Accidentes domésticos: descuidos en el hogar que pueden ser fatales

Un gran número de niños mueren en nuestro país a causa de lo que se denomina "cuerpos extraños en vía aérea y esófago". Maníes, tapas de biromes, monedas y juguetes, entre los objetos que más episodios provocan. Qué hacer ante un evento de este tipo 

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"Fueron dos minutos que me descuidé"; "Estaba al lado, no sé cómo no lo vi"; "Con los chicos hay que tener dos pares de ojos"... son algunas de las frases que suelen escucharse y que reflejan que, por más atento que se esté a los movimientos de los menores en el hogar, un segundo puede ser –literalmente– fatal.

Es que la aspiración o ingesta por parte de bebés y niños de alimentos y objetos cotidianos como monedas, pilas botones, agujas, maníes, semillas de girasol y fragmentos de juguetes es uno de los accidentes domésticos más comunes.

Y lo que quizá muchos desconocen es que esos cuerpos extraños (CE) pueden quedar alojados en algún sector del aparato respiratorio o digestivo y permanecer allí largo tiempo, lo que puede provocar secuelas irreversibles y hasta la muerte.

En un workshop, especialistas de diferentes puntos del país y del exterior hablaron de los resultados del proyecto Susy Safe para la prevención de lesiones por cuerpos extraños. Esto ayudará a establecer políticas de salud, hacer campañas publicitarias dirigidas, enseñar a reconocerlos tempranamente y a solucionarlos.

Uno de los estudios presentados en el encuentro por el servicio de Endoscopía Respiratoria del Hospital Garrahan, con casos presentados de 2010 al 2013, arrojó la conclusión de que en niños menores de tres años hay una incidencia de 44,5% en lesiones en vía aérea y 44,4% en esófago.

La ingestión y/o aspiración de cuerpos extraños (CE) son accidentes evitables que se observan principalmente en niños menores de tres años, causando morbilidad y mortalidad (es la cuarta causa de muerte accidental en este grupo etario y la tercera causa en infantes menores de un año).

Los niños entre uno y tres años son las principales víctimas por numerosas razones: exploran el ambiente por medio de la boca; la falta de molares disminuye su capacidad de masticar la comida lo suficiente, por lo cual deben tragar trozos más grandes de lo conveniente; carecen de capacidad cognitiva para distinguir objetos comestibles de los que no lo son y son propensos a la distracción y a jugar mientras comen.

La mayoría de los CE son expulsados espontáneamente por reflejos protectores, como la tos o la regurgitación, o pasan exentos de complicaciones a través del tubo digestivo; sin embargo, un porcentaje significativo se impacta en el tracto aerodigestivo superior.

Los síntomas de aspiración o ingestión de CE pueden simular diferentes enfermedades pediátricas como asma, crup o neumonía, retrasando el diagnóstico correcto. Tos crónica, neumonía recurrente, bronquitis persistente y asma atípica son comúnmente diagnósticos erróneos asignados a CE de la vía aérea (VA)  insospechados.

Síntomas

Hay tres fases clínicas de aspiración/ingestión de CE. La fase inicial (primer estadio o de impactación de CE) consiste en atragantamiento, arcadas y paroxismos de tos u obstrucción de la vía aérea (VA), la cual ocurre al momento de la aspiración o ingestión. Estos se apaciguan cuando el CE se aloja y los reflejos se fatigan (segundo estadio o fase asintomática). La fase asintomática, de horas a semanas de duración, puede llevar a retrasos del diagnóstico, ya que es durante este segundo estadio que el niño es presentado al médico, quien se inclina a minimizar la posibilidad de un accidente con CE por la ausencia de síntomas.

Las complicaciones ocurren en la tercera fase (tercer estadio o fase de complicaciones), cuando la obstrucción, erosión, o infección causan neumonía, atelectasia, absceso o fiebre (CE en VA); o disfagia, absceso mediastinal, o erosión y perforación del esófago (CE en esófago). Los primeros síntomas que reciben atención médica pueden en realidad representar una complicación de la impactación de CE.

La doctora Giselle Cuestas, colaboradora del Susy Safe, explicó que "muchos de los accidentes son prevenibles y ocurren bajo la supervisión de adultos, lo que demuestra que la prevención primaria tiene un rol clave para evitar este tipo de lesiones. Es fundamental la educación de los padres y cuidadores del niño. El pediatra debe instruir a los padres sobre los riesgos dando normas de alimentación, sugerencias acerca del cuidado que debe tenerse con los objetos pequeños y asesoramiento sobre las características de los juguetes según la edad de los niños. Los padres deben conocer cuáles son las comidas apropiadas para la edad, reconocer las situaciones de riesgo y controlar el acceso a objetos peligrosos".

Los diferentes tipos de CE se clasifican en orgánicos e inorgánicos.  El proyecto en la Argentina arrojó las siguientes conclusiones sobre los más frecuentes en los niños:

Semillas de girasol, maníes, tapas de biromes, monedas y juguetes

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"No deben realizar intentos de extracción a ciegas ni explorar la boca con el dedo. Estas maniobras pueden provocar lesiones en la mucosa, impactar el cuerpo extraño dentro de la laringe o desplazarlo dentro del esófago, pudiendo comprimir vía aérea, causando obstrucción. Tampoco se debe inducir el vómito ya que esto provoca riesgo de aspiración y perforación", detalló Cuestas.

Según datos internacionales del Susy Safe Project, programa internacional para combatir los problemas ocasionados por CE, se estima que 30 de cada 100 mil chicos sufren de aspiraciones o ingestas de cuerpos extraños y, según datos de los Estados Unidos, en ese país provocan unas 160 defunciones anuales.

De acuerdo con el profesor Darío Gregori, "los síntomas dependen de la edad del paciente, del tamaño y las características del cuerpo extraño (peso, composición) y del tiempo de evolución. A pesar de ello, los más comunes son: dolores, tos, sibilancias, laceraciones, sangrado, drenaje purulento".

Por su parte, el doctor Hugo Rodríguez explicó que "los síntomas de aspiración pueden simular diferentes enfermedades, como asma, bronquitis, crup y neumonía. El factor más importante para el diagnóstico es la presencia de la historia de asfixia, ya que la tríada clásica de tos, hipoventilación y sibilancias localizadas está presente en menos del 40% de los pacientes".

El evento fue organizado por el Servicio de Endoscopía Respiratoria del Hospital Garrahan. Esta iniciativa contó con el apoyo de la embajada de Italia, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el Ministerio de Salud de la Nación.