"Betty", la camionera de granos que hace 20 años recorre las rutas argentinas

Beatriz Carena realiza viajes al puerto de Rosario desde Las Varillas, Córdoba, donde vive hace 37 años. “No sé de quién lo heredé pero mi pasión es ser camionera, y mientras pueda voy a seguir manejando mi camión", afirma

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Durante las últimas semanas, las rutas han estado colapsadas de camiones de granos que transportan una de las cosechas récord del sector agropecuario argentino. Uno de esos vehículos es manejado por Beatriz "Betty" Carena, una de las pocas camioneras de cereales que todas las semanas realiza varios viajes al puerto de Rosario desde Las Varillas, Córdoba, donde vive desde hace 37 años. "A los 15 me enseñaron a manejar un camión", recordó, en diálogo con Infobae.

La historia de Betty, de 55 años, comienza con su amor a manejar. Nació en un pueblo cordobés llamado Alicia. Empezó la primaria, pero no pudo terminar el secundario porque tenía que trabajar: fue remisera, hizo trabajo doméstico y realizó un curso de instructora de manejo donde le enseñó a conducir a varias mujeres. Pero aclaró: "A mí no me gustaba el auto, quería manejar un camión".

A los 15, se puso de novia con un camionero, lo acompañaba en los viajes y aprendió a transportar tarros de leche. Se casaron pero finalmente se separaron. Pero fue él quien despertó su amor hacia los camiones.

A los 35, "se largó" a manejar sola y no paró hasta el día de hoy. Vendió una propiedad y compró su primer camión. Mientras viajaba tenía que dejar a su hijo de cuatro años al cuidado de su madre. Betty recuerda que las épocas más duras eran cuando debía dejar a sus hijos pequeños. "Esos días se me caían la lagrimas: en un viaje me fui y aparecí en casa a la semana siguiente, mi nene tenía seis años", recordó.

Tiempo después eligió como compañero de ruta a otro camionero. "Ya no sabía si el amor era hacia ellos o hacia los camiones", contó entre risas.

Hoy maneja un Ford gris que es suyo y transporta soja, maíz y trigo. Junto a su marido realizan viajes al mismo tiempo, cada uno en su vehículo: comparten casa y trabajo. En épocas normales viaja una o dos veces por semana, ya sea al puerto de Rosario o a distintos molinos.

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El trabajo durante la cosecha

Durante la cosecha, el trabajo se intensifica: "Es ir y volver todos los días, incluso sábados y domingos. Duermo en el camión en estaciones de servicio", explicó. Betty confesó que tiene prácticamente una "sucursal" de su casa dentro del camión: lleva hasta un secador de pelo para arreglarse el flequillo.

La conductora conoce a unas 30 camioneras de cereales y calcula que en total serán unas 100 en todo el país. Todas tienen un grupo de WhatsApp donde comparten información, experiencias y hasta se juntan en persona para algún festejo. "Cuando empecé trabajar yo pensé que era la única que manejaba porque no veía a otra mujeres, no me las cruzaba. Ahora compartimos un grupo. Pero todas empezaron a manejar después que yo, así que asumo que debo haber sido una de las primeras", afirmó.

Con respecto al trabajo, explicó que los hombres muchas veces la miran y comentan entre ellos. Pero aclaró que nunca la hicieron a un costado por ser mujer. "Te miran de lejos porque les llama la atención y hasta les da vergüenza: yo me arrimo y les hablo. Muchos te preguntan y se interesan. Hay mujeres camioneras que han tenido inconvenientes o problemas pero yo no puedo hablar mal de los hombres porque siempre me han respetado", contó. Además, agregó que cuando va a cargar el cereal, algunos dueños de los campos la felicitan por ser mujer en este rubro.

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"La única diferencia que tenemos con el hombre en el trabajo que hacemos es la fuerza: lo que más me cuesta es levantar la lona sola, que es muy pesada. Después hago todo igual que un hombre", explicó.

Cuando puede estar en su casa, "La Negra", como le dicen en Las Varillas, comparte tiempo con sus cuatro hijos varones y sus cinco nietos. Mantiene la casa, cocina y comparte con su familia que siempre la apoyó en su amor por ser camionera.

"Yo siempre supe lo que quería hacer. Soy así: nunca me digo que no voy a poder hacer algo. Voy y lo hago. Soy muy corajuda, no le tengo miedo a nada. No sé de quién lo heredé pero mi pasión es esto. Pero los años no vienen solos: tengo dolores en la columna, pero mientras pueda voy a seguir manejando mi camión", concluyó.