El régimen de Daniel Ortega desplegó un operativo sorpresa en el centro de Managua para impedir protestas

Decenas de automóviles patrullas, en su mayoría llenos de agentes armados, incluyendo antimotines, se desplegaron en la capital para reducir las manifestaciones

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Represión en Nicaragua (AFP)

La Policía de Nicaragua realizó este lunes un amplio despliegue en el centro de la capital, Managua, en medio de una crisis que ha dejado entre 325 y 528 muertos en el contexto de las protestas contra el presidente Daniel Ortega, según varios organismos de derechos humanos.

Decenas de automóviles patrullas, en su mayoría llenos de agentes armados, incluyendo antimotines, se apostaron cerca de la Universidad Centroamericana (UCA), sin que las autoridades dieran una explicación.

Escenas como estas son comunes desde abril en Nicaragua cada vez que los manifestantes autoconvocados anuncian alguna protesta, pero este lunes no hubo llamado alguno.

En un informe emitido el jueves pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró su "preocupación por la persistencia del uso de la detención como forma de represión de la protesta social, así como la criminalización de personas que participaron en las diversas formas de manifestación pacífica contra el Gobierno de Nicaragua desde abril".

En su reporte más reciente, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) denunció que en Nicaragua existe "acoso policial o de organismos de seguridad en conjunto con grupos armados paramilitares y de choque, motivados por un fanatismo partidario fuera del marco de la ley (hacia) la población nicaragüense en general".

La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al régimen de "más de 300 muertos", así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.

Ortega, quien niega las acusaciones, mantiene que todo obedece a un intento de "golpe de Estado".

El presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo (AFP)

Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, que se iniciaron en abril por unas fallidas reformas de la seguridad social, se convirtieron en una exigencia de su renuncia, debido al saldo mortal en las manifestaciones.

Con información de EFE

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