Fedra Lorente resta dramatismo a su situación: "Ruina o no ruina, lo arreglaremos trabajando"

Guardar

Fedra Lorente, conocida por su personaje de 'La Bombi' en "Un, dos, tres...", atraviesa en los últimos meses una compleja situación personal marcada por la muerte de su marido, el músico Miguel Morales, y por las informaciones sobre una delicada etapa económica para la familia. En distintos programas de televisión se ha ido dibujando el relato de varias estafas y decisiones financieras que habrían dejado a la intérprete y a su entorno con importantes deudas, algo que ha generado una gran repercusión mediática.

La humorista ha hablado con el equipo de Europa Press sobre su ruina económica y lanza un mensaje de calma y resiliencia: "Nada. Está arreglado. Ruina o no ruina. Lo arreglaremos trabajando, si Dios quiere, y solucionaremos. Sí, somos dos y ya está". La actriz deja claro que afronta lo ocurrido desde la responsabilidad personal y afirma que no le reprocha nada a Miguel Morales: "No, no le reprocho nada, nada, nada. Ni a él ni a nadie. A mí solamente".

Se muestra especialmente molesta cuando se habla de "estafa del amor" y corrige con contundencia: "No, no, una estafa del amor para nada. Ya se ha aclarado bien en el programa, creí que lo estabas oyendo. No, no, no ha sido una estafa de ningún amor, no, no, no. Trabajando y le han pedido dinero y ha estado ayudando como una buena persona y ya está. O demasiado buena persona, como lo quieras llamar. Para mí demasiado buena persona".

Pese a la presión mediática, Fedra subraya que no está sola y que su familia se ha convertido en un apoyo esencial en este momento. Asegura que sus sobrinas, Shaila Dúrcal y Carmen Morales, la están arropando de manera muy cercana: "Sí, mucho. Sí, mucho. Las dos, mucho". Sin embargo, cuando se le pregunta de nuevo por los detalles de su situación económica actual, opta por la prudencia guardando silencio, sin profundizar en lo sucedido y sin responder a las preguntas más concretas sobre cifras o posibles consecuencias legales, intentando así proteger su intimidad y la de los suyos mientras trabaja para recuperar la estabilidad.