Sudán amplía otros tres meses más la apertura del paso fronterizo de Adre para la entrega de ayuda

La prolongación del acceso a Adre facilitará el ingreso de suministros humanitarios a través de la frontera con Chad, en medio de una crisis que amenaza la vida de millones en Darfur, según la ONU y organizaciones internacionales

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La alerta lanzada este martes por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) respecto a la situación nutricional en Um Baru, en Darfur Norte, señala que más de la mitad de los menores de cinco años analizados padecen desnutrición aguda. Esta proporción supera en más de tres veces el umbral de emergencia establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y representa una de las incidencias más elevadas registradas en estudios de este tipo. En este contexto, la decisión tomada por las autoridades sudanesas cobra una relevancia considerable: el país ha prorrogado durante otros tres meses la apertura del paso fronterizo de Adre, una vía fundamental para la entrada de suministros humanitarios desde Chad. El paso permanecerá habilitado hasta el 31 de marzo, lo que ofrece una oportunidad para que la ayuda internacional continúe llegando a las poblaciones afectadas por el conflicto.

Según informó la ONU y mencionó Tom Fletcher, jefe de Asuntos Humanitarios, la continuidad en el acceso a través de Adre es indispensable para el salvamento de vidas en la región. Fletcher calificó la extensión del permiso como "un salvavidas para millones de personas en Darfur" y expresó agradecimientos públicos tanto a Sudán como a Chad por mantener operativa esta vía de apoyo logístico, según reportó la organización.

De acuerdo con las informaciones publicadas, la ruta de Adre constituye la principal entrada de asistencia humanitaria a Sudán desde territorio chadiano. Desde el estallido de la guerra civil en abril de 2023, este corredor se ha consolidado como un punto neurálgico para las operaciones de ayuda, especialmente porque los desplazamientos masivos y las condiciones de inseguridad dificultan la distribución de suministros por otras rutas dentro del territorio sudanés.

El conflicto civil en Sudán tiene su origen en disputas relacionadas con la integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar, en el ejército nacional. Estas tensiones desembocaron en la ruptura del proceso de transición iniciado tras la caída del presidente Omar Hasan al Bashir en 2019 —después de años de gobierno autoritario— y se agravaron a raíz del golpe militar que desplazó al primer ministro Abdalá Hamdok en 2021. Tal como detalló el medio, la implicación de actores externos que respaldan a las diversas facciones ha complicado y extendido la duración y el alcance del conflicto.

La guerra en Sudán ha desencadenado una crisis humanitaria caracterizada por el desplazamiento forzado de millones de personas, la fuga de refugiados a países limítrofes y la declaración de emergencia por el número y la gravedad de los daños sufridos por infraestructuras esenciales. La imposibilidad de operar hospitales, sistemas de saneamiento y transporte, junto con la propagación de enfermedades, ha restringido la capacidad de atención a centenares de miles de ciudadanos afectados. Diversas agencias internacionales, incluida la OMS, mantienen la alerta por el riesgo que implica la falta de acceso a servicios sanitarios y a alimentos, alertó el medio.

Según publicó la ONU, la prórroga de la apertura del paso fronterizo de Adre se interpreta como una medida que apoya los esfuerzos de organizaciones internacionales para distribuir ayuda médica, alimentos y suministros básicos a la población atrapada en zonas de difícil acceso. El mantenimiento del flujo logístico depende del consenso entre las autoridades sudanesas y chadianas, cuyas gestiones han sido reconocidas por responsables de la asistencia internacional.

El informe también destacó que la emergencia nutricional en regiones como Um Baru, en Darfur Norte, adquiere dimensiones críticas: las tasas de desnutrición aguda encontradas en los menores duplican y superan ampliamente los parámetros internacionales considerados como límite para activar respuestas de emergencia. UNICEF advirtió de la urgencia de reforzar el apoyo humanitario, subrayando que la falta de intervención podría tener consecuencias irreparables sobre la supervivencia y el desarrollo físico de los menores.

Además, el medio indicó que la situación generalizada de inseguridad y la precariedad de los servicios continúan agravando las condiciones de vida en el país. Los desafíos para distribuir ayuda se ven incrementados por el deterioro de carreteras y medios de transporte, las amenazas a la integridad del personal humanitario y la incertidumbre sobre la continuidad de las rutas seguras. La extensión del acceso por Adre posibilita la programación de acciones sostenidas por parte de agencias como la ONU y organizaciones colaboradoras.

Diferentes organismos presentes en la zona han insistido en la necesidad de mantener abiertas todas las rutas posibles para la entrega de suministros, al tiempo que recalcan la urgencia de una solución política al conflicto. Según consignó la ONU, millones de personas permanecen en situación de vulnerabilidad extrema, sin acceso regular a alimentos, agua y servicios sanitarios. La consolidación del corredor humanitario de Adre hasta finales de marzo representa un elemento clave en la estrategia de contención de los peores efectos de la crisis.

La decisión reciente de las autoridades sudanesas, sumada al apoyo de Chad, ha sido recibida con respaldo por parte de la comunidad internacional, que considera el paso de Adre como un eslabón vital para sostener las operaciones de ayuda humanitaria y mitigar el impacto de una de las crisis humanitarias más severas de la actualidad, según afirmó la ONU.