Putin abandonó Kherson: qué pasará en la guerra tras la retirada más humillante para Rusia

La retirada de la única capital regional que Rusia ha conquistado, una puerta de entrada a la península de Crimea ocupada por Rusia, se ha interpretado como un indicador de la eficacia de la demoledora contraofensiva ucraniana, al igual que la caída de la ciudad sirvió de referencia para el progreso de la invasión rusa.

La retirada es un revés militar, y simbólico, pero sigue sin estar claro cómo afectará a los objetivos de Moscú.

En una comparecencia televisada el miércoles, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu -vestido de traje de faena y sentado junto al coronel Sergei Surovikin, jefe de las fuerzas armadas rusas en Ucrania- ordenó a las tropas rusas que se retiraran a la orilla oriental del río Dniéper. La medida “salvaría las vidas de nuestros militares y la capacidad de combate”, dijo.

El aparente retroceso se produce tras semanas de costosos avances ucranianos en el sur. También se produce después de la rápida y contundente pérdida de territorio por parte de Rusia en la región nororiental de Kharkiv en septiembre.

El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha enfrentado a crecientes críticas por su gestión de la guerra y ha lanzado una ofensiva contra la disidencia. La respuesta del miércoles entre algunos de sus principales aliados y partidarios fue variada.

El aliado de Putin, Yevgeniy Prigozhin, el oligarca que lidera el grupo mercenario ruso Wagner, que está luchando en Ucrania, dijo que la llamada de Putin “no fue fácil”, pero fue la decisión correcta, en comentarios al medio de comunicación estatal ruso RIA Novosti. El destacado bloguero militar ruso Semyon Pegov, por su parte, calificó la retirada de “página negra”.

El retroceso no fue del todo inesperado: Rusia había insinuado en las últimas semanas que podría retirarse y había instado a los residentes a marcharse. Colin Kahl, subsecretario de Defensa de Estados Unidos para la política, dijo a los periodistas en un debate en línea el martes por la noche que Estados Unidos había visto indicadores de una retirada inminente.

Los ucranianos celebraron la victoria, pero el anuncio también fue recibido con escepticismo inicial por parte de algunos funcionarios ucranianos y del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien advirtió que no se debía confiar en la palabra de Rusia.

Un funcionario militar estadounidense, que habló bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto, dijo a The Washington Post que “por lo que podemos decir”, parece que la retirada de Rusia de Kherson está en marcha.

Kherson se encuentra en la orilla occidental del río Dniéper. La región está al norte de la península de Crimea, que Rusia se anexionó ilegalmente en 2014. Las tropas rusas entraron desde Crimea en febrero y capturaron la ciudad apenas unos días después de iniciada la invasión.

La región de Kherson ha servido desde entonces como un puente clave entre la península y la Ucrania continental. Esta conexión ha permitido el movimiento de tropas y equipos militares. Kherson tiene un canal de la época soviética que suministra agua a Crimea: En primavera, Rusia lo volvió a abrir después de que Kiev lo bloqueara en 2014, cuando los separatistas respaldados por Rusia se apoderaron de territorios en el este de Ucrania.

Sigue sin estar claro si las fuerzas rusas se han retirado completamente de la ciudad, y qué partes de la región de Kherson permanecen bajo control ruso. Funcionarios ucranianos dijeron que sus fuerzas podrían estar a días de entrar en la ciudad.

“Es alentador ver cómo las valientes fuerzas ucranianas son capaces de liberar más territorio ucraniano. . . . Pero, por supuesto, el apoyo que reciben del Reino Unido, de los aliados y socios de la OTAN también es esencial”, dijo Stoltenberg a los periodistas el miércoles tras una reunión en Londres con el primer ministro británico, Rishi Sunak.

La pérdida de la ciudad de Kherson podría inducir a Putin a intensificar el mortífero bombardeo de ciudades e instalaciones energéticas ucranianas de cara al invierno, que ha matado a cientos de civiles y ha destruido infraestructuras clave de agua y energía.

“Es probable que esta guerra continúe en un futuro previsible”, dijo Seth Jones, jefe del programa de seguridad internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington. “No veo ninguna luz de día entre lo que son los objetivos a largo plazo de los rusos en Ucrania, y el deseo de Ucrania de mantener todos los territorios que han perdido [desde] 2014″.

“Los rusos adoptan un enfoque a muy largo plazo para esto”, dijo.

© The Washington Post