El Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) norteamericano publicó dos nuevos informes relacionados con cuestiones de seguridad en el Medio Oriente: uno sobre Irán y el Golfo; el otro consiste precisamente en cómo atacar al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Este último documento se titula "A New Authorization for Use of Military Force Against the Islamic State: Issues and Current Proposals" ( "Una nueva autorización para el uso de la fuerza militar contra el Estado Islámico: problemas y propuestas"). En EEUU se lo conoce como AUMF y se trata de una serie de propuestas para continuar atacando a ISIS con una base legal.
El documento faculta a los líderes políticos para tomar acciones globales multilaterales
"Si el Congreso es serio en lo que respecta a ganar esta guerra y quiere enviar un mensaje a nuestras tropas y al mundo, debe autorizar el uso de la fuerza militar contra ISIS. Vótenlo", les pidió Barack Obama a los legisladores durante su discurso sobre el Estado de la Unión. El documento tiene el consenso de la Casa Blanca.
La AUMF intenta mostrar la gravedad del conflicto, clasifica a los "enemigos" –ISIS, los talibanes y las diferentes ramas de Al Qaeda–, justifica el gasto para los bombardeos y faculta a los líderes políticos para tomar acciones globales multilaterales junto a otros dirigentes mundiales. El texto que debate el Congreso, importante y difícil debido a que requiere un acuerdo bipartidario, asume que la guerra contra el terrorismo es una sola y que no tiene fronteras.
El documento se propone:
· Definir claramente el objetivo de la misión y el enemigo.
· Incluir robustos requisitos de información y transparencia, suficientes como para mantener tanto el Congreso y el público informado.
· Exigir el cumplimiento de las obligaciones de los Estados Unidos en virtud del derecho internacional.
· Aclarar que la autorización del Congreso es la única fuente de autoridad legal para utilizar la fuerza contra ISIS a fin de evitar confusión o superposición
· Fijar una fecha de expiración del plan de ataques para garantizar la continuidad del apoyo del Congreso para el uso de la fuerza en función de cómo evoluciona el conflicto.
La batalla en el Congreso
El mayor desacuerdo entre los legisladores surge en torno a la utilización de tropas terrestres en Siria e Irak. A raíz de las anteriores experiencias –en Afganistán y en la propia Irak–, varios se oponen a otra guerra de este tipo. Otros, en cambio, no quieren atar de manos al presidente –ni a Obama ni a su sucesor, que gobernará a partir de 2017.
El representante demócrata por California, Adam Schiff, propone por ejemplo autorizar al jefe de Estado a desplegar fuerzas por tierra, pero exigir que el mandatario notifique a un Congreso que pueda evaluar las medidas y rechazarlas si las considera innecesarias.
Obama pretende asimismo que no existan limitaciones geográficas, lo que implica la habilitación del uso de la fuerza en otros países además de Siria e Irak. A diferencia de otras propuestas lanzadas por legisladores, el jefe de Estado no quiere que la ley se limite al ISIS, algo que puede suscitar recelo entre los legisladores.
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