Fueron trasladados los represores chilenos que gozaban de una prisión de lujo

Los nueve oficiales condenados por cometer crímenes de lesa humanidad, fueron llevados hasta la cárcel de Punta Peuco, donde tendrán menos beneficios

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 AP 163
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Nueve ex represores de la dictadura militar chilena fueron trasladados el domingo desde un penal exclusivo para violadores a los derechos humanos a otro con menos beneficios ubicado en las afueras de Santiago.

Los militares fueron llevados desde el penal Cordillera hasta la cárcel de Punta Peuco en carros de la Gendarmería, guardias carcelarios en Chile, que se desplazaron raudamente para evitar el asedio de la prensa.

Los nueve militares fueron acompañados por personal médico debido a que varios de ellos padecen problemas de salud.

En las afueras del penal Cordillera esperaban cerca de 300 personas que gritaban consignas contra los represores y que lanzaron huevos y piedras contra los autos en que se desplazaban.

"Ha culminado en forma exitosa y brillante el traslado de los nueve condenados", dijo el director de Gendarmería, coronel Marco Fuentes.

A su vez, añadió que el procedimiento se desarrolló "con absoluta normalidad y prontitud" y que los internos llegaron "en muy buenas condiciones".

El traslado se concretó pese a que uno de los presos recluidos en el penal Cordillera, el ex director de la policía represora de la dictadura Odladier Mena, se suicidó el sábado por la mañana.

El general en retiro, de 87 años, hacía uso de un beneficio penitenciario que le permitió salir hasta su casa en la acomodada comuna de Las Condes, al oriente de Santiago, lugar donde se quitó la vida de un disparo en el cráneo.

El militar estaba condenado por tres asesinatos cometidos por un grupo de uniformados enviados por el dictador Augusto Pinochet al norte del país para agilizar los consejos de guerra contra presos políticos.

El presidente Sebastián Piñera (centroderecha) dispuso el cierre del penal exclusivo de Cordillera el jueves ante la gran presión de activistas de derechos humanos y de políticos de centroizquierda que se quejaron por los enormes privilegios de los que gozaban los ochos generales y dos coroneles recluidos en esa cárcel ubicada en el interior de un regimiento del ejército en los faldeos precordilleranos de la ciudad.

Los reos disfrutaban de visitas diarias y estaban distribuidos en cinco cabañas. Además contaban con televisión por cable y una zona para hacer asados.

"La decisión tomada, a pesar de este trágico fallecimiento, no se verá alterada y será implementada en el momento oportuno", confirmó Piñera el sábado. "El cierre de Cordillera se justifica en principios y valores", agregó.

Cordillera fue construido en el año 2004 durante el gobierno del presidente centroizquierdista Ricardo Lagos (2000-2006) por el hacinamiento del primer penal destinado sólo para criminales de lesa humanidad, Punta Peuco, ubicado a 40 kilómetros al norte de Santiago.