femenino, solo por detrás del estado de Kansas (1838).

Sin embargo, nunca existió la posibilidad de ejercer ese derecho, pues esa constitución fue anulada a finales de 1854, y las colombianas debieron esperar más de un siglo para que en 1954 el sufragio femenino fuera ejercido en el país.

A diferencia de Inglaterra o los Estados Unidos, las movilizaciones a favor del voto femenino no parecieron ser una preocupación particularmente presente en el siglo XIX colombiano, pero eso no implica que las mujeres no estuvieran profundamente implicadas en los debates sociales y políticos del país.

De este fenómeno dan testimonio historiadoras como Judith Colombia González, que explica como las mujeres ocuparon distintos espacios en la vida política, bien sea desde la circulación de ideas, en la prensa, o en los procesos sociales o de producción económica local.

En una conferencia desarrollada en la Universidad del Valle, el 7 de marzo de 2023, dicha investigadora expuso que:

“El siglo XIX es un siglo de politicidad y ciudadanía, aunque no se hable de voto para las mujeres, aunque no se hable de feminismo; aunque ellas a finales de las corrientes van a apelar a todas estas epistemes del feminismo, con muchas críticas, porque ellas tienen una formación diferente a las europeas y obviamente van a defender unos proyectos civilistas muy importantes” (sic).

Ejemplo de ello es la escritora y política Soledad Acosta de Samper, que aunque nunca ocupó un cargo político en el gobierno, si fue reconocida como figura central en la vida política del país, ideóloga de los movimientos conservadores colombianos.

Ya para el siglo XX surgen mujeres como María Cano (1887-1967), la líder sindical antioqueña que viajó por todo el país promoviendo mejores condiciones sociales para los obreros colombianos, a pesar de relacionarse en profundidad con el movimiento sufragista, que empezaba a surgir, estas reivindicaciones tampoco fueron el centro de su preocupación.

La doctora Esmeralda Arboleda, el embajador Julio Cesar Turbay Ayala y el ministro de las relaciones exteriores, doctor Alfonso López Michelsen. Wikipedía.
La doctora Esmeralda Arboleda, el embajador Julio Cesar Turbay Ayala y el ministro de las relaciones exteriores, doctor Alfonso López Michelsen. Wikipedía.

Otro son los casos de Esmeralda Arboleda Cadavid y Josefina Valencia de Hubach, que fueron promotoras del voto femenino en el país; Esmeralda Arboleda se convirtió en la primera abogada graduada de la Universidad del Cauca (1944), fue la primera mujer en ocupar un escaño en el Senado de la República, fue ministra y embajadora de Colombia, representando al país ante Austria y la ONU.

Mientras que su compañera sufragista, Josefina Valencia de Hubach, fue la primera mujer en ejercer como gobernadora, del Cauca, en 1955, además de ser la primera ministra en la historia del país, ocupando la cartera de Educación, en 1956. Un año más tarde, el gobierno la asignó como embajadora ante la Unesco.

Abierta la posibilidad de la participación política de la mujer, con el paso de los años estas han ocupado roles cada vez más importantes, en la toma de decisiones en la sociedad, pasando de nombre excepcionales a la normalidad, sin embargo, esto no implica que no existan aún realidades que deban transformarse, en pro de la equidad social.