Dan Riordan, un visionario del mundo inmobiliario

El presidente de la división Desarrollo Residencial de Turnberry Associates presentó el nuevo proyecto de la firma: Ocean Club. Además, detalló el presente que atraviesa el mercado de Miami y repasó su historia

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Dan Riordan es el presidente de Desarrollo Residencial de la empresa Turnberry Associates y forma parte de la misma desde hace más de 15 años. En el marco de Expo Real Estate Riordan visitó a la Argentina, en el marco de la Expo Real Estate, y conversó con Infobae para presentar el último proyecto de la firma: Ocean Club. A su vez, como especialista del sector analizó el panorama pasado, presente y futuro de Miami.

No, pero no venía desde hace mucho tiempo, creo que la última vez fue hace 20 años, cuando viajé para presentar el desarrollo Fisher Island que representé durante 12 años.

Pasé a formar parte de Turnberry en 1998, cuando me mudé a Las Vegas para sumarme al equipo de desarrollo de condominios. Luego estuve en Washington DC y ahora estoy de regreso en Miami como presidente de la división Desarrollo Residencial. He estado diseñando este nuevo proyecto, Turnberry Ocean Club, junto con nuestro arquitecto Carlos Zapata y Robert Swedroe. Hace un mes largamos las ventas y entonces estoy empezando a viajar para presentar el proyecto en los distintos mercados.

Turnberry es el developer más antiguo de Miami, lo cual no es poco decir. Estamos desarrollando allí desde los años 60. Hemos construido la ciudad de Aventura, en el norte de Miami. Dan Soffer, el padre de la compañía, se mudó desde Pittsburgh, donde era desarrollador de centros comerciales. En ese entonces él justo estaba comprando la tierra de lo que hoy es Aventura y tuvo esta gran visión de desarrollar una ciudad con condominios, canchas de golf, espacio para retail y hoteles tipo resort. Dibujó este sueño en una servilleta y luego lo materializó.

Creo que a la visión la tenés o no la tenés. Es un talento. La mayoría de la gente no la tiene; y algunos que sí la tienen, no siempre saben cómo ejecutarla. Tener visión es muy importante y si encima podés desarrollarla, entonces esta es la clave para el éxito. Claro, de vez en cuando uno puede fracasar, porque los visionarios son tomadores de riesgos, y yo no conozco a nadie que tome riesgos y tenga éxito el 100% de las veces. Pero uno aprende de los errores y de los tiempos difíciles, incluso más que de los aciertos.

Cuando llegan los tiempos de crisis uno se da cuenta de qué tipo de organización tiene, como empresa. Todo depende de la filosofía de la compañía. Algunos desarrolladores eligen, en tiempos difíciles, vender los proyectos al banco y desentenderse. Nosotros no somos así. Por ejemplo, tuvimos un problema con un proyecto de Washington DC y nos mudamos ahí para solucionarlo. Tuvimos que trabajar muy duro durante dos o tres años, pero lo resolvimos. Sin embargo, afortunadamente como compañía hemos tenido muchos más éxitos que fracasos.

Es que, Turnberry siempre ha tenido visión, desde los años 60, cuando Dan Soffer tuvo la idea de Aventura. Su hijo, Jeff, y su hija, Jackie, quienes también trabajan en la compañía, heredaron este talento. Jeff tuvo la visión de apostar a Las Vegas, lo cual en su momento fue riesgoso. Cuando entré a la empresa, en 1998, la gente pensaba que él estaba un poco loco (risas), porque nadie había hecho condos allá antes. Pero yo creí en el proyecto. Muchas veces, solo porque algo aún no existe, se cree que nunca va a poder suceder. A veces es cuestión de que alguien sea el primero en tomar el riesgo. En ese entonces Jeff tenía 29 años. Ejecutamos la idea e hicimos 3,5 billones de dólares, solo en Las Vegas, en un periodo de 10 años. Este éxito realmente ayudó a la compañía a alcanzar un nuevo nivel.

Este es un nuevo capítulo para la firma. Nosotros siempre fuimos conocidos por ser una empresa de altísima calidad. Con este nuevo proyecto quisimos elevar nuestra vara aún más y creo que lo logramos. Quisimos renovarnos, porque siempre se nos consideró como una marca de lujo pero quizás demasiado clásica y tradicional. Con esta torre quisimos lograr un aspecto más moderno, innovador. Para ello, contratamos al arquitecto de renombre internacional, Carlos Zapata. El resultado es muy atractivo. La torre de 54 pisos de altura es totalmente vidriada. Comenzamos la construcción a principios de 2016.

