Escándalo por el futbolista que dejó Junior luego de que Teo Gutiérrez intentara seducir a su esposa: qué dijo el técnico

Roberto Ovelar decidió emigrar a Millonarios de Bogotá luego de la incómoda situación entre Teo y Gladys Ortega, su mujer. Juan Avelino Comesaña, entrenador saliente del equipo, confirmó que "el conflicto existió" y habló de cómo afectó al equipo

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(Instagram Ovelar) y Getty)

Roberto Ovelar dejó Junior de Barranquilla, pero las repercusiones por el escándalo que desencadenó su salida no se extinguen. En resumen: el delantero paraguayo acusó a Teófilo Gutiérrez de haber intentado seducir a su esposa, Gladys Ortega. El affaire salió a la luz por un audio que filtró una amiga de la protagonista y, a partir de allí, la bola de nieve se hizo imparable. La relación entre ellos se tensó y Ovelar terminó emigrando a Millonarios de Bogotá, no sin antes revelar que el conflicto "existió". Ahora apareció una nueva voz en el entuerto: la de Julio Avelino Comesaña, el entrenador saliente del equipo.

"El problema existió", aceptó también el director técnico, que debió navegar en aguas tenebrosas con el grupo tras el cortocircuito que enrareció el clima en un conjunto que, por ejemplo, peleaba semifinales de Copa Sudamericana (lo eliminó Flamengo). Sin embargo, relativizó el efecto del problema en el seno del plantel. "No creo que el equipo se haya roto en pedazos por eso. No perdimos los partidos por el tema de Teo y Ovelar", dio su opinión en el programa Habla Deportes, de Colombia.

Más allá de que se prestó a referirse a tan controvertido conflicto, el orientador uruguayo evitó profundizar en las causas: "Yo no puedo acusar a Teófilo, no tengo pruebas". Quien sí se había sumergido en la matriz del problema fue Ovelar, mediante el comunicado que hizo público el viernes pasado. "Hace unos meses mi esposa recibió una solicitud de mensaje que provino de la cuenta personal de la red social de un 'compañero' del equipo, luego de que mi señora me notificara de la situación, me le acerqué muy amablemente y él me manifestó que no fue él. La situación nunca quedó clara. Si no hablé antes fue para no romper la estabilidad del grupo, aislando los sentimientos lo más humanamente posible de mi parte evitando violencia física y verbal", hizo su descargo. Comesaña, en tanto, apareció en la coyuntura para confirmar lo que el mundo del fútbol en el país presumía: el affaire llegó hasta el mismísimo vestuario.

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