Sepultaron a la última víctima del cruel ataque a la familia LeBarón

Culmina una demostración de duelo en una comunidad con lazos familiares muy estrechos en dos entidades mexicanas y al otro lado de la frontera, en muchos estados occidentales de Estados Unidos

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Tyler Johnson, esposo de Christina Marie Langford Johnson, carga a su hijo durante el funeral en el cemeterio en colonia LeBaron, Chihuahua. (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
Tyler Johnson, esposo de Christina Marie Langford Johnson, carga a su hijo durante el funeral en el cemeterio en colonia LeBaron, Chihuahua. (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

En medio del dolor, la rabia y el clamor de justicia, familiares y amigos enterraron este sábado a la última víctima del ataque por parte del Cártel de Juárez, a través de su brazo armado La Línea, que cobró la vida de tres mujeres y seis niños estadounidenses de las familias LeBarón y Langford, ciudadanos con doble nacionalidad en los límites de los estados de Sonora y Chihuahua donde la presencia de las bandas criminales entre ellos ha sido un hecho inevitable.

Christina Langford Johnson saltó de su camioneta con los brazos en alto para mostrar que no suponía una amenaza para los agresores, pero recibió dos disparos en el corazón, explicaron los miembros de la comunidad. Su hija Faith Marie Johnson, de siete meses, fue hallada ilesa en su asiento de seguridad.

De acuerdo con la agencia AP, su entierro, el tercero desde el jueves, culmina una demostración de duelo en una comunidad mormona con lazos familiares muy estrechos en los dos estados mexicanos y al otro lado de la frontera, en muchos estados occidentales de Estados Unidos.

El sorpresivo y cruento ataque ha hecho que muchos residentes de la pequeña comunidad agrícola de La Mora, establecida en Sonora por sus ancestros mormones hace décadas, se pregunten si deberían quedarse o huir de la amenaza de la guerra de los cárteles.

Tyler Johnson, llora ante el féretro de su esposa Christina Marie Langford Johnson,una de las nueve víctimas del ataque.
(Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
Tyler Johnson, llora ante el féretro de su esposa Christina Marie Langford Johnson,una de las nueve víctimas del ataque. (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

El viernes, los cuerpos de Rhonita Miller y de cuatro de sus hijos fueron trasladados para su entierro desde La Mora, en Sonora, a Colonia LeBarón, en Chihuahua, en una caravana de camionetas que recorrió el camino de tierra donde fueron asesinados y que fue vigilada durante todo el trayecto por soldados de la Guardia Nacional.

Muchos residentes de las dos comunidades, que están a cinco horas de viaje por carreteras no pavimentadas, están emparentados. Se consideran mormones, aunque no están afiliados a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y muchos tienen doble ciudadanía estadounidense y mexicana.

Tres sencillos ataúdes de madera -uno de ellos con los restos mortales de la madre y sus mellizos de ocho meses- llegaron a un cementerio a kilómetro y medio al este de Colonia LeBarón, junto a un camino rural flanqueado por campos de algodón. Fueron sepultados en tres tumbas cubiertas por carpas blancas que las protegían de las intermitentes lluvias.

Kenny Miller, el suegro de “Nita” Miller, dijo que era “como un ángel” y los niños “angelitos”.

Miller señaló a AP que, ahora que los ojos del mundo están sobre estas comunidades, espera que sus muertes no sean en vano y sirvan para llamar la atención sobre lo que considera una preocupación a nivel nacional para miles de mexicanos, que lloran la pérdida de seres queridos muertos o desaparecidos ante una cifra récord de homicidios.

Parientes de Christina Marie Langford Johnson acuden al funeral
(Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
Parientes de Christina Marie Langford Johnson acuden al funeral (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

“Aquí hay terroristas”, afirmó. “Me gustaría que esto sea utilizado para la gente que no tiene voz (...) y creo que ‘Nita’ lo aprobaría sin reservas”, según declaraciones recogidas por AP.

Pero La Mora, una comunidad de 300 habitantes dedicados a la cría de ganado y al cultivo de granadas, entre otros productos, “cambiará para siempre” tras la emboscada del lunes, cuando las mujeres viajaban con sus hijos a visitar a sus familiares, dijo David Langford a los asistentes al funeral por su esposa, Dawna Ray Langford, y sus hijos de 11 y 2 años.

“Una de las cosas que más apreciamos de nuestras vidas es la seguridad de nuestra familia”, apuntó. “Y no me sentiré seguro. No me siento así desde hace años", puntualizó.

En Chihuahua, la colonia LeBarón ha estado en paz desde que en 2009 el homicidio de Benjamín LeBarón, un activista contra la delincuencia, hizo que las autoridades establecieran una base de las fuerzas de seguridad.

Los funerales de  Christina Marie Langford Johnson
(Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
Los funerales de Christina Marie Langford Johnson (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

Pero la presencia policial en La Mora era mínima hasta la masacre, tras la cual se movilizó a una gran cantidad de policías estatales y elementos de la Guardia Nacional. El tiempo que se queden allí podría ser crucial para determinar el futuro de la comunidad, dijeron los habitantes algunos e los cuales consideran que al menos la mitad de ellos se irá del lugar que se convertirá en “pueblo fantasma”.

Residentes de La Mora refutan la teoría de que los fallecidos no eran el objetivo de la emboscada. Joe Darger, de Salt Lake City, dijo que su hija, que vive en Utah pero que mantiene una segunda residencia en La Mora, no regresará a un lugar que había sido parte de la vida de su familia, al menos por ahora.

“Hasta que haya respuestas, no traerá a sus niños”, dijo a AP, Darger, quien viajó a la comunidad para asistir a los funerales.

La mayor preocupación de los habitantes es averiguar el por qué de la tragedia. La respuesta les ayudará a decidir si se quedan o se van.

El ataúd de Christina Marie Langford Johnson es cargado por sus familiares
(Fot:. REUTERS/Carlos Jasso)
El ataúd de Christina Marie Langford Johnson es cargado por sus familiares (Fot:. REUTERS/Carlos Jasso)

“Simplemente pienso que la inocencia ha desaparecido”, lamentó Joe Dager, quien agregó: “y a menos que la gente se sienta segura, van a buscar otros lugares donde se puedan sentir seguros. Es cosa de determinar ‘¿qué vamos a hacer de ahora en adelante?’ Esa es la interrogante”, abundó.

Por la noche, el activista de la comunidad mormona, Julián LeBarón, acusó mediante redes sociales el corte de internet y el servicio de celular en la comunidad LeBarón y en la región.

“Al parecer nos cortaron los celulares y el internet en LeBaron. Estan nuestras familias con miedo“, posteó.

El subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, respondió a través de Twitter, que por instrucciones de su jefe, Alfonso Durazo, se comunicó con Julián LeBarón sobre su denuncia de que en la comunidad LeBarón está suspendida telefonía celular e Internet. “Se instruyó reforzamiento inmediato de seguridad y estamos en comunicación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para atender la situación”, afirmó.

Al parecer se trató de un corte de fibra óptica de Telmex, que afecta a los municipios de Janos Galeana y parte de Buenaventura y que el tiempo estimado de reparación será alrededor de las 23:00 horas.

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