El partido bajo la lluvia de Felipe VI y Guillermo Alejandro con niños con discapacidad

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Imane Rachidi

Ámsterdam, 17 abr (EFE).- Ilusión es lo que mejor describe la mirada y expresión de los niños que recibieron a Felipe VI de España y Guillermo Alejandro de Países Bajos en un campo de la Fundación Johan Cruyff en Ámsterdam. Los pequeños con discapacidad o de barrios desfavorecidos compartieron balón y jugaron con los reyes bajo la lluvia de abril.

La agenda oficial de los reyes de España en su visita de Estado a Países Bajos está llena de actividades de todo índole, desde lo empresarial hasta lo cultural, pero la visita de Felipe VI y Guillermo Alejandro a un Cruyff Court de Ámsterdam tiene, quizás, el efecto humano más visible y directo, al menos así lo evidenciaron las miradas de felicidad de decenas de niños que esperaron pacientes y recibieron con emoción a los dos monarcas la tarde de este miércoles.

“Koning, koning” (rey, rey, en neerlandés), gritaban varios niños que esperaban su turno en la cancha de baloncesto, mientras los reyes entraban primero al campo de fútbol para saludar a un grupo de pequeño con discapacidad que los llevaban esperando a una hora, practicando hasta el final sus mejores técnicas para luego presumir de ellas ante sus majestades.

Algunos niños necesitan la ayuda de un andador y el apoyo permanente de un instructor. Otro lleva colgada a sus espaldas una mochila de oxígeno. Un adolescente camina con dificultades por problemas en las piernas. Otra niña, con síndrome de Down, corre a gran velocidad detrás del balón y se lo pasa rápidamente a un joven con problemas en las cuatro extremidades.

Practicaban técnicas de fútbol con ayuda de un grupo de instructores, hasta que los interrumpió la llegada del convoy de Guillermo Alejandro y Felipe VI. Entonces, todos se giraron para ver a los reyes, que caminaron entre saludos a los presentes y acompañados del personal de la fundación, que les explicó cómo ofrecen a los niños con discapacidad o de barrios desfavorecidos la oportunidad de desarrollarse a través del deporte.

A los monarcas los han recibido caras conocidas del mundo deportivo neerlandés. La futbolista retirada Daphne Helena y el exjugador de baloncesto Niels Meijer (director ejecutivo de esta fundación hispano-neerlandesa) les ofrecieron el tour; y el exfutbolista Jordi Cruyff y su hermana Susila les explicaron la importancia que tiene este proyecto para la cohesión social y su impacto en la calidad de vida de los niños.

La ubicación de este campo en el barrio de Betondorp, a las afueras de Ámsterdam, está cerca del lugar de nacimiento del futbolista y entrenador neerlandés Johan Cruyff (1947-2016).

Acompañado de dos niños, el exentrenador Guus Hiddink, embajador de la fundación, explicó a los reyes la importancia de las 14 reglas de Cruyff: jugar en equipo, responsabilidad, respeto, integración, iniciativa, entrenamiento, personalidad (sé tú mismo), implicación social, técnica, tácticas, desarrollo, aprendizaje, jugar juntos y creatividad.

La tormenta de abril dio treguas por minutos a los monarcas. En el fútbol, cada rey se sumó a un equipo: Guillermo Alejandro hizo el saque, y Felipe VI dio otra patada al balón, iniciando el partido.

Una vez empezó a rodar la pelota, los reyes se trasladaron a seguir el espectáculo desde fuera de las vallas. Después, y bajo una fuerte lluvia, fueron a la zona donde el campeón marroquí-neerlandés Tyjani Beztati entrena kickboxing.

Por último, fue el turno de la cancha de baloncesto, donde Felipe VI intentó lanzar la pelota al aro, animado por Guillermo Alejandro y los efusivos aplausos del público, pero el monarca español no tuvo éxito. El rey neerlandés tampoco logró marcar.

"Lo que estos niños están haciendo aquí ahora es exactamente lo que mi padre quería. Que se diviertan todos. No importa de dónde vengas, ni quién seas", celebró Jordi Cruijff en declaraciones a los medios al término de la visita.

La presencia de los monarcas tiene aún más mérito, dice, porque en un día tan lluvioso “podrían haber hecho otra cosa”, pero han optado por hacer felices a estos niños, que han comprobado en persona que los reyes son de carne y hueso. EFE

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(foto)