Las horas amargas de Caro Quintero: la sombra de la extradición se cierne sobre el Narco de Narcos

Los gobiernos de México y Estados Unidos comenzaron a “pisarle los talones” al líder del Cártel de Sinaloa desde el pasado 29 de enero, tras la captura de su sobrino, Ismael Quintero Arellanes

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Foto: Cuartoscuro.
Foto: Cuartoscuro.

La liebre asomó las orejas. Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos", el hombre que volvió a ser prioridad número uno de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés), podría estar huyendo de la extradición.

Ésto implica volverse “ojo de hormiga”. Según el diario Río Doce, la operación sucede cada que uno de los grandes capos mexicanos es perseguido por las autoridades. Entonces, tanto ellos como su gente más allegada cambia de número, teléfono, y de lugar “porque sino les caen en caliente”.

“Caro Quintero y la gente que lo protege cambió de teléfonos celulares, radios, ubicación y hasta punteros, por temor a que el detenido ya haya dado la línea directa de Don Rafa”, dijo a Río Doce una persona que se mueve en ese ambiente.

Los gobiernos de México y Estados Unidos comenzaron a “pisarle los talones” al capo desde el pasado 29 de enero, tras la captura de su sobrino, Ismael Quintero Arellanes, quien según las autoridades, es considerado uno de los colaboradores más cercanos del fundador del Cártel de Sinaloa.

De ser arrestado Caro Quintero, el gobierno de Estados Unidos haría un trámite de inmediato para extraditar al “Narco de Narcos".

El pasado 29 de enero, el sobrino de Caro Quintero cayó durante un operativo en Sinaloa (Foto: Especial)
El pasado 29 de enero, el sobrino de Caro Quintero cayó durante un operativo en Sinaloa (Foto: Especial)

El propio Caro Quintero ha dicho que, de verse en una situación de sentirse perdido, él mismo se quitaría la vida, pues a su edad no piensa volver a prisión.

Los intentos por aprehenderlo no han sido fantasiosos. En 2018, un grupo de marineros liderados por agentes de la DEA arribaron a poblados de La Noria, Las Juntas, Babunica y Bampopa buscando al capo en helicópteros.

El líder del Cártel de Sinaloa habría alcanzado a salir de su escondrijo segundos antes que irrumpieran los marinos y descalzo se fue corriendo. Dicen que no alcanzó ni a ponerse los huaraches y el viejo se echó a la carrera descalzo, entre el monte y las espinas.

En ese entonces, los marinos dijeron que se lo llevarían vivo o muerto. Al final no se lo llevaron ni de una ni de otra manera.

Desde 2013, Rafael Caro Quintero lleva una vida nómada en las montañas de Sinaloa; sin embargo, eso no le ha impedido mover toneladas de cocaína a Estados Unidos.

El asesinato del agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena, sigue pesando contra el capo de capos (Foto: ARCHIVO)
El asesinato del agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena, sigue pesando contra el capo de capos (Foto: ARCHIVO)

El líder criminal llegó a la cárcel en 1985, tras el crimen del agente de la DEA “Kiki” Camarena. La justicia mexicana le condenó a 40 años, pero en 2013 , cuando aún le faltaban 12 años por cumplir, logró que un tribunal de Jalisco le dejase en libertad por un defecto de forma. Cuando la sospechosa sentencia fue invalida, Caro Quintero ya estaba en clandestinidad.

Su salida no escapó a los ojos de la DEA, quien puso en en marcha una gigantesca operación dentro y fuera de la ley para atrapar a los culpables.

Según gente de la sierra de Badiraguato, Sinaloa, Caro Quintero se mantiene oculto en alguna choza perdida entre vericuetos del Triángulo Dorado, viviendo a salto de mata y con mil rutas de escape, pues su principal temor es que lo agarre el gobierno y lo extraditen a Estados Unidos.

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