Tenemos un Sky Club especialmente dedicado a los amenities y este es, justamente, uno de los puntos más destacados del proyecto. Contamos con spa, salón de comedor, salón de fitness con espacio exterior e interior y un teatro al aire libre. Los primeros tres pisos del edificio también son de amenities. O sea, les dedicamos a las amenidades seis pisos en total; preferimos resignar 6.000 m² que podrían haberse usado para departamentos, lo cual es algo que muchos desarrolladores jamás harían, por la pérdida de dinero que implica. Pero lo hicimos por la comodidad de los residentes.

Además, nosotros poseemos un country club que está a menos de una milla de Ocean Club, Turnberry Isle Resort. Los propietarios pueden acceder a las canchas de golf, de tenis, a los restaurantes, al parque de agua... El primer año de membresía está incluido. Ningún otro edificio de Miami ofrece esto.

Vienen muy bien, ya hay un tercio del edificio bajo contrato. Nosotros siempre fuimos muy populares en Nueva York, Sudamérica y algunos países europeos. Pero ahora hay vuelos directos desde Medio Oriente a Miami, lo cual también está abriendo ese mercado. El mundo entero está interesado en Miami.

Si uno estudia la historia de Miami, ve que ha habido cuatro periodos extra dinámicos. Los años 20, cuando empezó el boom de Miami Beach, fue la primera época de oro. Pero luego vino la Depresión, a fines de la década. En los años 50 hubo un renacimiento, cuando comenzó el movimiento Art Déco. En los 70, 80 hubo un corte, había problemas con Cuba, Colombia. Fueron tiempos difíciles. Luego, el renacimiento de Miami Beach llegó a fines de los años 80, principios de los 90. Fue una época muy interesante, gracias a todo el desarrollo del mundo de la moda. Se remodelaron los edificios, comenzaron los vuelos directos a Europa. Por último, diría que desde 2010 estamos atravesando un gran momento. Arquitectos de nivel internacional y compradores de todo el mundo se interesan por la zona. Miami es una ciudad cosmopolita. Cuando me mudé en los 80 no había nada cosmopolita en Miami. Tenía un pasado interesante pero nada más que eso. Hoy ha avanzado muchísimo. No hay ninguna otra ciudad igual, en todo el mundo.

En la actualidad, el gran sueño americano se vive en Miami. Uno siempre ha asociado a Nueva York y a la Estatua de la Libertad con la entrada de inmigrantes a Estados Unidos. Pero hoy, esta puerta de entrada se da en Miami. Claramente. Esta es una ciudad que atrae agente de 50 países diferentes. Yo nací en Chicago, que es una ciudad increíble, pero diría que Nueva York y Miami son las dos ciudades con mayor futuro de todo el país. Ambas quedan en el Este y reciben vuelos internacionales. Sin estos, una ciudad no tiene chance. Además, es importante tener atributos únicos que te diferencien del resto. Y la infraestructura es imprescindible. No creo que vaya a surgir una tercera ciudad en Norteamérica que pueda competir con estas dos, al menos en el mediano plazo. Ambas ciudades favorecen los desarrollos, en cambio otras, como California, no están buscando crecer, no aprueban proyectos tan fácilmente. Florida, en cambio, es muy pro crecimiento, pro desarrollos. Más que Nueva York, incluso.

La opción más accesible económicamente no siempre es la mejor. A veces gastar un poco más, y recibir mucho más, es la mejor alternativa. Los mercados son cíclicos y cuando hay bajas, la buena calidad baja menos.

Por otro lado, hoy muchos desarrolladores se asocian con marcas reconocidas de moda. Pero al final del día, estos diseñadores no saben de real estate. El branding es una herramienta útil de marketing, pero creo que más que la marca, lo importante es el developer.

Situado en el corazón de Sunny Isles, el proyecto llevó una inversión de USD 500 millones. La innovadora torre vidriada cuenta con 54 pisos y 154 residencias, todas con balcones de tres metros de profundidad y vista panorámica directa al océano y a la bahía. Diseñada por Carlos Zapata, ofrece servicios de primera calidad, como seis pisos de amenities, tres piscinas, tres comedores privados, 31 cabañas con vista al mar, tres áreas de bar, playa privada, cine para 18 personas, Kids' Club, dos suites comunitarias, dos gimnasios (uno cubierto y otro al aire libre), sala de yoga y pilates, duchas de vapor y sauna, salón de spa e hidroterapia, salón de belleza, teatro al aire libre, restaurante y bar. El diseño de los espacios interiores y los comunes fue realizado por Robert Swedroe.

Se estima que Ocean Club estará finalizado para el 2018. Su valor es de USD 13.950 por m².