El papa Francisco tuvo este viernes la cita más importante de su visita de cinco días a Colombia: una gran oración por la paz en la ciudad de Villavicencio (centro), la capital de una región que fue escenario de brutales choques en el marco del conflicto armado de más de medio siglo. "Sin reconciliación, la paz en Colombia será un fracaso", expresó.
En la emotiva ceremonia, fueron beatificados monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y el párroco Pedro María Ramírez. El 24 de agosto pasado, los cuerpos de los dos religiosos fueron trasladados de sus sepulcros hasta la capital del Meta. El procedimiento de exhumación de monseñor se realizó en la capital de Arauca, mientras que el del párroco se llevó a cabo en el municipio de La Plata, en Huila.
Durante la misa, el Sumo Pontífice también elevó una plegaria por las víctimas del potente terremoto de la noche del jueves en México y del devastador huracán Irma en el Caribe.
"Deseo manifestar mi cercanía espiritual a todos los que sufren las consecuencias del terremoto", dijo Francisco al pedir una oración "por los que han perdido la vida y también por sus familias".
Antes de abordar el avión en Bogotá, Francisco pidió ante un grupo de militares una oración "en silencio por todos los caídos y por todos los que quedaron heridos" en el conflicto. "Gracias, y ojalá puedan ver consolidada la paz en este país, que se lo merecen", dijo.
El obispo de Roma, que pidió a los colombianos huir de la venganza y el odio, apoyó el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC.
En una carta abierta, Timochenko, jefe máximo de las FARC, ahora convertidas en partido político, le suplicó al pontífice "su perdón por cualquier lágrima o dolor que hayamos ocasionado al pueblo de Colombia o a uno de sus integrantes".
El pontífice argentino dirige en Villacencio la segunda misa al aire libre, tras haber congregado a cientos de miles de personas el jueves en Bogotá.
Luego se dirigirá y escuchará las voces de indígenas y campesinos, así como de ex guerrilleros y agentes estatales enfrentados por décadas.
Una imagen del mutilado Cristo de Bojayá será llevado al encuentro con el Papa. La figura religiosa, sin brazos ni piernas, quedó semidestruida por un artefacto explosivo lanzado por guerrilleros contra una iglesia donde se refugiaba una comunidad negra en medio de un combate entre las FARC y paramilitares en 2002: 79 personas murieron.
LOS DOS PÁRROCOS BEATIFICADOS
Pedro María Ramírez Ramos
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