Cuestionamientos a los factores ESG

Existe, en el plano económico y político, un gran debate sobre la idoneidad y propósito de los factores ESG (environmental, social and governance). Indistintamente de las posiciones que se puedan tener, el creciente cuestionamiento detrás de este enfoque en las inversiones es evidente, siendo una discusión actual a nivel internacional que enfrenta diversos argumentos

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Factores ESG. REUTERS/Pascal Rossignol/File Photo

Las discrepancias en temas como el beneficio económico y el propósito político de los factores ESG vienen creciendo en el mundo.

Ya en el 2022, la revista “The Economist” publicó un artículo denominado “Measure less, but better″ donde se discutía que la definición ESG debería ser desechada, en favor de otras métricas que definan mejor su propósito y no cometan el error de unir de forma equivocada una lista confusa de objetivos. Así, entre las principales críticas que existen en contra de los factores ESG, están (i) las económicas, basadas en el cuestionamiento sobre el real valor que traen este tipo de inversiones a los inversionistas. Este punto se une al cuestionamiento relacionado al (ii) conflicto de interés que los factores ESG traen sobre los administradores de fondos de inversiones, teniendo estos el deber fiduciario de buscar maximizar las acciones de sus clientes y no otros fines. De hecho, sobre este aspecto existen posiciones que hemos revisado en otros artículos, donde se discute si alguno de los temas que se fomentan por parte de los fondos de inversión y/o empresas bajo el enfoque ESG, deberían ser promovidos por estas entidades o si, por el contrario, deberían ser discutidos por políticos elegidos en los foros e instituciones formales. Esta posición nos lleva al último cuestionamiento que es (iii) el político, donde se afirma por los contrarios a los factores ESG, que la amplitud de los términos no sería un error, sino una estrategia para incluir diversos temas de discusión social como fines mismos de estos factores, buscando promoverlos dentro de las empresas. Este último punto se enfoca más en temas vinculados a las guerras culturales que vienen discutiéndose en las sociedades y en especial en Estados Unidos, más que en principios ambientales o de sostenibilidad.

La discusión es tan actual, que recientemente el senado de los Estados Unidos viene revisando cambiar la obligación de considerar el enfoque ESG en la administración de fondos de pensiones públicos, al cuestionarse su beneficio económico y el efecto que trae el financiamiento de posiciones políticas con fondos públicos. Por otro lado, se espera que el poder ejecutivo contradiga esta posición, demostrando que el debate se mantiene vigente.

Es claro que, al ser una discusión política, siempre habrá diversas visiones. La constante polarización de la sociedad en temas culturales, especialmente exacerbada por las redes sociales, lleva a muchas personas a tomar decisiones de blanco y negro sobre distintos temas, siendo sancionados en muchos casos, los grises en todo tipo de posiciones.

Es claro que todos buscamos el desarrollo de la sostenibilidad en el mundo y la creación de tecnología que de forma ordenada busque reducir el impacto que generamos en el planeta. No obstante, es claro también que existen diferentes posiciones frente a los factores ESG y lo que para unos puede representar solo ideas de sustentabilidad sin ningún interés político, para otros significa la politización de las inversiones. Por ello, a pesar de una mayoritaria prensa a favor de los factores ESG, cabe analizar las posturas de forma crítica, para adoptar uno mismo, una línea. Solo revisando las posiciones sustentadas de ambas partes es que se puede obtener un criterio propio y sobre ese, debatir cuáles a nuestro juicio son posturas que podrían variar entre tonos, siendo la idea siempre ampliar las opiniones.

Carlos Fernández Gates