Rusia y Arabia Saudita le darán el puntapié inicial a la Copa del Mundo del 2018. En el imponente estadio de Luzhniki, con capacidad para 81.500 espectadores, la selección anfitriona se medirá ante el conjunto dirigido por Juan Antonio Pizzi, en lo que podría significar un duelo crucial de cara a las aspiraciones de cada uno.
Pasaron 1.432 días desde que Alemania cerró la edición organizada en Brasil con su cuarta estrella internacional y para la apertura de un nuevo torneo, ninguno de los debutantes parece ser el candidato al título: los locales suman 7 compromisos sin victorias y los saudíes acumulan 3 derrotas consecutivas en sus últimos amistosos.
Más allá del presente de cada uno, Stanislav Cherchésov contará en su defensa con Mario Fernandes, el brasileño que se destaca en el CSKA de Moscú y prefirió defender la camiseta rusa, en lugar de la del Scratch.
Oriundo de São Caetano do Sul, del estado de San Pablo, el jugador de 28 años construyó su carrera en Gremio hasta que arribó a Moscú en 2012. Instalado en el elenco capitalino, en 2016 recibió la ciudadanía por decreto presidencial y desde esa época se convirtió en un ídolo nacional adoptado.
Lo llamativo fue que la lesión de Dani Alves le abrió las puertas a una posible convocatoria de Tite en Brasil, pero Mario Fernandes descartó la variable de inmediato: "No me arrepiento de nada. Hay otros jugadores que pueden ocupar ese lugar". Las declaraciones hacia la prensa local se completaron con el entusiasmo que le genera debutar en una Copa del Mundo.
"Tenemos un gran equipo, nos preparamos de la mejor manera para afrontar el Mundial. Esperamos tener un comienzo exitoso en el torneo", concluyó el defensor que intentará mantener el ritual que ilusiona a los dueños de casa: nunca una selección anfitriona fue derrotada en el partido inaugural.
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