Cuando el padre del primer ministro británico quería asistir a una reunión de la junta de Blairmore Holdings, siempre tenía que viajar hasta Suiza o las islas Bahamas.
Blairmore, que parece haber recibido el nombre de la finca familiar de los Cameron en Aberdeenshire, Escocia, realizaba sus reuniones en paraísos fiscales para asegurar que el fondo de inversiones no tuviera que pagar impuestos sobre la renta ni de sociedades sobre sus beneficios.
Si estos cónclaves se hubieran realizado por ejemplo en Londres, se habría considerado a la compañía como residente en Reino Unido y por ello habría tenido que pagar impuestos como una empresa de ese país.
Los documentos filtrados de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca revelan que Ian Cameron, quien murió en 2010, era uno de los cinco directores de la firma en Gran Bretaña que viajaron para las reuniones llevadas a cabo en el extranjero.
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