Un ex funcionario de Agroindustria cuestionó las últimas medidas del Gobierno

En diálogo con Infobae, Daniel Asseff opinó sobre los cambios en retenciones y sobre el traspaso a secretaría: "Yo hubiera renunciado a mi cargo si tenía que implementar dichas medidas"

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Durante algunos meses, Daniel Asseff fue jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria en la gestión de Ricardo Buryaile. En diálogo con Infobae, opinó sobre las decisiones que tomó el Gobierno en materia de retenciones y el traspaso de Agroindustria a una secretaría de Estado dependiente del Ministerio de la Producción.

Si bien el ex funcionario se mostró disconforme, reconoció el difícil contexto por el que atraviesa Argentina: "Las medidas que se tomaron fueron para hacer frente a esta crisis", dijo Asseff, y agregó: "A diferencia de otros tiempos de nuestro país, en esta oportunidad todos los sectores tienen que hacer su aporte, no solamente el sector agropecuario".

A continuación la entrevista con Daniel Asseff:

—¿Cómo ve la gestión de la ahora Secretaría de Gobierno de Agroindustria?

—Es un momento muy difícil, una situación bastante complicada, como todos saben. Hemos peleado durante muchísimos años para poder lograr que Agroindustria sea ministerio. Esto nos costó muchísimo. En el año 2008/9 se pudo realizar y realmente verlo ahora volver a ser secretaría es un golpe fuerte para todos los que hemos defendido y para todo el sector. Independientemente de eso, estamos en un momento coyuntural muy complicado, muy crítico, donde hablar nuevamente del tema de derechos de exportación con un gobierno como el de Mauricio Macri donde hubo compromisos con el sector de esos famosos 13 puntos que recordaremos todos, que ahora tener que dar vuelta la página, y volver a implementar retenciones tanto en trigo y en maíz, y también en todas las economías regionales y aumentarlas en soja también, hace que el campo esté un poco enojado y molesto con toda esta situación y esto lleva a que tengamos que hacer una mirada un poquito más amplia, analizarlo en conjunto, y ver que a diferencia de otras veces, no solo es el campo sino que también que son las distintas actividades de Argentina a las que se les ha puesto un gravamen de este tipo.

—¿Siente lo mismo que expresó hace unos días Dardo Chiesa, que se 'traicionó'?

—Yo no lo veo como una traición, ya que para el presidente Macri esto habrá sido una decisión muy difícil de tomar, una decisión coyuntural, en un momento de necesidad, porque realmente considero que el sector agropecuario acompaña a este Gobierno muy bien desde el inicio y que tener que revertir esta situación, ponérselo en contra de alguna forma, no le debe ser nada grato.
Y también no lo tenemos que mirar de una forma sectorial, sino a nivel país y ver qué está pasando en la industria, piensen que ahora hay actividades que nunca estuvieron gravadas con derechos de exportación que van a tenerlo, eso es un análisis que tenemos que hacer fuertemente.

Sabemos que hay problemas legales para la implementación de estos derechos de exportación donde si tiene que pasar por el Congreso o no, se están discutiendo, no creo que sea el sector agropecuario el que lo vaya a discutir, sino que son otros sectores que en otro momento no los han tenido. Lo que quiero decir es que cambiar la alícuota puede ser una potestad de lo que es el Poder Ejecutivo, pero implementar un impuesto como es el derecho de exportación debería pasar por el Congreso. Eso es lo que se está discutiendo judicialmente. Hay que acordarse que hay un fallo de la Corte donde ya lo había dicho a esto.

Entonces estas son cuestiones que en un momento tenemos que poner el hombro todos los argentinos, todos los sectores, ver cómo queda en esta foto el sector agropecuario. Para las economías regionales es mucho mayor el impacto, ya que una semana antes bajaron los reintegros a las exportaciones, y después aparecen con un gravamen del 10% de derechos de exportación.
Como dijo el Presidente, queremos ser el supermercado del mundo, realmente nos parece que no es el camino, pero también creo que todos los argentinos tenemos que entender la necesidad que tiene el país.

—Fue funcionario de este gobierno como jefe de Gabinete de Ricardo Buryaile durante algunos meses, ¿le sorprendió que Macri diera marcha atrás en lo que es su posición con respecto al tema de las retenciones?

—La verdad que me sorprendió mucho y me imagino la presión y las necesidades que debe tener el Gobierno para que Mauricio Macri haya tomado una decisión como esta.
La verdad era algo que nunca se había ni analizado la posibilidad. En el momento que estábamos nosotros con Ricardo Buryaile, nunca se pensó en volver a incorporar derechos de exportación a otras actividades y lo que sí no quiero dejar pasar, duele el tema del ministerio. Yo quiero que se entienda que la discusión no es por una cuestión de títulos, sino de necesidades que tiene. El sector agropecuario tiene más del 60% de las exportaciones de la Argentina y de los ingresos de divisas tiene una participación muy importante, y en este momento al bajar a ser una secretaría común pasa a depender de un ministro de la Producción. Ese ministro de la Producción es el que tiene el presupuesto, es el que va a llevar las políticas adelante, es decir, el sector agropecuario propiamente dicho no va a estar sentado en el Gabinete y eso es lo que se había logrado años atrás: el campo volvía a tener una silla en la mesa de toma de decisiones y que hoy lamentablemente se está perdiendo.
Uno hubiera preferido que si se tenía que reducir lo que eran ministerios, convertirlo en una secretaría de Estado que dependa del Presidente de la Nación o del jefe de Gabinete para que tenga autonomía propia y que pueda estar en la mesa de decisiones.

