Artistas franceses buscan sobrevivir en medio de coronavirus

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Por Johnny Cotton

PARÍS, 7 mayo (Reuters) - El bailarín y coreógrafo Nicolas Maloufi no ha trabajado desde que Francia entró en cuarentena a mediados de marzo y sus sesiones diarias de yoga en un apartamento prestado de París son su única forma de entrenamiento.

Aunque Francia comenzará a aliviar sus restricciones a la vida pública a partir del lunes, con la reapertura de tiendas y el regreso de algunos alumnos a la escuela primaria, las puertas de los cines, teatros y salas de concierto del país permanecerán cerradas.

Para Maloufi, de 49 años, quien ha colaborado con la Filarmónica de París y el teatro Etoile du Nord, eso significa que sus producciones están paradas. Tampoco es fácil encarar más proyectos.

"Estoy esperando respuestas de unos 20 contratistas que no están disponibles. No me atrevo a perseguirlos, es casi indecente dada la cantidad de cosas que tienen que manejar", dijo a Reuters.

Maloufi forma parte de los llamados "intermitentes" de la industria creativa de Francia, que incluyen a bailarines, cantantes, comediantes y técnicos que trabajan de obra en obra y reciben aportes estatales para cubrir los costos entre trabajos si están empleados al menos 507 horas anuales.

Debido a que la industria del entretenimiento está cerrada por el virus, el presidente Emmanuel Macron prometió garantizar sus estipendios, así como dinero para los cineastas cuyas producciones han sido canceladas, como parte de un rescate financiero más amplio para el sector del arte.

Maloufi dijo que esos ingresos eran un salvavidas.

"Llevamos una existencia precaria", dijo.

Jean-Marc Dumontet posee varios lugares en París, entre los que se encuentran el Bobino en la Rue de la Gaite, una calle del distrito de Montparnasse famosa por sus teatros.

Cantantes como Edith Piaf, Jacques Brel y Amy Winehouse han actuado allí, pero ahora su auditorio y vestuarios están vacíos y su programación de comedias familiares, circo y teatro musical está detenida.

Macron alentó a los artistas a pensar nuevas formas más íntimas de actuar, pero Dumontet dijo que no tenía claro cómo podría hacerlo en Bobino, una sala con 900 butacas.

"No es fácil cuando estás timoneando grandes barcos imaginar formatos más pequeños por la simple razón de que no serían rentables", declaró.

De todos modos, dio la bienvenida a los anuncios de Macron. "Hoy se trata de enfrentar este momento tan difícil", agregó. (Reporte de Johnny Cotton. Editado en español por Lucila Sigal)