La final de la Copa América entre Chile y Argentina era la última oportunidad para Alexis Sánchez de sacar a relucir la chapa de estrella y liderar a una generación dorada para obtener un título. Fue criticado por la prensa chilena por su falta de eficacia a lo largo del torneo, pero silenció todas las voces con el remate más importante de la historia de su país.
Alexis era acusado de ausente en la cancha, y de llegar mermado fisicamente tras un despliegue maravilloso en el Arsenal inglés, donde terminó como goleador del equipo con 25 goles y contribuyó a ganar la Community Shield y la FA Cup.
El delantero chileno había anotado un sólo gol en cinco partidos, y hasta se lo pudo ver enojado consigo mismo por no poder exponer en la cancha toda su capacidad.
Las críticas llegaron tan lejos que se habló de una supuesta lesión que lo afectaba de cara a la final ante la selección argentina. El propio Niño Maravillla tuvo que desmentir la información en su cuenta oficial de Twitter. "Estoy muy bien, ya falta menos para el Sábado! Que linda final con nuestra gente...vamos Chile", escribió.
En la tarde/noche chilena, Sánchez logró que la fabulosa generación de la que forma parte junto a Arturo Vidal, Gary Medel y Claudio Bravo, entre otros, se adjudiquen el primer título de la historia futbolísitca de su país.
El partido de Alexis fue sacrificado. Tras un abrazo amistoso con Messi luego de los himnos, demostró que en el campo de juego no existen los recuerdos. Luchó con la poderosa defensa argentina, participó en los circuitos de su equipo, asistió y estuvo a punto de anotar en los 90 minutos.
Su desgaste fue mayúsculo en un duelo igualado, donde ambos equipos se dedicaron a neutralizar a su rival. La libertad que le da Sampaoli hace que Alexis maree a las defensas rivales. El primer tiempo apareció por derecha, por izquierda y entre los volantes. Buscó incansablemente ser impredecible y desequilibrante.
En la
volvió a sus inicios, a
. Por ahí hizo más daño y tuvo en sus pies la posibilidad de abrir la cuenta con una
.