—¿No es algo contradictorio?

—Son decisiones que hay que tomar en momentos muy difíciles. Tampoco se llama Industria, ni comercio, es Producción y que podemos nuclear todo. Vuelvo a repetir, más que los nombres, me interesa que una persona del campo esté sentada en la mesa chica. Eso creo que es fundamental.
Cuando el sector empezó a ser escuchado por la parte política, es cuando pudimos lograr eso. Ahora, con todo respeto, me parece una persona muy capaz como es el ministro Dante Sica, pero que viene de la industria, de las empresas automotrices, consideramos que no es la misma fuerza que le puede poner un ex dirigente del campo como puede ser Etchevehere en una mesa de negociaciones, eso es lo que uno piensa y que bueno, si hubiera sido Ministerio de la Producción y lo hubieran pensado al que era el ministro de Agroindustria para que ocupe esa cartera, creo que también no nos hubiéramos quejado.

—Sobre la Ley de Semillas, ¿por qué cree que el común denominador de la gente la tiene asociada como Ley Monsanto o Ley Sojera, cuando para muchos otros tiene una importancia vital para las economías regionales?

—Creo que la Ley de Semillas se dijo la Ley Monsanto, porque se desvirtuó cual era el principio. Yo considero que no hay ningún productor en Argentina que esté en contra de incorporar tecnología, de que las empresas tienen que realizar tecnología, pero hay una discusión muy grande que es todo el tema del pago, es eso lo que está afectando, y que se circunscribió únicamente a la soja.
El impacto que puede tener una mala ley de semillas es un tema que a las economías regionales las puede destruir realmente en todo el tema de lo que son organismos genéticamente modificados en vid, algodón, caña de azúcar, en todo puede hacer un daño tremendo. En citricultura se ha avanzado y cómo se trabaja todo el tema de propiedad intelectual. Estamos en un momento donde hay que pisar la pelota, tenemos que analizar en conjunto todos los sectores y buscarle la solución.

Daniel Asseff fue jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria en la gestión de Ricardo Buryaile

Hoy está la propuesta que es de las industrias y las entidades que está dando vuelta. Cuando estuve en la jefatura de Gabinete de Agroindustria surgió un análisis bastante interesante que por lo menos para probarlo durante un año que es utilizar una disposición que existe dentro del mismo ministerio que es la Resolución 338. Es una resolución que permite que cuando vos compraste una bolsa de semillas, eso para qué cantidad sirve y que vos lo dejes en el tiempo y que puedas hacer uso propio de esa cantidad de bolsas que compraste, y si hay un incremental que vos pagues por esa diferencia.
La realidad es que cuando uno mira, tenés un 80% de la semilla que es de uso propio y un 20% de lo que es semilla fiscalizada, entonces parece que hay un abuso. Esa es una buena forma de circunscribirlo y además, la cuestión del tiempo, de la duración es algo por ahí se ha interpretado como banderas de defensa desde la industria, y la verdad que el productor a los cuatro años cambia de variedad, no es un problema. Creo que hay soluciones más sencillas para poder pagar lo que es la tecnología, que realmente la necesitan lo que son las empresas para poder seguir investigando, son inversiones de miles de millones de dólares.

—El productor la va a necesitar, hoy en Brasil invierten 2,5, 2,7 veces lo que se invierte en Argentina, 5 en Estados Unidos y hay zonas donde la tecnología llámese algodón, maní, no sólo soja, la necesitan realmente.

—Tenés abaratamiento de costos, menos aplicaciones de fitosanitarios, te dan un potencial que realmente yo creo que no hay ningún productor que lo discuta. Es más, fíjense lo que ha pasado con el RR2, que decimos que es malo, bueno, pero la verdad que se está utilizando en gran parte del país y si no se quisiera utilizar, si no sirviera, el productor no lo hubiera tenido en su campo.

—Si hubiese sido jefe de Gabinete y tuviera que implementar los cambios en las retenciones y transformar Agroindustria en secretaría, ¿qué hubiera hecho?

—Creo que lo mismo que hice en el momento que Ricardo Buryaile se retiró el ministerio, renunciaba. Después de tantos años de defender una posición, independientemente de que considero que fue un momento muy difícil, seguramente tomar esta decisión de cambiar las retenciones y transformar Agroindustria en secretaría, pero creo que como sector después de tantos años y de tanto sacrificio que hemos tenido, tenemos que hacer un paso al costado y seguir con los principios que uno tiene.