David Ferrer perdió su primer set recién en la final del torneo pero, fiel a su estampa de jugador aguerrido, se recuperó para vencer al también español Nicolás Almagro y adjudicarse el ATP 250 de Buenos Aires, que en sus últimas cuatro ediciones tuvo campeones procedentes del país ibérico.
El tenista de Javea se impuso por 4-6, 6-3 y 6-2 y sumó un nuevo trofeo a su palmarés, que ya cuenta con 13 trofeos a nivel profesional, además de un nuevo triunfo sobre su "víctima" de hoy, a quien somete por 9-0 en el historial.
"Lo tengo de papá. La cuestión es no tirar la toalla y esperar que alguna vez caiga", bromeó Almagro en la ceremonia de premiación. "Eres mi hijo, sí, pero un hijo que acabará pasando a su papá", devolvió el campeón, ante las risas del estadio.
Ferrer, primer preclasificado del torneo y muchas veces calificado como "el mejor de los terrestres", teniendo en cuenta la amplia diferencia sobre el resto que tienen Novak Djokovic, Rafael Nadal, Roger Federer y Andy Murray, había despachado ayer al máximo favorito local, David Nalbandian, por un contundente 6-1 y 6-4.
El español, quien este año ya se había consagrado campeón en Auckland, tendrá ahora la difícil misión de defender el título del ATP 500 de Acapulco, donde ganó los últimos dos años.