Cárteles y coronavirus: lo peor está por venir

Normalmente los cárteles de la droga se preparan con químicos que bastan para cubrir un periodo de cuatro a seis semanas, pero dada la duración de la pandemia, esto no ha sido suficiente para sostener los niveles de producción

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 (Foto: Mission Essential)
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La pandemia del coronavirus está impactando las economías globales y los cárteles de droga más grandes también están padeciendo las consecuencias. Las dos transnacionales criminales más grandes del mundo, el cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, han comenzado a ver sus ganancias ilegales, principalmente los de las drogas sintéticas, caer estrepitosamente.

El cierre de muchas de las empresas fabricantes de químicos en China, quienes eran los principales proveedores para los cárteles de la droga, han mermado su capacidad para producir metanfetamina, fentanilo e inclusive heroína. También es de destacar que su segunda fuente para los químicos de donde originan las drogas, India, se ha apagado de manera similar.

Normalmente los cárteles se preparan con químicos que bastan para cubrir un periodo de cuatro a seis semanas, pero dada la duración de la pandemia, esto no ha sido suficiente para sostener los niveles de producción. Algunas fuentes dentro de los cárteles señalan que los líderes les están ordenando incrementar el costo de las drogas hasta seis veces más.

El cierre de fronteras y los vuelos limitados también han causado un fuerte impacto al negocio de los cárteles debido a la dificultad para el traslado de drogas al mercado internacional. Otro gran impedimento es que la cuarentena ha llevado a reducir la cantidad de personas en las calles, limitando el contacto que tienen los cárteles con el gran número de adictos a los que suministraban las sustancias.

Se puede afirmar que las cadenas que el coronavirus ha impuesto sobre los cárteles seguirán por un corto periodo de tiempo, porque eventualmente los productos químicos volverán a fluir: las fronteras se volverán a abrir; y las calles volverán a reventar de actividad otra vez. Pero el coronavirus puede que haya causado un impacto que afecte a largo plazo en las redes del tráfico de droga y que cambie el panorama de los cárteles del narcotráfico como lo conocemos.

Los cárteles operan como cualquier otro negocio, tienen que vender bienes y servicios para poder mantener la compañía. En el caso de estos negocios, tienen que generar una fuerte cantidad de ganancias para poder seguir pagando a oficiales corruptos con los que, sin su protección, no podrían sobrevivir. También tienen que financiar a un gran número de sicarios que protegen a los líderes de los cárteles, expanden su alcance a nuevos territorios y mantienen luchas con otras bandas de narcotraficantes.

Con ingresos disminuidos, los cárteles no podrán satisfacer los cobros de los oficiales corruptos o de sus ejércitos de sicarios, lo que podría llevar al desastre.

Significaría amplias deserciones a otros grupos, haciéndolos más fuertes y debilitando a otros. Esto podría llevar a un incremento de violencia y un reto mucho más complicado para las autoridades. Crearía cárteles mucho más organizados, fuertes y resistentes que podrían ser un problema mucho más complicado para las fuerzas gubernamentales.

*Mike Vigil fue director de Operaciones Internacionales de la DEA

Lo aquí publicado es responsabilidad del autor y no representa la postura editorial de este medio