Un susto para el vicepresidente de la Legislatura porteña en la despedida de una embajadora

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Cuando Francisco Quintana, vicepresidente primero de la Legislatura, aceptó la invitación al homenaje y despedida de la embajadora de Dinamarca en Argentina, Uruguay y Paraguay, Grete Sillasen, no debe haber imaginado que la mujer se quitaría parte de la ropa en medio del acto que organizó el diputado porteño Eduardo Santamarina.

Contado así suena un poco picaresco.

Primero la dama, que el viernes termina su misión, llegó vestida de rojo y blanco, casi una 'afrenta' para el dueño de casa, tan fanático de Boca Juniors que hasta tiene una réplica de la Bombonera en su despacho y a escala.

"No se asusten pero les quiero mostrar una cosa", anunció, se puso de pie y empezó a desabrocharse el saco.

Alivio para todos cuando descubrieron que solo les quería mostrar la inscripción de su remera a favor de la Liga del Potrero cuya tercera edición fue presentada hace dos meses el La Bombonerita, nada menos que por el amigo y operador presidencial Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors y de Boca Social, fundación que organizó este programa para integrar equipos de fútbol de las villas y los distintos barrios de la Capital.

La embajadora hizo otras revelaciones. Contó que llegó a Buenos Aires con prejuicios por la cantidad de habitantes en comparación con su país. Y a modo de broma señaló que la embajada está en la avenida Leandro N. Alem, por lo que "sufrió" las obras del Metrobus. Como además vive hasta su partida en Puerto Madero, también le tocaron las obras del Paseo del Bajo. "Las obras me persiguen", agregó aunque también consideró que "eso habla bien de la Ciudad". Y agregó que algunos taxistas con los que ha viajado se quejaron por los inconvenientes que las obras les generan. "Pero yo les decía que se queden tranquilos, que es para mejor", cerró.