tenía dos años y murió como consecuencia de una meningitis el pasado 14 de febrero, cuando el mundo celebraba
. Fueron dos semanas de pelear contra una enfermedad que se tornó irreversible. Su madre,
decidió compartir con el mundo la imagen de su pequeña moribunda, mientras yacía conectada a decenas de aparatos en la sala de cuidados intensivos del
. Esa fotografía, ahora, pone en jaque el sistema sanitario del Reino Unido y deberá ser tema de debate en la Cámara de los Comunes.
Cuando Faye se mostró muy dolorida y con erupciones en la frente, sus padres la llevaron de urgencia hasta una sala de primeros auxilios en Kent. Luego, en la ambulancia sufrió un paro cardiorrespiratorio y los médicos lograron revivirla. La situación se tornó rápidamente dramática y de inmediato le diagnosticaron meningitis. Los profesionales les dijeron a sus padres que debían amputarle miembros a la pequeña y que, aun haciendo esto, su supervivencia sería casi imposible. Entonces, en el Día de San Valentín, decidieron que Faye dejara de sufrir. No despertó más.
"Faye fue llevada a emergencias con una erupción en la frente, luego fue transferida al hospital de niños de Evelina, donde su corazón se detuvo en la ambulancia. La revivieron y pasaron horas tratando de estabilizarla. Le dieron un uno por ciento de posibilidades de sobrevivir, pero nos probó que estaban equivocados y siguió luchando, después de unos pocos días. Pero la septicemia comenzó a afectarla más y se tomó la decisión de quitarle un miembro. Pero debía ser masivo, una amputación total de pierna y un brazo y cirugía plástica", relató su madre, en un mensaje que transmitió a través de su amiga Charlene Reed.
Fue entonces cuando surgió el dilema más dramático que un padre pueda afrontar: seguir adelante sabiendo que la niña moriría en una cirugía llena de riesgos y con pocas posibilidades de supervivencia o dejarla irse en paz. "Nuestra hija no estaba posibilitada de soportar toda la operación cuando la septicemia había consumido TODO su cuerpo y se desangraría hasta la muerte. ¡Ella no merecía terminar su diminuta vida así!", añadió Jenny. "Decidimos lo último y luego vimos a nuestra pequeña niña dormirse y a las 9 pm del 14 de febrero finalmente se quedó dormida para siempre. Todo esto en sólo 11 días", concluyó.
La polémica decisión de publicar la fotografía de Faye surgió a partir de una política de salud del gobierno británico por la cual se decidió que aquellos bebés que nacieron luego del 1° de julio último serían vacunados en forma gratuita. En cambio, todos aquellos niños mayores de cinco meses deberían pagar nada menos que 650 dólares por aplicación, situación que dejó fuera del plan a miles de menores. Ahora, la familia Burdett inició una campaña de concientización y para que las autoridades sanitarias británicas permitan la vacunación libre de aquellos bebés mayores de cinco meses.
En poco menos de cuatro días, la petición hecha online ya cuenta con más de 235 mil firmas, lo cual asegura que el tema sea tratado en la Cámara de los Comunes. "No queremos que la muerte de Faye haya sido en vano", concluyó Jenny, sabiendo ahora que su anhelo de que la vacuna llegue a todos quizás pueda cumplirse.