La tragedia de las mujeres "gallina" norcoreanas que huyen del país y caen víctimas del tráfico humano

La agencia de noticias Associated Press entrevistó a siete desertoras que fueron engañadas por los agentes que debían ayudarlas a escapar. En lugar de eso, fueron vendidas a clientes chinos y perdieron a sus hijos

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Dos mujeres entrevistadas eligen no revelar su rostro por motivos de seguridad (AP)
Dos mujeres entrevistadas eligen no revelar su rostro por motivos de seguridad (AP)

Desde la hambruna que azotó a Corea del Norte a mediados de los noventa, expertos de la región estiman que miles, y quizás decenas de miles, de mujeres norcoreanas han caído víctimas del tráfico humano y vendidas como "novias".

En la mayoría de los casos, estas mujeres se niegan a ser entrevistadas por motivos de seguridad. Por eso se destaca una reciente publicación de la agencia de noticias Associated Press, que consiguió hablar con siete de ellas. Todas fueron engañadas por los agentes que se suponía debían ayudarlas a escapar. También hablaron tres de los esposos que las compraron.

Un grupo de mujeres norcoreanas entrevistadas se reúnen para rezar en una casa cerca de Chaoyang, en la provincia de Liaoning, al noreste de China. (AP Photo/Ng Han Guan)
Un grupo de mujeres norcoreanas entrevistadas se reúnen para rezar en una casa cerca de Chaoyang, en la provincia de Liaoning, al noreste de China. (AP Photo/Ng Han Guan)

Más allá de vivir en China ilegalmente y, por ende, no estar casadas oficialmente, estas mujeres están constantemente atemorizadas por la posibilidad de que su identidad sea descubierta por la policía local y sean inmediatamente deportadas. Eso implicaría enfrentar el peligroso régimen judicial de Corea del Norte, que no tiene piedad por las personas que eligen atravesar las fronteras del país.

En el caso de las entrevistadas, dos de ellas explicaron que quedarse dentro del país de Kim Jong-un no era una opción. Sumergidas en la pobreza, su plan era escapar temporalmente a China para trabajar hasta ganar suficiente dinero y luego regresar a su hogar para cuidar adecuadamente de sus hijos. 

Una mujer norcoreana habla con periodistas en un hogar cercano a la ciudad de Chaoyang, en la provincia de Liaoning, al noreste de China. (AP Photo/Ng Han Guan)
Una mujer norcoreana habla con periodistas en un hogar cercano a la ciudad de Chaoyang, en la provincia de Liaoning, al noreste de China. (AP Photo/Ng Han Guan)

Pero en el caso de S.Y., que desertó hace 11 años y decidió no compartir su nombre real, fue vendida a un hombre chino discapacitado por USD 2.100 y nunca volvió a ver a sus dos varones. 

"Cuando llegué aquí por primera vez, me pasaba todo el día bebiendo porque me preocupaba mucho por mis hijos en Corea del Norte", admitió. "Estaba completamente loca", agregó.

Kim Jungah, de 41 años de edad, escapó a Corea del Sur en 2009 para no correr el riesgo de ser deportada al país comunista. Abandonó a su hija en China. (AP)
Kim Jungah, de 41 años de edad, escapó a Corea del Sur en 2009 para no correr el riesgo de ser deportada al país comunista. Abandonó a su hija en China. (AP)

Uno de los principales destinos de las víctimas de tráfico humano desde Corea del Norte a China es a campesinos pobres viviendo en las tres provincias fronterizas que luchan por encontrar novias, en parte porque la política de un solo hijo de Beijing disminuyó sustancialmente la población femenina.

Los testimonios de las mujeres varían entre sí: algunas terminan enamorándose de sus esposos; otras son ridiculizadas por sus nuevos parientes y vecinos.

Otra mujer, que estaba embarazada cuando llegó a China y pidió ser identificada únicamente por su apellido, Kim, logró escapar a Corea del Sur pero abandonó a su hija bajo la impresión de que podía convencer a su esposo a que se mude con ella si conseguía suficiente dinero.

Kim Jungah (AP)
Kim Jungah (AP)

Eventualmente, el esposo declinó la oferta, pese a que Kim le ofreció USD 7.500 a cambio de su hija e incluso amenazó con demandarlo. No le permitiría a Kim reunirse con su hija hasta que sea adulta, le dijo, alegando que era una víctima de "fraude matrimonial".

"Vino aquí, dio a luz a una niña y se fue", dijo el marido de 50 años. "Tenía comida y un lugar para vivir. No entiendo por qué se fue."

Kim Jungah (AP)
Kim Jungah (AP)

Todas reconocen que los primeros años son los más difíciles. Tras 11 años viviendo con su esposo discapacitado, la mujer de 53 años de edad que abandonó a sus dos hijos alega que su nueva pareja la trata bien e incluso tienen una hija juntos. No obstante, nunca pudo olvidar a sus dos niños, que no ve desde 2006.

Hasta tal punto llegó su desesperación que un día intentó suicidarse consumiendo varias pastillas para dormir. Años más tarde, tuvo la oportunidad de huir a Corea del Sur pero declinó la oferta por no querer abandonar a su hija y a su esposo, que padece de polio.

Kim Sun-hee escapó a Corea del Sur y luego volvió a reunirse con su marido, quién admite que la compró cuando tenía 18 años de edad. (AP)
Kim Sun-hee escapó a Corea del Sur y luego volvió a reunirse con su marido, quién admite que la compró cuando tenía 18 años de edad. (AP)

"Vivo aquí por mi familia… y porque me siento agradecida a mi marido", dijo S. Y. "Lo que importa es no romper nuestra familia."

S.Y. agradece los tiempos cuando su esposo, de 55 años de edad, y sus parientes decidieron vender cerdos y maíz para pagarle a un agente que se comprometa a cuidar a sus hijos en Corea del Norte. Fue una satisfacción enorme cuando el agente reportó que su hermano se había convertido en custodia de los varones. Tras el descubrimiento, el esposo de S. Y. envió USD 2.260 para ayudar a mantenerlos.

El esposo de Kim Sun-hee reconoce que el matrimonio con su esposa fue “tráfico humano”, pero ambos viven felizmente en Corea del Sur desde que Kim decidió escapar de China. (AP)
El esposo de Kim Sun-hee reconoce que el matrimonio con su esposa fue “tráfico humano”, pero ambos viven felizmente en Corea del Sur desde que Kim decidió escapar de China. (AP)

"Me sentí muy, muy bien cuando la conocí por primera vez", dijo el discapacitado que sufre de polio. "Pero soy un hombre discapacitado y pensé que era injusto para ella. Podría haber conocido a un marido mejor".

En otros casos, las novias no reciben el mismo trato. Una de las entrevistadas contó como su esposo la ató a un poste durante varias horas por intentar de escapar.

Kim Sun-hee (AP)
Kim Sun-hee (AP)

Según S.Y., las mujeres como ella tienen su propio apodo en las provincias fronterizas. "La gente nos llama gallinas", dijo. "Dicen que no somos madres de verdad porque ponemos huevos y luego huimos a otro lado".

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